Arcópoli homenajea a La Veneno y propone que su nombre sustituya en Madrid al de homófobos como Vallejo-Nájera, López Ibor o Sancho Dávila
Magnífica iniciativa del colectivo madrileño Arcópoli en homenaje a Cristina Ortiz, «La Veneno», que ha propuesto al Ayuntamiento de Madrid tanto la colocación de una placa en el Parque del Oeste, donde la artista ejerció el trabajo sexual, como que se reconozca su figura dandole su nombre a una calle. Arcópoli, de hecho, propone aprovechar el momento para eliminar del callejero madrileño algún nombre vinculado al franquismo de triste recuerdo para el colectivo LGTB. Tres son las propuestas: los psiquiatras Juan José López Ibor y Antonio Vallejo Nájera (el también conocido como «el Mengele español») y el político falangista Sancho Dávila.
Arcópoli quiere homenajear a La Veneno (fallecida hace pocos días en circunstancias aún no completamente aclaradas) y reivindicar su figura «como mujer transexual orgullosa, valiente y visible, que transmitía optimismo y orgullo a finales del siglo XX, cuando muy pocas personas eran visibles por ser LGTB». «Cristina ni era ‘normal’ ni pretendía serlo, probablemente. Cristina fue una mujer que intentó ser feliz, aunque tuviera que cruzar las fronteras de lo políticamente correcto y lo normativo en la televisión de hace veinte años. Mientras otros vivían agazapados en su armario, La Veneno derrochaba energía y contundencia», expresa el comunicado del colectivo madrileño. «Cristina nunca ocultó el acoso y las agresiones que sufrió desde su más tierna infancia en su localidad de origen, ni la dura situación familiar que vivió, poniendo nombre y apellidos al bullying, narrando lo que muchas y muchos hemos sufrido, denunciando una situación que hoy en día sigue apareciendo en los centros educativos y en los entornos más rurales», añade el texto.
Es por eso que, en primer lugar, Arcópoli ha convocado un acto de homenaje el próximo domingo, 20 de noviembre, a las 19:00 horas, en la Plaza de Chueca. Se da precisamente la circunstancia de que el 20 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Memoria Transexual, que recuerda la violencia ejercida contra las personas trans en el mundo. Se trata de una jornada instituida en memoria de Rita Hester, una mujer transexual afroamericana asesinada en 1998 en Massachusetts. Surgido en el ámbito de los países de habla inglesa, en años recientes se está consolidando como la fecha en la que se rinde homenaje a las personas asesinadas por el odio tránsfobo en todo el mundo. «Con este acto también queremos pedir a la familia de Cristina que cumpla sus deseos y sea incinerada así como sus cenizas sean esparcidas por el Parque del Oeste, como ella expresó en vida, y que no sea enterrada en su localidad natal. En el homenaje llevaremos un libro de dedicatorias y deseos que nos gustaría entregar a los padres de Cristina para que, con vuestros testimonios, comprendan algo mejor el gran valor que para la visibilidad supuso la figura de su hija», expresan desde Arcópoli.
Solicitud al Ayuntamiento de Madrid
Arcópoli ha anunciado además que solicitará al Ayuntamiento de Madrid, y más en concreto a la Junta de Distrito de Moncloa-Aravaca, la colocación de una placa en el Parque del Oeste, lugar donde La Veneno «pasó cientos de noches», y que comenzará una recogida de firmas para que se reconozca la figura de Cristina Ortiz con una calle.
«Nuestra propuesta sería cambiar la de cualquiera de los personajes homófobos que inundan nuestro callejero. Les proponemos tres posibles opciones que siguen siendo un insulto para el colectivo LGTB: los dos doctores que durante el siglo XX hicieron ‘curaciones a homosexuales’ con electroshocks e incluso lobotomías, como fueron Juan José López Ibor (distrito de Tetuán) y Antonio Vallejo-Nájera (distrito de Arganzuela). La tercera opción sería Sancho Dávila (distrito de Salamanca), falangista que dio una paliza homófoba a Miguel de Molina», específica Arcópoli. «Sería un gran homenaje de la ciudad de Madrid y un simbólico cambio el actualizar el nombre de cualquiera de los tres por la figura de Cristina», acaba el comunicado.
En efecto, tanto Antonio Vallejo-Nájera (jefe de los servicios psiquiátricos militares del franquismo, conocido también como «el Mengele español» por las atrocidades que cometió) como Juan José López Ibor defendieron en su momento que la homosexualidad era una enfermedad que debía ser combatida y propiciaron el uso de cruentos procedimientos para ese fin. Que cualquiera de ellos dos o Sancho Dávila sigan siendo homenajeados en el callejero madrileño cuarenta años después de la muerte del dictador resulta incomprensible para cualquier mente sensata.
Pero cómo vas a dedicar una calle a La Veneno… No nos pasemos de frenada. Que se la pongan en Adra, pero porque puso el pueblo en el mapa. No por su vida…
Paliza homófoba, nos dice el comunicado…
Y eso cómo se come?
Respecto a la calle solicitada, opino lo mismo, pasote de frenada.
Bueno, si se cambiara por la de un falangista que agredía a homosexuales, no me parecería mal.