El ministro de Justicia alemán anuncia la rehabilitación de los condenados por el homófobo artículo 175
Muchos ya no podrán verlo, pero nunca es tarde cuando se trata de reparar una injusticia de décadas. Alemania plantea por fin dar los pasos necesarios para resarcir a los condenados por las sentencias basadas en el infame artículo 175 del Código Penal, que hasta su completa derogación en 1994 castigó las relaciones consentidas entre hombres. El titular de Justicia Heiko Maas anunció un proyecto de ley cuya concreción tiene aún que discutir el Consejo de Ministros.
El pasado miércoles, la directora de la Oficina Federal Antidiscriminación Christine Lüders presentaba un extenso informe en el que se analizaba el alcance de la persecución a los hombres homosexuales basada en el artículo 175 durante el más de un siglo de su vigencia. Las conclusiones del documento son claras: la criminalización de una parte de la población atentó contra los derechos fundamentales de los ciudadanos y el Estado tiene ahora la obligación de eliminar los antecedentes penales que aún pesan sobre los que fueron objeto de esas injustas sentencias y de resarcirlos.
El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, reaccionaba rápidamente al escrito anunciando un proyecto de ley para la anulación de las condenas basadas en el artículo 175 y la concesión de las correspondientes indemnizaciones. Maas reconoce la imposibilidad de “reparar por completo las infamias del Estado de derecho” que patrocinó la persecución de las relaciones homosexuales y admite la dificultad de la tarea que ahora comienza: gran parte de la documentación necesaria puede haberse perdido. No obstante, hace un llamamiento a la unidad para borrar de una vez “la mancha del prejuicio” que aún portan las víctimas de la ley homófoba.
Pese a lo positivo del anuncio, cabe ser prudentes todavía. Como ha ocurrido ya en varias ocasiones dentro de la gran coalición entre CDU/CSU y SPD, los democristianos tienen menos prisa que sus socios para implantar medidas a favor de la igualdad LGTB. Así, cuando la materialización del mensaje del ministro de Justicia ya se daba por hecha, el titular de Transporte Alexander Dobrindt (CSU) aseguraba en sede parlamentaria que el asunto no se había discutido en el Consejo de Ministros que acababa de celebrarse. El secretario de Estado de Justicia Christian Lange aclaraba a continuación que la propuesta aún se encuentra en una fase preliminar y, por tanto, se desconocen los plazos de su tramitación. Dada la trayectoria del Gobierno durante estos casi tres años, estaremos muy pendientes de los próximos pasos que se den.
Artículo 175: más de cien años de infamia
La criminalización de las relaciones sexuales consentidas entre hombres llegó a Alemania en 1871, año en que se ilegalizaron “los actos contra natura entre personas del sexo masculino o entre personas y animales”. La pena alcanzaba entonces los seis meses de prisión. La situación empeoró considerablemente bajo el régimen nazi, cuando toda forma de afecto entre hombres fue castigada con cinco años de prisión; miles de homosexuales o sospechosos de serlo fueron enviados a los campos de concentración, donde la mayoría de ellos murieron a causa de los malos tratos y los trabajos forzados.
Pero mientras que las demás víctimas del Holocausto fueron debidamente compensadas y reconocidas tras la Segunda Guerra Mundial, y las leyes contra ellas derogadas, el artículo 175 mantuvo su vigencia y las personas LGTB siguieron siendo perseguidas; a veces, incluso, con pruebas recogidas durante los años del nazismo. La evolución fue diferente en la República Federal (RFA) y la República Democrática (RDA): el Gobierno comunista de la RDA dejó de perseguir a homosexuales a partir de finales de los años 50, reformó la legislación para permitir las relaciones consentidas entre varones adultos en 1968 y equiparó la edad de consentimiento con la del sexo heterosexual en 1988. Sin embargo, la RFA castigó las relaciones entre varones hasta 1973 y no eliminó por completo el vergonzante artículo 175 hasta 1994, ya después de la reunificación.
Con posterioridad a la derogación, los colectivos LGTB se centraron en conseguir la anulación de las sentencias por homosexualidad y la reparación de sus víctimas. Por sorprendente que parezca, hasta 2002 no se consiguió la nulidad de las condenas dictadas durante el régimen nazi, y ello todavía contra el criterio de los democristianos de la CDU/CSU y de los liberales del FDP. Las sentencias posteriores a 1945, a pesar de basarse en la versión agravada del artículo 175 aprobada por los nazis, siguen siendo consideradas como válidas. Según la CDU, “las decisiones de un Estado de derecho y sus tribunales no pueden ser consideradas de manera global como injustas”. Una posición que condena a cientos de homosexuales a vivir con el estigma de tener antecedentes penales por el mero hecho de serlo.