El Observatorio Español contra la LGTBfobia denuncia los materiales de educación afectivo-sexual promovidos por la Conferencia Episcopal
El Observatorio Español contra la LGBTfobia, vinculado al colectivo COLEGAS, ha manifestado su repulsa ante “la parcialidad y el adoctrinamiento antigay” de los materiales de educación afectivo-sexual elaborados por la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Los textos están destinados a adolescentes de 12 a 16 años para utilizarse durante la asignatura de Religión de la ESO, pero también para las catequesis parroquiales, la preparación de la confirmación y para la formación de padres a sus hijos. Paco Ramírez, director del Observatorio, sostiene que “sin duda se trata de imponer y adoctrinar a los jóvenes en el único modelo de conducta afectivo-sexual permitido por la Iglesia”.
A través de una nota de prensa, el Observatorio Español contra la LGBTfobia deja clara su denuncia por los materiales educativos realizados por la CEE. Unos materiales que, por cierto, el Consejo Pontificio para la Familia ha decidido proponer como formación oficial de la Iglesia Católica a nivel mundial, adaptándolos a 5 idiomas.
La web, que cuenta con la colaboración de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, se titula “El lugar del encuentro: la aventura del amor”. Está dividida en seis unidades y utiliza el símil del montaje de una tienda de campaña, “donde lo importante son los cimientos, donde colocamos la tienda”. Asimismo, se publicita como “un itinerario de educación al amor que ayude a los jóvenes a descubrir la belleza de la entrega mutua y la búsqueda de la felicidad a través de la entrega del cuerpo y del espíritu. A través del lenguaje corporal, la sexualidad y los afectos se revelan como dinamismos para vivir una existencia en plenitud en la cotidianidad de la vida”.
Paco Ramírez, director del Observatorio, ha afeado que “además de ignorar completamente cualquier orientación sexual diferente de la heterosexualidad, la primera unidad realiza una condena por defecto de la transexualidad y la identidad de género al defender el cuerpo como un elemento inalienable, don de Dios, que debemos aceptar sin cambios: ‘si yo mismo uso mi cuerpo como un objeto o cosa me rebajo; respetar mi cuerpo es respetarme a mí; mi cuerpo es para el amor’”.
La segunda unidad, prosigue Ramírez, “nos ofrece un único modelo de sexualidad heterosexual, al crear Dios una dualidad: hombre y mujer, cuyo fin es complementarse, y como fin llegar al matrimonio y reproducirse”. El hecho de no tratar las diferentes realidades sexuales, según el Observatorio Español contra la LGBTfobia, “es una forma indirecta de profundizar en la ignorancia y el desconocimiento, que mantiene los prejuicios y la discriminación de otras formas de sexualidades como homosexuales, bisexuales y transexuales, entre otros”.
Desde esta organización igualitaria han solicitado a las administraciones educativas y a los profesionales de la sexología, así como a la sociedad en general, que “se enfrenten y combatan estos contenidos sexistas plenos de LGBTfobia, que solo adoctrinan en la discriminación y el odio hacia las personas sexodiversas”.