Según el nuevo presidente del Constitucional, el matrimonio igualitario «desnaturaliza» la institución y la adopción homoparental «atenta al interés del menor»
El Tribunal Constitucional, renovado parcialmente tras el reciente acuerdo entre PP y PSOE, ha elegido nuevo presidente. No se trata de una figura simbólica: entre otras prerrogativas propias del cargo, el voto de calidad del presidente es el que decide en caso de empate. Es, por tanto, una elección muy importante. Y la persona elegida, gracias a la mayoría de la que gozan en el alto tribunal los afines al PP, ha sido Juan José González Rivas, uno de los magistrados que votó en contra del derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio y adoptar hijos.
Juan José González Rivas, magistrado del Tribunal Supremo y de perfil conservador, es miembro del Tribunal Constitucional desde julio del año 2012, cuando fue elegido por el Congreso de los Diputados a propuesta del PP (también en virtud de un acuerdo entre PP y PSOE para repartir los puestos entonces vacantes, como ha sucedido ahora). Recién llegado al Constitucional, González Rivas participó en las deliberaciones sobre el recurso del PP contra el matrimonio igualitario y la adopción homoparental, y de hecho fue uno de los tres miembros que entonces se opusieron a su constitucionalidad, junto a Ramón Rodríguez Arribas (que dejó el Constitucional en 2013) y Andrés Ollero. Este último, que fue diputado del PP y es miembro del Opus Dei, era de hecho el que hasta hace pocos días sonaba como probable nuevo presidente, cargo que finalmente ha recaído en González Rivas.
Sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, González Rivas expresó, en su voto particular, que «la unión entre personas del mismo sexo como matrimonio, desnaturaliza, en mi opinión, la esencia de la institución». El ahora presidente del Constitucional se remontó además a un auto de 1984 del alto tribunal para afirmar que «las relaciones homosexuales no son equiparables con las relaciones heterosexuales entre personas de sexo distinto».
Por lo que se refiere a la adopción homoparental, González Rivas aseguró que de los artículos 32 y 39 de la Constitución «se infiere la imposibilidad de desarrollar una relación de filiación adoptiva por dos adoptantes del mismo sexo» (a pesar de que ninguno de los dos artículos, uno el referido al matrimonio y otro a los deberes de los padres respecto a los hijos y a la protección que estos merecen hacen referencia alguna a dicha circunstancia), defendió que no es discriminatorio negar la adopción a las parejas del mismo sexo y afirmó, para finalizar, que permitir la filiación por adopción efectuada por adoptantes del mismo sexo «atenta al prevalente interés del menor».
Si quieres verlo por ti mismo, puedes acceder a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el matrimonio igualitario y leer los votos discrepantes en este enlace. El voto de González Rivas es, de hecho, el que cierra el texto.
Opuesto a las pensiones de viudedad en parejas del mismo sexo
González Rivas no solo se ha opuesto, como miembro del Tribunal Constitucional, al matrimonio igualitario y la adopción homoparental. También lo ha hecho, y de forma reiterada, a que las parejas del mismo sexo que en su momento no pudieron contraer matrimonio por tenerlo prohibido puedan acceder a la pensión de viudedad. Un derecho que la mayoría conservadora de la que goza el Tribunal Constitucional ha negado sistemáticamente en los últimos años.
Una mayoría, recordemos, que sigue sólida como una roca tras el reciente acuerdo entre PP y PSOE para repartirse al 50% los cuatro puestos del alto tribunal que tocaba renovar por parte del Senado, de forma que no se ha visto alterada su composición ideológica, ya claramente escorada hacia la derecha. Y que ha permitido a González Rivas acceder a la presidencia, por ocho votos a favor (los de los siete miembros propuestos por el PP y el de Encarnación Roca, propuesta en su día por el PSOE pero frecuentemente alineada con el sector conservador) y cuatro abstenciones. Un mandato que mantendrá durante tres años, transcurridos los cuales puede optar a otra renovación más. Como vicepresidenta ha sido elegida Encarnación Roca, con los mismos votos.
La actual composición del Constitucional se mantendrá hasta julio de 2021, cuanto haya que renovar a los cuatro miembros que elige el Congreso. Unos años durante los cuales no es descartable que el alto tribunal se tenga que pronunciar sobre leyes que afectan directamente a los derechos de las personas LGTB. De ahí la importancia, no solo de su composición ideológica, sino de la persona que ocupa la presidencia, encargado de deshacer posibles empates.
No podemos, por tanto, sino expresar nuestra preocupación por el nombramiento de González Rivas, un nuevo ejemplo de que pese a los cambios políticos operados en España en los últimos años las más altas instituciones del Estado siguen férreamente controladas por los más conservadores.
Equiparar jurídicamente la institución matrimonial heterosexual natural, atemporal y omnipresente, de una importancia bio-social de primerísimo orden (por razones OBVIAS), con formas de convivencia biológicamente irrelevantes, controvertidas desde cualquier punto de vista, y social y educativamente distorsionantes, es un de los mayores dislates sociológicos de los tiempos «posmodernos» en que vivimos…….
Con los LGBT siepre gastando enrgía en la defensa de lo OBVIO………….y cuando se pierde el sentido de lo obvio mal vamos……..
https://www.facebook.com/654967521312771/videos/874981899311331/
Majo la institución matrimonial no tiene nada de natural la conforme quien la conforme, es una construcción social por lo que no se qué biología necesitas 😉
Y que tiene de extraño. El PP le ha compensado por los servicios prestados. Y mientras los jueces imparciales, los buenos jueces, están en segunda fila porque no tienen padrinos.
Lo terrible es que en algunos medios lo han presentado como «moderado, a pesar de que se oponía al matrimonio entre personas del mismo sexo» (sic). Ya veis la moderación. O dicho de otro modo, si el tipo hubiera opinado sobre otra cosa hubieran dicho que es lo que es, un radical. Como sólo afecta a los gais, es «moderado» .
Lo curioso es que hay algunos que se piensan que todos los homosexuales son estériles y no pueden tener hijos biológicos.
Sí que pueden queridos. Y no hace falta técnicas de fecundación in vitro. Solo hay que echarle un poco de imaginación.
Que atrevida es la ignorancia.
Muy constitucionalista no parece………. Más bien ¿ del Opus ?