Los laboristas australianos, cada vez más favorables al matrimonio entre personas del mismo sexo, pese a la oposición de su líder
El clamor a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo crece poco a poco en el seno del Partido Laborista australiano, actualmente en el poder, pese a que su primer ministro Kevin Rudd se opone al mismo con todas sus fuerzas. En esta ocasión es el Partido Laborista de Victoria el que, por abrumadora mayoría, ha acordado en su Conferencia Estatal pedir a Rudd que promueva un cambio de legislación que permita a todas las parejas australianas que lo deseen contraer matrimonio, independientemente de si son del mismo o de distinto sexo.
Los laboristas de Victoria unen así sus voces a las de sus compañeros de otros territorios australianos, como Tasmania, que en la pasada Conferencia Nacional del partido, celebrada en julio, ya reclamaron a Rudd que abandone su resistencia a abordar el tema. Victoria es el segundo estado de Australia en población, concentrándose buena parte de la misma en su capital, Melbourne.
Rudd, pese a ser laborista, ha terminado por alinearse en este tema con las tesis conservadoras más tradicionales, en el sentido de que considera que el matrimonio debe ser “entre un hombre y una mujer”. Sin embargo, sus posiciones contrarias a los derechos LGTB van incluso más allá: se ha opuesto, por ejemplo, a aprobar una ley de uniones civiles similar al Partnership británico para la totalidad del territorio australiano, muy heterogéneo en el trato dado a las parejas del mismo sexo. En la capital federal, Camberra, existe por ejemplo una ley de uniones civiles. Otros estados tienen simplemente registros de parejas de hecho, y otros solamente reconocen de facto las uniones del mismo sexo. Las parejas del mismo sexo pueden adoptar conjuntamente en Camberra y en Australia Occidental, pero no en el resto de estados.
El anterior primer ministro, el conservador John Howard, también se oponía a al reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, y de hecho no ocultaba sus posicionamientos claramente homófobos. Por eso su derrota frente a los laboristas trajo esperanzas al colectivo LGTB, que pronto se vieron truncadas ante la intransigencia de Rudd. Mientras tanto, según las encuestas de opinión, cerca de un 60% de los australianos ve con buenos ojos el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La aprobación del matrimonio homosexual en Australia sería un avance importantísimo, al menos pueden empezar haciéndolo por estados.
Por cierto ¿se sabe algo sobre la aprobación del matrimonio homosexual en Dinamarca, Islandia o Luxemburgo?