Los jóvenes que participaron en la protesta contra un profesor homófobo de la Universidad de Santiago son finalmente absueltos
La noticia se produjo hace ya un par de semanas, no podemos pasarla por alto. Los dos jóvenes condenados en febrero a tres meses de cárcel por una protesta en el aula contra Domingo Neira, el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela que fue suspendido temporalmente en 2013 por sus comentarios homófobos en clase, pero que al que luego se le permitió reincorporarse, han sido finalmente absueltos.
El origen de la historia se remonta a 2013: en respuesta a la pregunta de una alumna de la Facultad de Ciencias de la Educación, Domingo Neira relacionó pederastia y homosexualidad, de la que afirmó que era “una alteración congénita o vicio”. Neira no se retractó. De hecho, en declaraciones concedidas al diario El País, argumentó que “si no hay certificación de que sea congénito, no hay más que discutir; pero si hay esa certificación, también puede ser por vicio. ¿O no hay desviaciones por vicios?”. Es más, el profesor se refirió a los homosexuales como“maricones” que sufren “desviaciones”, para distinguirlos de los “hombres-hombres”. Neira aseguró también que la adopción debería estar prohibida a parejas del mismo sexo, porque la homosexualidad es “contagiosa” y esas parejas “le pasarían el mal a su hijo”.
Tras difundirse estas opiniones, Alumnos de Neira aseguraron que su discurso homófobo no era una novedad. Según denunciaron, el profesor les exigía además, para aprobar el examen de su materia, superar una prueba sobre un libro escrito por él mismo. Como reacción a la polémica, la Universidad de Santiago suspendió de empleo a Neira durante el curso 2013-2014, pero este volvió a las aulas el curso siguiente, ante la sorpresa de numerosos alumnos o de ALEAS EU (el Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de Esquerda Unida), que ya entonces manifestó su rechazo a que a alguien así se le permitiera dar clases en una universidad pública. El malestar por la reincorporación se reflejó, entre otras acciones, en una protesta que unos setenta alumnos vinculados a movimientos de izquierda llevaron a cabo en mayo de 2015 en forma de escrache al final de una de sus clases, y que desembocó, tras la denuncia de la Universidad de Santiago, en el procesamiento de tres de ellos. En su momento, los jóvenes explicaron que la acción de protesta (consistente en la muestra de carteles y banderas arcoíris y el grito de consignas reivindicativas) respetó el desarrollo de la clase y solo se llevó a cabo en los últimos minutos, ya cuando Neira había comenzado a recoger. El juicio quedó visto para sentencia en octubre pasado.
En febrero de este año los tres jóvenes dieron a conocer en Facebook la sentencia. Dos de ellos, Antia y Mario, fueron condenados a tres meses de prisión por un delito de desórdenes públicos. El tercero de ellos, Martín, fue absuelto. Los condenados recurrieron una sentencia que consideraban que tenía como único fin “amedrentar de forma ejemplificante a todas aquellas personas que salen a la calle y se movilizan por sus derechos”. El 23 de octubre, por fin, anunciaban en Facebook su absolución:
Acabam-nos de comunicar a resoluçom do recurso que tínhamos interposto contra a condena de três meses de prisom polo…
Publicado por Absolviçom Antia, Mario e Martín en Lunes, 23 de octubre de 2017
Desde dos manzanas nos alegramos de que finalmente se haya hecho justicia, pero no podemos sino sentir preocupación y rabia por el hecho de que la denunciante fuese la propia Universidad de Santiago, la misma institución pública que mantiene a un personaje como Neira entre su personal.