Grupos conservadores se movilizan para impedir la elección de Annise Parker como alcaldesa de Houston por ser lesbiana

Algunos políticos abiertamente homosexuales defienden que ser gay o lesbiana es un aspecto más de la personalidad, pero políticamente no es un elemento clave. Es la posición que antes de la campaña electoral mantuvo Annise Parker, candidata a la alcaldía de Houston (Texas), abiertamente lesbiana, y que en las elecciones del pasado 3 de noviembre consiguió el mayor número de votos, aunque deberá concurrir a una segunda vuelta. Una posición aséptica respecto a la cuestión LGTB que no la ha inmunizado frente a las críticas de los conservadores, que han iniciado una activa campaña en su contra.

Parker, una demócrata que goza de gran prestigio tras haber ocupado durante los últimos años el segundo puesto en el escalafón municipal, consiguió el 30’82% de los votos, frente al 25’14% que consiguió su principal rival, Gene Locke, también miembro del Partido Demócrata y afroamericano. Peter Brown, también demócrata, consiguió el 22’56%, mientras que el republicano Roy Morales consiguió el 20’47%. Parker y Locke se enfrentarán en segunda vuelta el próximo 12 de diciembre.

Y es que los conservadores consideran que, independientemente de lo que ella diga, el hecho de tener una alcaldesa abiertamente lesbiana pondría en peligro una de sus líneas rojas,  la normativa discriminatoria que la ciudad mantiene desde 2001, que prohibe que las parejas de los empleados públicos municipales homosexuales puedan beneficiarse de los beneficios de los que gozan las parejas heterosexuales. Una regulación cuya derogación Parker no tiene, por el momento, intención de promover, aunque al ser preguntada por el tema en un debate televisivo matizó que «en algún momento» habría que plantearse que los empleados gays y lesbianas pudieran acceder a los mismos beneficios.

«Nosotros no iniciamos esta batalla, fue ella la que lo hizo, al hacer de su preferencia sexual un elemento central de su campaña», ha señalado Dave Welch, director del Houston Area Pastor Council, una organización que agrupa a más de 200 pastores religiosos conservadores. «Los activistas gays y lesbianas de todo el país ven esta elección como una oportunidad histórica. Esa es la realidad. Promueven una agenda que es contraria a los intereses de la comunidad y que atenta contra la familia».

Por eso, y a pesar de que ambos candidatos mantienen un perfil centrista, estos sectores han hecho un llamamiento a movilizarse e impedir la elección de Parker y favorecer a Locke, que ya desde hace tiempo viene cortejándolos, aunque se ha cuidado mucho de aparecer implicado en esta campaña. El republicano Paul Bettencourt, de hecho, le ha emplazado a que, si quiere llegar a la alcaldía gracias a la alianza del voto conservador con el voto afroamericano, haga explícito su compromiso de no tocar la regulación municipal, algo de lo que Locke, por el momento, ha conseguido escabullirse.