La pareja australiana que amenazó con divorciarse si se aprobaba el matrimonio igualitario finalmente se echa atrás
Tras la aprobación del matrimonio igualitario por parte del Parlamento de Australia, algunos han recordado que en el año 2015 hubo una pareja que comunicó su intención de divorciarse si esto ocurría, debido a sus creencias religiosas. Sin embargo, preguntados al respecto, parece que aquella convicción con la que hablaron en su momento no ha superado el enfrentamiento con la realidad. No, no se van a divorciar.
Nick y Sarah Jensen son un matrimonio australiano de profundas convicciones religiosas que, hace un par de años, se comprometieron públicamente a divorciarse si se aprobaba el matrimonio igualitario en su país. Argüían que “el matrimonio de cualquier pareja es importante para Dios, independientemente de si esa pareja reconoce la participación o la autoridad de Dios en él”, y que el hecho de que las parejas del mismo sexo pudieran acceder a esa institución civil, haría que su propio enlace tuviera “un sentido y un propósito completamente diferentes”.
Todo ello lo explicaron en una carta dirigida a la revista Canberra City News, en unos momentos en que se habían difundido encuestas que reflejaban el apoyo creciente a los derechos de las parejas LGTB por parte de la población australiana. Nick Jensen, abogado de profesión, se sintió obligado a comunicar a la opinión pública su decisión de proceder a divorciarse en el caso de que el matrimonio igualitario terminase siendo aprobado. Si bien añadía posteriormente que “después de nuestro divorcio continuaremos viviendo juntos, esperemos que por otros 50 años más. Y, si Dios quiere, vamos a tener más hijos. También continuaremos refiriéndonos entre nosotros como ‘esposo’ y ‘esposa’ y nos consideraremos casados por la Iglesia y ante Dios”.
Una vez que las parejas del mismo sexo australianas gozan de igualdad de derechos, por decisión del Parlamento de su país, algunos medios se han interesado por el futuro del matrimonio Jensen, y por saber si su ferviente propósito de hace dos años seguía aún en pie. Pues bien, en unas declaraciones al Daily Mail Australia, Nick Jensen se ha echado para atrás en su decisión, aunque, eso sí, con profusas excusas. Así se explicaba:
Mis declaraciones públicas anteriores con respecto al divorcio civil nunca tuvieron que ver con la separación de mi esposa, sino más bien con nuestro matrimonio respecto al Estado. La legislación actual hace insostenible hacerlo legalmente. Nuestro propósito era, y sigue siendo, resaltar que una redefinición del matrimonio cambia el acuerdo bajo el cual estábamos originalmente casados. No haremos más comentarios.
Efectivamente, la normativa australiana sobre el divorcio es bastante restrictiva, ya que establece que las parejas que deciden concluir su vínculo matrimonial tiene que vivir separadas durante un año antes de poder solicitarlo, y además deben asegurar ante el tribunal de familia que no lo harán en el futuro. Es decir, la única manera de que los Jensen puedan divorciarse es que mientan ante un tribunal. Pero es de extrañar que un abogado como Jensen no conociese hace dos años esa normativa, tanto como que unas convicciones religiosas tan fuertes se diluyan con tanta falicidad porque las leyes terrenales sean un tanto complicadas.