Nueva batalla por los derechos civiles: el Gobierno de Estados Unidos y el estado de Carolina del Norte, a los tribunales por su ley anti-LGTB
Rotundo posicionamiento de la fiscal general de los Estados Unidos, Loretta Lynch, que este lunes 9 de mayo anunciaba la presentación de una demanda federal contra el estado de Carolina del Norte, precisamente su estado natal, por negarse a cumplir el requerimiento del Gobierno de los Estados Unidos de paralizar la aplicación de su recientemente aprobada ley anti-LGTB, conocida ya en todo el mundo por su prohibición a las personas transexuales de usar los baños que corresponden a su identidad de género.
Lo hemos explicado en anteriores entradas. La ley de Carolina del Norte es posiblemente la más regresiva de las aprobadas en Estados Unidos contra las personas LGTB. Un texto que prohíbe a los ayuntamientos y condados del estado establecer nuevas medidas contra la discriminación de las personas LGTB y deroga las existentes, como la que ya había sido aprobada en Charlotte, que amparaba a lesbianas, gais, bisexuales y transexuales ante cualquier tipo de discriminación de que fueran objeto en lugares donde se ofrecen servicios, como comercios, restaurantes, hoteles o taxis. Entre esas medidas se hallaba la de permitir a las personas transexuales que pudieran utilizar los aseos correspondientes a su identidad de género real en cualquier centro público, incluidos los escolares.
Esta última medida fue la que se tomó como excusa para organizar con carácter de urgencia plenos en ambas cámaras del estado, a semejanza de lo que ocurrió hace unos meses en Houston (Texas), donde la campaña contra el uso de los baños femeninos por las mujeres transexuales fue feroz y vergonzosa, enarbolando el mito del “depredador sexual de niñas disfrazado de mujer”. En ambas cámaras, controladas por los republicanos, el resultado fue abrumadoramente mayoritario. El texto fue luego promulgado por el gobernador republicano Pat McCrory, que hizo oídos sordos a las peticiones para que lo vetara (como han hecho por ejemplo sus colegas de otros estados como Georgia, Indiana o Dakota del Sur con leyes parecidas, influidos sin duda por la amenaza de graves pérdidas económicas si se terminaban promulgando).
En Carolina del Norte, sin embargo, y pese a que la ley ha encontrado fuerte contestación social y puede suponer la pérdida de importantes inversiones económicas, el gobernador McCrory ha decidido convertirla en el eje de su campaña para la reelección el próximo noviembre, confiado en que le reportará el apoyo masivo de los electores conservadores. Y ello pese a que no todos sus compañeros del Partido Republicano parecen entusiasmados con la ley. Es el caso del ya seguro candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, que hace pocas semanas mostraba abiertamente su desacuerdo con una norma que consideró innecesaria.
La aplicación de la ley, sin embargo, ha encontrado un serio obstáculo: la rotunda oposición de la administración Obama, que la semana pasada requería oficialmente al estado de Carolina del Norte que suspendiera su aplicación al considerar que violaba tanto el Título VII de la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la discriminación en el empleo por razón de sexo, como el denominado de forma genérica «Título IX», la ley que prohíbe a toda institución educativa que reciba fondos del Gobierno discriminar por razón de sexo (no confundir con el Título IX de la Ley de Derechos Civiles). Un razonamiento que coincide, por cierto, con una reciente decisión de la Corte federal de Apelaciones del 4º Circuito, con sede en Richmond (Virginia), que dio la razón a un adolescente transexual al que su instituto no permite usar los baños de chicos (se da la circunstancia de que la Corte de Apelaciones del 4º Circuito tiene también jurisdicción sobre Carolina del Norte).
Demandas cruzadas
Transcurrido el plazo que el Gobierno estadounidense dio al estado de Carolina del Norte (que vencía este lunes), el gobernador McCrory no solamente se ha negado a suspender la aplicación de la ley, sino que directamente demandaba al Departamento de Justicia ante una Corte federal del estado por considerar que se extralimitaba en el ejercicio de sus funciones.
La respuesta de la administración Obama ha sido rotunda: a través de su fiscal general, la afroamericana Loretta Lynch (natural, ella misma, de Carolina del Norte) anunciaba la presentación de una demanda federal por violación de los derechos civiles contra Carolina del Norte y su gobernador, Pat McCrory, entre otras instituciones del estado. Lo hacía, además, en un apasionado discurso, en el que situaba directamente esta batalla legal en el campo de los derechos civiles. Puedes leer aquí (en inglés) su discurso íntegro, que reproducimos más abajo en vídeo. Nosotros nos quedamos con sus últimos párrafos:
En lugar de ignorar a nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, aprendamos de nuestra historia y evitemos repetir los errores de nuestro pasado. Reflexionemos sobre una obvia, pero a menudo olvidada, lección: que una discriminación sancionada por un estado nunca resiste la mirada retrospectiva. No ha pasado aún tanto tiempo desde que algunos estados, incluyendo Carolina del Norte, tenían otras advertencias en baños, fuentes de agua y lugares públicos para mantener lejos a los diferentes*. Esos días oscuros ya pasaron, pero no sin dolor y sufrimiento y sin que se luchara para cambiar las cosas. Escribamos esta vez una historia diferente. No actuemos movidos por el miedo y la incomprensión, abandonando los valores de inclusión, diversidad y respeto por todo lo que hace grande a nuestro país.
Déjenme también dirigirme directamente a las personas trans. Algunas de ustedes han vivido libremente durante décadas. Otras todavía se preguntan cómo llevar las vidas que les ha tocado vivir. Pero no importa lo aisladas o asustadas que hoy puedan sentirse, el Departamento de Justicia y toda la administración Obama quieren que sepan que las vemos, que estamos con ustedes, que haremos todo lo que podamos para protegerlas de ahora en adelante. Sepan, por favor, que la historia está de su parte. Este país se fundó sobre las promesa de derechos iguales para todos, y siempre nos hemos esforzado por acercarnos cada vez más a esa promesa, poco a poco, día a día. Puede que no sea fácil, pero juntos lo conseguiremos.
* Lynch hace en esta frase una clara referencia a las leyes contra la segregación racial, que en su momento fueron objeto de otra batalla entre la administración federal y los estados del sur.
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