El ministro del Interior de Tanzania amenaza con detener a quienes defiendan los derechos de la población LGTB
El ministro de Interior de Tanzania ha amenazado con detener y juzgar a quienes defiendan los derechos LGTB. También ha declarado que expulsará del país, con carácter inmediato, a los miembros de organizaciones extranjeras que defiendan los derechos humanos de la población LGTB tanzana. Un paso más en la escalada represora del gobierno tanzano, que en los últimos tiempos ha arreciado en su empeño de estigmatizar a sus ciudadanos LGTB, utilizándoles como cabeza de turco a quien culpar de los problemas del país.
En unas declaraciones recogidas por el medio oficialista Daily News, el ministro del Interior de Tanzania, Mwigulu Nchemba, afirmaba con crudeza: “Me gustaría recordar y advertir a todas las organizaciones e instituciones que hacen campaña y pretenden proteger los intereses homosexuales…, que vamos a detener a cualquiera que esté involucrado y presentar cargos ante los tribunales”.
Además, también amenazaba con rotundidad a los miembros de organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos radicadas en Tanzania que apoyen a la población LGTB, a quienes asegura que “serán deportados de inmediato, ni siquiera tendrán tiempo de desenchufar sus teléfonos móviles”. Según el ministro, “quienes estén interesados en la homosexualidad deben irse y vivir en países en donde se divierten con esos asuntos. Si hay alguna organización en el país que apoye y haga campaña por la homosexualidad… su registro será anulado».
Las declaraciones de Nchemba se producen tan solo unos días después de que el presidente John Magufuli se refiriera con crudeza a las ONG extranjeras que defienden los derechos LGTB, a quienes prometió combatir, aunque eso significara la pérdida de ayudas económicas. Según el presidente tanzano, “los que enseñan estas cosas [el respeto a los derechos civiles de la población LGTB] no nos gustan, hermanos. Son los que nos han traído las drogas y las prácticas homosexuales que incluso las vacas desaprueban».
Una deriva fuertemente LGTBfoba
El Código Penal tanzano castiga las relaciones “contra el orden de la naturaleza”, entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La “grave indecencia” entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas solo están castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares).
Hasta hace unos años, esos artículos del Código Penal eran raramente aplicados, pero ya en julio de 2016 comenzaba una deriva fuertemente LGTBfoba de las autoridades tanzanas. Paul Makonda, comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, la más populosa del país, anunciaba una fuente campaña de represión contra los homosexuales, que produjo varias detenciones en locales de ambiente. También amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales, por lo que muchos de ellos dejaron de publicar.
Un poco antes, el Ministerio de Sanidad comunicaba la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales argumentando que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH. En septiembre de 2016, el viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno “protegerá siempre” los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que “no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida”. Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de tres ciudadanos tanzanos, acusándoles de “promover la homosexualidad” a través de las redes sociales.