Portugal adelanta a España y decide incluir la profilaxis preexposición del VIH en su sistema sanitario público
El Gobierno portugués ha iniciado los trámites para incluir la cobertura de la profilaxis preexposición del VIH en su Sistema Nacional de Salud. Portugal se une de este modo a países como Francia, Noruega o Escocia, que ya han adoptado esa medida, y adelanta a España, que todavía no ha evaluado su posible dispensación.
La profilaxis preexposición está llamada a convertirse en una de principales estrategias de prevención de la infección por VIH en grupos especialmente vulnerables en los que las estrategias clásicas no han dado el resultado deseado. También conocida por los acrónimos PPrE y PrEP, la profilaxis preexposición consiste en que una persona que no está infectada por el VIH tome tratamiento antirretroviral de forma preventiva.
Es un tratamiento que, como cualquier otra medicación, presenta contraindicaciones y potenciales efectos adversos, y que no asegura en el 100% de los casos que uno no se pueda infectar, aunque su eficacia, a la luz de la evidencia científica acumulada hasta la fecha, es muy elevada. Hasta la fecha solo han sido comunicados tres casos de infección en personas que estaban tomando el tratamiento de forma adecuada, dos de ellos por una cepa de VIH resistente y un tercero por una cepa no resistente.
Es por esa elevada eficacia que los especialistas recomiendan claramente su administración en aquellas personas con un elevado riesgo de infección. Según Gesida (el Grupo de Estudio de Sida de SEIMC, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) estas personas son básicamente hombres que tiene relaciones sexuales con otros hombres y mujeres transexuales que en los seis meses previos:
A. Hayan tenido relaciones que incluyan prácticas de riesgo sin preservativo.
B. Hayan presentado además una de las siguientes características:
- Relaciones con más de dos parejas.
- Les ha sido diagnosticada alguna infección de transmisión sexual (ITS).
- Han necesitado profilaxis postexposición.
- Han usado sustancias psicoactivas durante las relaciones sexuales.
Gesida va también aconseja valorar también la profilaxis preexposición en personas con una pareja infectada por VIH sin control clínico o virológico y con la que no se utilice preservativo; en personas con relaciones sexuales no protegidas e “intención transaccional” (sea por dinero, drogas u otra razón); en usuarios de drogas por vía parenteral que compartan jeringuillas y en general en personas en situación de vulnerabilidad social expuestas a contactos sexuales no protegidos con alto riesgo de infección por VIH.
Aunque la promoción de la profilaxis preexposición como estrategia de prevención del VIH ha sido discutida en el pasado, la evidencia acumulada señala que es hora de apostar por ella ante el fracaso parcial de las estrategias clásicas (básicamente las campañas de promoción centradas en el uso del preservativo) en determinados grupos. Buena muestra de ello son las estadísticas de nuevas infecciones del Ministerio de Sanidad español. A la espera de que se hagan públicos los datos correspondientes a 2016, durante el año 2015 se notificaron 3.428 nuevos diagnósticos de infección por VIH en España, de los cuales el 85,9% eran varones. La transmisión en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres continuó siendo, un año más, la más frecuente (53,6%), seguida de la heterosexual (25,4%) y de la que se produce entre usuarios de drogas inyectadas (2,8%). El 30,3% de los nuevos diagnósticos se realizó en personas originarias de otros países. Y lo que es especialmente grave: en el 46,5% de los casos el diagnóstico se consideró tardío.
Varios países ya se han puesto manos a la obra. El último, Portugal
Son ya numerosos los países que han aprobado el uso de profilaxis preexposición bajo prescripción médica, como Canadá, Estados Unidos o Australia. En Europa, ya hay un medicamento autorizado con tal fin: Truvada, una combinación de emtricitabina y tenofovir comercializada por el laboratorio farmacéutico Gilead, y que recientemente la Organización Mundial de la salud ha incluido en su lista de medicamentos esenciales con mención expresa a su posible uso en profilaxis preexposición.
De hecho, los Sistemas Nacionales de Salud de Francia, Noruega y Escocia ya han acordado su financiación (en el resto del Reino Unido se puede adquirir, pero no la dispensa por el sistema público). Otros países, en cambio, van más retrasados, y están todavía evaluando o a la espera de evaluar esta estrategia de tratamiento. Es el caso, como ya comentamos el pasado mes de diciembre, de España, donde Truvada solo se administra en dispensación hospitalaria como tratamiento de la infección por VIH.
Sin salir de la península ibérica, sin embargo, Portugal ha adelantado ya a España y ha emitido una orden ministerial por la que se inician los trámites para incluir en su Sistema Nacional de Salud la cobertura de la profilaxis preexposición, así como la dispensación de la correspondiente tasa moderadora (el “copago” que los portugueses pagan por los servicios sanitarios públicos) para los grupos vulnerables.
