Iglesia católica y sectores homófobos reproducen en México el modelo de oposición al matrimonio igualitario ya ensayado en España y Francia
Sensación de déjà vu. Se trata, al fin y al cabo, de la misma estrategia que se ejerció en 2005 en España o en 2012 y 2013 en Francia: la articulación de un movimiento ciudadano, supuestamente espontáneo y transversal, «independiente» de la Iglesia católica, en contra del matrimonio igualitario disfrazado de «defensa de la familia». Los mismos logos. La misma utilización de niños que necesitan «un papá y una mamá». Las mismas manifestaciones multitudinarias. El mismo odio.
Miles de personas participaron este sábado en las numerosas manifestaciones contra el matrimonio igualitario convocadas en diversas ciudades de México por el autodenominado «Frente Nacional por la Familia», una organización que, a imitación del Foro Español de la Familia en España o la Manif por Tous en Francia, se ha constituido en eje articulador de los sectores homófobos de la sociedad mexicana. El desencadenante: el compromiso hecho público en mayo pasado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, de promover la reforma tanto de la Constitución mexicana como del Código Civil federal para asegurar la plena vigencia del matrimonio igualitario en todo el país.
Conviene recordar, en este punto, que México es un país federal, en el cual cada estado goza de amplia autonomía legislativa y cuenta con códigos civiles propios. En este sentido, son ya varios los territorios que han aprobado el matrimonio igualitario (el primero fue el Distrito federal, allá por 2009. Fue, de hecho, el primer lugar de América Latina en hacerlo). Pero es que, además, la prohibición del matrimonio igualitario por los estados que aún no permiten su celebración es considerada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y, de hecho, en prácticamente todos los estados de México se han celebrado ya bodas por orden judicial.
Es por eso que, cinco años después de que el Distrito Federal lo aprobase, y después de toda una cascada judicial de fallos favorables, Peña Nieto decidía este año que había llegado la hora de que la legislación se armonizase, de acuerdo a las directrices de la Suprema Corte, y que Constitución y leyes federales reconociesen expresamente el matrimonio igualitario en todo el país. Un movimiento que despertó, casi de forma inmediata, las iras de la Iglesia católica mexicana, que, pese a haberse opuesto estado a estado al avance de los derechos LGTB, no había conseguido, en un país socialmente muy conservador pero de tradición política laica, cristalizar un movimiento homófobo organizado.
Este mes de julio nos hacíamos eco, por ejemplo, de las opiniones expresadas en Desde la Fe, publicación semanal dependiente de la arquidiócesis de México, que atacaba el matrimonio igualitario con argumentos del tipo de “el cuerpo humano no está diseñado para la relación homosexual” . La publicación también entraba directamente en política atacando a Peña Nieto, al que acusaba de “conceder prestaciones y compensaciones multimillonarias a once ministros del Poder Judicial [en referencia a la Corte Suprema de Justicia] apoltronados y envueltos en carísimas togas de seda de más de medio millón de pesos, que encubren su pragmatismo y favoritismo por ideologías que dinamitan instituciones del Derecho, vulnerando preciadísimos valores sociales como el Matrimonio entre un hombre y una mujer, la protección de la familia o el respeto a la vida de los niños en el seno materno”. Una campaña de odio en toda regla que la Iglesia católica mexicana ha continuado promoviendo desde las páginas de Desde la Fe, que este mismo domingo publicaba un lamentable artículo en defensa de las «terapias reparadoras» de la homosexualidad titulado «No se nace homosexual».
«Frente Nacional por la Familia»: odio disfrazado de defensa de la familia
Finalmente, los homófobos mexicanos acababan por adoptar el mismo modelo que ya se ensayó en España en 2005 (torpemente) o en Francia en 2012-2013 (con bastante más éxito, aunque no consiguiese paralizar la aprobación del matrimonio igualitario): la articulación de un «movimiento civil», supuestamente al margen de la Iglesia católica, que en lugar de utilizar argumentos religiosos dice ser un movimiento transversal en defensa de la familia. En México, en concreto, su principal demanda es la modificación de la Constitución mexicana para proteger «a la familia» y «a los niños». Esta es su propuesta de modificación (en negrita, el nuevo texto que se añadiría a su artículo 4):
El varón y la mujer, siendo diferentes y complementarios entre sí, son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.
La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida y apoyada por la sociedad y el Estado, a fin de que su entorno les garantice a todos sus miembros las condiciones necesarias para alcanzar un óptimo desarrollo.
Se reconoce el derecho del varón y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia. El matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes.
El matrimonio es una institución de interés público y el fundamento natural de la familia; como tal debe ser protegido por el Estado, como un compromiso público que toman libremente un varón y una mujer, para amarse, fundar una familia y educar a sus hijos hasta que alcancen la mayoría de edad.
Todo matrimonio o concubinato tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará por el desarrollo integral de la familia, siendo este el principio que guiará el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de todas las leyes, programas y políticas públicas de los tres órdenes (niveles) de gobierno de los tres Poderes de la Unión.
Los padres tienen el derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos; incluyendo la correspondiente al desarrollo de las aptitudes intelectuales, morales y religiosas, la educación sexual, las actitudes y virtudes.
