El presidente de Ghana asegura que legalizar la homosexualidad es una cuestión de tiempo, “al igual que en otras partes del mundo”
El nuevo presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, ha admitido en una entrevista concedida a la cadena de televisión Al Jazeera que cree que la homosexualidad acabará descriminalizándose en este país africano, de la misma forma que ha ocurrido y seguirá ocurriendo “en otras partes del mundo”. Akufo-Addo se ha referido a las legislaciones LGTBfóbicas que se mantuvieron vigentes en países como el Reino Unido (en el que vivió una parte de su infancia) y cómo la presión social y el activismo logró darle la vuelta hasta que se acabó reconociendo los derechos del colectivo. Por ello argumenta que, para abordar este debate, la opinión pública debe mostrar más signos de tolerancia. Aunque se trate una tibia declaración de intenciones, la postura de Nana Akufo-Addo es de las más inclusivas entre la clase política del país. Varios líderes de la oposición y medios de comunicación ghaneses contestan al presidente que la homosexualidad es “repugnante” y “antinatural”.
A corto plazo no parece que vaya a producirse ningún cambio sustancial para la comunidad LGTB de Ghana. Sin embargo, el presidente, Nana Akufo-Addo, asegura que la legalización de la homosexualidad en este país es una cuestión de tiempo. En este sentido, Akufo-Addo anima al activismo ghanés a trabajar para lograr una mayor aceptación social, que sirva como base para acometer cambios legislativos. En este momento, “no veo que en Ghana haya una fuerte corriente de opinión que diga que esto es algo a lo que tenemos que, incluso, enfrentarnos”, dice el presidente ghanés en su entrevista para Al Jazzera. Nana Akufo-Addo accedió al cargo en enero de este año. En su primer discurso dijo que esperaba que los ghaneses sean “ciudadanos, no espectadores; ciudadanos, no sujetos; ciudadanos responsables”.
Las declaraciones del presidente sobre la futura descriminalización de la homosexualidad, a pesar de que no constituyen ningún compromiso político, han despertado una ola de fuertes críticas por parte de la oposición e incluso de medios de comunicación locales como que las relaciones entre personas del mismo sexo son algo “repugnante” y “antinatural”.
Hassan Ayariga, presidente del All People’s Congress (APC), asevera que “esta aceptación camuflada por parte de nuestro Gobierno del comportamiento antinatural ahora ha amenazado con destruir nuestra sociedad. Los efectos comienzan a manifestarse y no podemos sentarnos y permitir que suceda”. El líder del APC ha calificado a los hombres homosexuales como “jinetes de salchichas”, al tiempo que anunciaba que “recordaremos al presidente que su aclamado activismo por los derechos humanos no se extiende a los derechos humanos anormales”, por lo que “no nos sentaremos y permitiremos que nuestra sociedad sea reducida por bandidos que quieren desafiar la sabiduría de Dios”.
En cambio, desde el colectivo LGTB de Ghana se empiezan a alzar voces de moderada esperanza. El activista africano Edwin Sesange considera que “este es uno de los presidentes más respetados en África. Fue muy valiente por su parte hacer comentarios tan prometedores, dada la retórica antigay en el país y en el continente en general”. En opinión de Sesange, “a pesar de que no apoya totalmente la despenalización de la homosexualidad, su mensaje de optimismo y trabajo duro debe tomarse en serio». Razón por la que «lo felicito por eso. Necesitamos más personas como él”.
La difícil situación del colectivo LGTB en Ghana
En Ghana las relaciones homosexuales son ilegales y pueden conllevar penas de cárcel, aunque en las ciudades más grandes –como Accra o Kumasi– pueda hablarse incluso un tímido y discreto “ambiente”. El clima de opresión se extiende, en cualquier caso, a las élites políticas. En septiembre de 2015, sin ir más lejos, el candidato a la presidencia George Boateng proponía fusilar a “corruptos, gais y lesbianas”. Ese mismo año, en dosmanzanas nos hacíamos eco de varios ataques y amenazas homófobas que atemorizaron a la población LGTB de este país.
En noviembre de 2013, el propio Ministerio de Educación decretaba la persecución de los alumnos percibidos como gais o lesbianas a raíz de la denuncia de una alumna que aseguraba sentirse presionada por sus compañeras para “practicar el lesbianismo”. En abril de ese año, dos colegios expulsaban a 53 alumnos por ser supuestamente homosexuales. Anteriormente, en julio de 2011, el ministro para la región occidental del país ordenó el arresto de todas las personas homosexuales en su jurisdicción, poco después de que una pareja de hombres fuera desterrada de su localidad por celebrar una ceremonia privada de boda. Un año antes, cientos de personas participaban en una manifestación homófoba cuyo organizador recurrió al argumento de la supuesta “homosexualización” de los jóvenes ghaneses a manos de los extranjeros.