Una opción que no debe banalizarse
No conviene, en cualquier caso, banalizar lo que supone la profilaxis preexposición: hablamos de que una persona sana tome una medicación que no necesitaría tomar si adoptase otras medidas de prevención. Sin olvidar otro elemento clave en lo que los expertos coinciden: la importancia de la adherencia al tratamiento, es decir, de que las personas respeten escrupulosamente la pauta establecida y se acuerden de tomar correctamente la medicación (lo que por ejemplo no es del todo fácil si se opta por una pauta intermitente en lugar de una diaria). Y una buena adherencia al tratamiento no siempre es sencilla cuando una persona no presenta síntomas de enfermedad (como es en este caso). Otra preocupación de los expertos es la posible repercusión que la profilaxis preexposición puede tener sobre la expansión de otras ITS, que obviamente no previene.
Es por todo ello que desde Gesida recomiendan que la profilaxis preexposición sea prescrita y supervisada por un facultativo con experiencia en VIH e ITS en centros con capacidad de desarrollar un seguimiento adecuado.
De hecho, los mismos especialistas que apuestan ya por la profilaxis preexposición recuerdan que esta debe ser complementaria a otras estrategias que a su vez se deben potenciar, como la prueba del VIH y el inicio precoz del tratamiento en personas infectadas. También recuerdan la importancia del preservativo como la más sencilla de las herramientas de prevención, poniendo el acento en que no estamos hablando un tratamiento dirigido a toda la población, sino a aquellos colectivos en la que la estrategia clásica falla, con los costes asociados que ello supone.
Sinceramente, creo que es un gasto que puede ahorrarse las mermadas arcas del estado. Y más existiendo medidas de barrera como el preservativo. A ver si lo que va a faltar es educación sexual y responsabilidad.
El preservativo sólo protege la transmisión del VIH en sexo anal en un 70% de los casos. En la PrEp, como se dice en el artículo solo se conocen tres casos de transmisión del virus en gente que la tomaba. No se puede dudar de su eficacia porque desde que en ciudades como Londres se generalizó entre gays –y eso que pagan unas 50 libras por el bote que les dura como un mes– la toma de PrEp les bajaron las nuevas infecciones en un 40% Esto no se logró fomentando el uso de preservativos, ni parece previsible que se logre cuando los estudios indican que están en desuso y que sólo un 16% los usa siempre.
Los preservativos se rompen. No es lo que suele pasar pero puede pasar.
Hay hombres que no son capaces de mantener una erección con un preservativo.
Las lesbianas pueden contagiarse. Los fluidos biológicos masculinos son mucho más aptos que los femeninos para la transmisión del VIH pero si existe riesgo de contagio para ellas merecen tener a su disposición todas las medidas posibles para protegerse.
Que hace falta más educación sexual sí, pero rechazar un medicamento muy efectivo porque es caro no es una opción inteligente. Mejor presionar a farmaceuticas y legisladores para abaratar el precio del medicamento y cambiar el sistema de patentes por uno más justo, 😉
Feliz Pride Worl a tod@s 🙂
El fin, o casi el fin de las infecciones por VIH vendrá a mi juicio por tres vías: 1) Que cada vez haya más personas que se hagan la prueba y descubran que viven con el VIH. En una gran ciudad se considera que un 20% de los gays que viven con el VIH no lo saben. Estas personas transmiten la infección sin saberlo. Nadie debe tener miedo a hacerse la prueba porque descubierto a tiempo nadie se muere en España como consecuencia del VIH. El problema surge si se esconde la cabeza debajo del ala. El virus va a invadir el organismo sí o sí, y en cualquier momento la falta de defensas hará que debute en forma de sida con una neumonía, un sarcoma de Kaposi, un cáncer de otro tipo, etc. Esto conllevará una hospitalización, y que se entere la familia… Descubierto a tiempo, se hace vida normal, se puede beber, comer de todo, ir al gym, trabajar, estudiar, etc. Vida normal. No es como una diabetes que condiciona la vida y en la que hay que pincharse para ver los niveles de glucosa, inyectarse insulina, existen alimentos prohibidos, hay que regular todos los días la dieta, etc. El tratamiento suele ser de una pastilla al día, sin efectos secundarios, ni se pierde peso, ni la gente se demacra ni demás de las películas de los 90. 2) Que aquellos que saben que viven con el VIH estén a tratamiento, y lleguen a tener una carga viral indetectable. Estas personas no transmiten la infección, incluso manteniendo sexo desprotegido. No se conoce un solo caso de transmisión procedente de una persona a tratamiento con carga viral indetectable. Aunque resulte paradógico, es mucho más seguro tener sexo –incluso desprotegido– con alguien con carga viral indetectable que con alguien desconocido usando preservativo. Y 3) La generalización del uso de PrEp entre las personas «diana» del VIH. Ésta, ha probado su eficacia porque solo se documentaron tres casos de transmisión del virus en personas que la tomaban. Se toma de dos formas: o bien todos los días; o dos horas antes de tener sexo y 48 horas después. Y es lástima que los grupos de oposición al gobierno no exijan que se implemente la PrEp ya. Porque cada día que pasa sin que se autorice, el Gobierno contribuye a que diez personas se infecten en España con el VIH.