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
A fin de garantizar el respeto del interés superior de la niñez, todos los niños y niñas tienen el derecho a crecer en su familia, bajo el cuidado y protección de su padre y su madre. En el caso de orfandad de padre y madre de un menor o si fuese privado de manera definitiva de su familia de origen, se deberá asegurar su cuidado y protección por un padre y una madre adoptivos. El Estado no puede por ninguna causa privar deliberadamente a un niño de este derecho.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir al Estado el cumplimiento de estos derechos y principios.
En definitiva, una reforma que bloquearía de forma definitiva la igualdad jurídica de las personas LGTB, tanto por lo que se refiere al matrimonio igualitario como a la homoparentalidad y los derechos de las familias LGTB.
Éxito de movilización en las calles
Las protestas homófobas de este sábado en México, y eso es innegable, ha sido un éxito de participación. Lejos del «más de un millón de personas» del que hablan los medios ultraconservadores, pero multitudinarias. Como lo fue la gran manifestación homófoba del 18 de junio de 2005 en Madrid, o como lo fueron las diversas movilizaciones de la Manif pour tous en Francia. Miles de personas han salido a las calles de las más importantes ciudades mexicanas. Una movilización que se repetirá el próximo 24 de septiembre en la capital del país, donde el Frente Nacional por la Familia quiere congregar a una gran multitud y exhibir músculo ante un Peña Nieto que políticamente se encuentra sensiblemente debilitado por otras muchas razones al margen del debate sobre el matrimonio igualitario.
Nadie duda de que lo conseguirá. Si algo ha quedado contrastado a lo largo de estos últimos años es la gran fortaleza del movimiento homófobo. Está por ver si en el caso de México, apoyada en una sociedad fuertemente conservadora, esa fuerza será suficiente para contrarrestar su potente tradición laica. En el caso francés, por ejemplo, no pudo detener la aprobación del matrimonio igualitario, pero sí pudo congelar el avance de otros derechos LGTB, como la posibilidad de que las mujeres lesbianas puedan recurrir a la reproducción asistida. “No quiero que se diga que la izquierda promueve debates sociales para distraer la atención, como fue el caso durante el debate sobre el matrimonio igualitario. La vociferación de la Manif pour tous lo paralizó todo. No quiero verme impotente en todo lo que tengo que hacer por lanzar un debate sobre la PMA [procréation médicalement assistée, o reproducción asistida]”, declaraba hace unos meses la nueva ministra de la Familia, la socialista Laurence Rossignol…
La imagen del día: un niño frente a una de las manifestaciones
Pese a todo, la imagen del pasado sábado que posiblemente pasará a la historia será la del niño que en Celaya (estado de Guanajuato) hizo ademán de «detener» a los manifestantes homófobos. Una instantánea tomada por el fotógrafo Manuel Rodríguez y compartida en su muro de Facebook, que a lo largo de este lunes ha acabado por hacerse viral y ser recogida por numerosos medios internacionales:
Rodríguez, según ha contado, lo alcanzó corriendo y pudo hablar brevemente con el niño. «Pensé que era un niño jugando. Al llegar le pregunté: ‘¿por qué lo hiciste?’. Y él contestó que tenía un familiar que era gay y que no le gustaba que lo odien», ha explicado. «Intenté grabarlo pero inmediatamente una mujer desde la calle le llamó la atención y lo retiró del lugar», ha añadido.
Desconocemos en este momento si la historia que contó el niño a Manuel Rodríguez es 100% verdadera. En cualquier caso, la potencia de la imagen y el eco que ha alcanzado seguro que ha amargado el lunes a más de un manifestante…
Hola Flick .Según leí en medios mexicanos independientes y nacionales que las organizaciones homófobas juntaron fue un millón de personas las que se manifestaron es decir no alcanzaron las 5oo mil personas en cada estado ´por lo que cuentan a las personas por estado .No alcanzaron a marchar en algunos estados es decir fueron miles por estados. Los estados que juntaron mas movilización fueron Nuevo León ,Queretaro y Jalisco este ultimo ya con matrimonio igualitario. y dicen que la próxima movilización contara con personas de todos los estados ellos saben que (distrito federal o ciudad de méxico) las personas que residen en esa entidad no se manifiestan por este motivo cuando se aprobo en el 2009 la iglesia convoco a marchas pero fueron muy pocos los que marcharon no llegaron ni a las cien personas .
Gracias Odin por los detalles. He preferido no entrar en guerras de cifras, ya indico en la noticia que un millón no pero miles sí que ha habido sumando todas las movilizaciones. No tiene sentido negar que tienen capacidad de movilización, como la tuvieron en Madrid o en Francia.
Iglesia católica y sectores homófobos reproducen en México el modelo de oposición al matrimonio igualitario ya ensayado en España y Francia.
Lo que reproducen son las tácticas de Goebbels en la Alemania de los años 30 o las tácticas de la iglesia católica en los últimos 600 años. Se coge a una minoría se le achacan amenazas a la sociedad y luego se la persigue. 600 años de hartura de ver lo mismo.