El asesinato de la activista trans Sherlyn Montoya golpea de nuevo a la comunidad LGTB hondureña
Nuevo asesinato de una activista trans en Honduras. El 4 de abril de 2017, el cuerpo sin vida de Sherlyn Montoya fue encontrado en los alrededores de Tegucigalpa, con signos de haber sido torturada y estrangulada. El asesinato de Montoya se suma a la ya larga lista de agresiones contra la comunidad LGTB de Honduras, un país en el que el respeto a la diversidad sexual y de género brilla por su ausencia.
Sherlyn Montoya, conocida por muchos como «La Diva», tenía 29 años y formaba parte de Muñecas de Arcoíris, el grupo de mujeres trans de la organización Arcoíris. La última vez que fue vista con vida fue el 2 de abril, cerca del lugar donde dos días más tarde encontraron su cuerpo, en la colonia Smith de Comayagüela. Por el momento ningún responsable de su asesinato ha sido detenido.
La noticia ha sido recibida con consternación por la comunidad LGTB hondureña. «No solo quitaron la vida a una joven, que eso ya de por sí no tiene nombre, sino que también dejaron sin su sustento a una anciana madre y a tres sobrinas que dependían de ella,” ha declarado Donny Reyes, coordinador general de Arcoíris, a Washington Blade. Una comunidad que ve como la persecución de la que es objeto no cesa. Según Arcoíris, desde 1994 a 2017 se han registrado 269 muertes violentas de personas LGTTBI en Honduras, 97 de las cuales corresponden a personas trans. Entre estas, algunas destacadas integrantes de las Muñecas de Arcoiris, como Angie Ferreira, coordinadora del grupo, asesinada en junio de 2015, o Paola Barraza, miembro de su junta directiva, en enero de 2016.
Los colectivos de defensa de los derechos humanos en la región reclaman por su parte que las autoridades hondureñas actúen de una vez. La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos y la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos han hecho público un comunicado en el que condenan «este nuevo crimen de odio» y exigen al Estado hondureño «una investigación exhaustiva, rigurosa y libre de prejuicios que garantice que no quede en la impunidad; así como que adopte las medidas necesarias para combatir el discurso del odio, intolerancia y discriminación que subyace a la grave situación de riesgo que enfrentan las personas integrantes de los colectivos LGTTBI».
La organización Front Line Defenders, por su parte, ha denunciado como las personas defensoras de los derechos LGTB en Honduras sufren niveles crecientes de violencia: «Desde 2015, varias personas defensoras de derechos LGTBI que trabajan en el país han sido asesinadas; Juan Carlos Cruz Andara, Angie Ferreira, Violeta Rivas, Gloria Carolina Hernández Vásquez (también conocida como Génesis Hernández), Jorge Alberto Castillo y Paola Barraza, con varias más sufriendo agresiones físicas, intimidación y amenazas». «Los asesinatos y la violencia contra miembros de la comunidad LGBTI en Honduras continúan ocurriendo a pesar de las medidas cautelares otorgadas a muchos de ellas/os por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2013. Muchos miembros de la Asociación LGTB Arcoíris, incluyendo su director, Donny Reyes, también son beneficiarios de medidas cautelares otorgadas por la CIDH», añade esta organización, que ha instado a las autoridades de Honduras a aclarar el asesinato de Montoya y a adoptar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la integridad de todos los miembros de Arcoíris y de otras organizaciones LGTB.
También la Unión Europea ha pedido a Honduras que investigue lo sucedido. «Muy consternados ante la noticia de la muerte de miembro de la comunidad LGBTI y miembro de la Fundación Muñecas de Arcoíris, Shirley Montoya, quien hoy apareció asesinada. Independientemente de nuestra orientación sexual, todos tenemos los mismos Derechos Humanos. Pedimos a las autoridades investigar este y otros casos pendientes y llevar a los responsables ante la justicia. La Unión Europea reitera su firme compromiso con los Derechos Humanos y expresa su más sentido pésame a sus familiares y amistades», ha expresado Ketil Karlsen, el diplomático danés que en este momento desempeña el puesto de embajador de la Unión Europea en Honduras.
Honduras: un clima infernal para la comunidad LGTB
Honduras es uno de los países del mundo que registra mayor violencia contra las personas LGTB, y muy destacadamente contra las personas trans. Según Transgender Europe, el país centroamericano registra una tasa de 10,77 muertes de personas trans por millón de habitantes, la más alta del mundo en términos relativos.
De hecho, sin hacer un seguimiento intensivo, son numerosos los casos de agresiones que en dosmanzanas hemos recogido en los últimos años. Sobre todo tras el golpe de Estado del año 2009, a partir del cual la situación se deterioró especialmente, con episodios como la muerte del activista LGTB Walter Tróchez en diciembre de 2009 tras recibir una paliza por los que se sospecha eran miembros de la Dirección Nacional de Investigación Criminal o el asesinato de los también activistas Wilmer García Alvarado y Erick Martínez Ávila en septiembre de 2010 y en mayo de 2012.
La relativa «normalización» política de años posteriores no se acompañó, sin embargo, de una mejora de la situación de la comunidad LGTB, cuyos miembros ha seguido siendo objeto de violencia fuesen activistas o no. A Jonathan José Pineda un guardia de seguridad homófobo lo mató de un disparo a plena luz del día en febrero de 2012. José Enrique Castro (a quien la prensa se refería a veces como gay y a veces como travesti) apareció asesinado a balazos en marzo de 2012. Marlon Javier Jiménez, una joven trans, fue secuestrada de su domicilio y asesinada en agosto de 2012. Los tres tenían solo 22 años. En agosto de 2014 recogíamos con detalle una de las múltiples agresiones que ocurren a diario, la sufrida por Darwin René Reyes, conocida también como Mónica Shakira, que a diferencia de lo que sucede en otras ocasiones fue registrada en vídeo. La joven trabajadora del sexo fue brutalmente agredida por otro ciudadano y por un miembro de la policía militar.
El último asesinato que recogimos en dosmanzanas, hace menos de un año, fue el del activista de San Pedro Sula René Martínez. Pero por desgracia hay muchos más. En 2012 comentábamos precisamente un estudio realizado por la Red Lésbica Cattrachas que arrojaba un total de 71 asesinatos de personas LGTB en Honduras desde septiembre de 2008 a febrero de 2012. Informaciones posteriores incrementaban ese número hasta cerca del centenar de casos. Y a finales de 2014 nos hacíamos eco de las denuncias de activistas centroamericanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que elevaban a 76 las víctimas solo en Honduras durante 2014.
Hace ahora un año nos referíamos a otro informe para Index on Censorship, que profundizaba en el aumento de la violencia LGTBfoba en Honduras, relacionado con diversos factores: el recrudecimiento de la hostilidad de las autoridades hacia los colectivos LGTB organizados tras el golpe de 2009; la proliferación de pandillas o maras; la antipatía de ciertos medios de comunicación hcia las asociaciones pro derechos humanos… Por no olvidar el papel de la Iglesia católica y de los grupos evangélicos como instigadores de odio.
Las autoridades de Honduras, en cualquier caso, gozan del respaldo de las potencias occidentales, y para la mayoría de los grandes medios de comunicación el estado de los derechos humanos en ese país no merece las portadas y titulares que sí se dedican a otros países de la zona. Esperemos que esto cambie, porque la situación de la comunidad LGTB hondureña sigue siendo de extrema vulnerabilidad.
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Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.