La exposición colectiva ‘Bad Taste’ aterriza en La Fresh Gallery de Madrid tras su paso por La Térmica
La exposición Bad Taste, organizada por La Térmica de Málaga y comisariada por la galerista Topacio Fresh, aterrizará esta semana en La Fresh Gallery de Madrid, donde podrá ser visitada hasta 9 de febrero. Se trata de una propuesta expositiva colectiva que rinde homenaje al mal gusto, bien entendido, y que para ello se adentra en la escena contracultural contemporánea. Dosmanzanas ha hablado con varios de sus protagonistas.
La muestra, leitmotiv del I Festival de Cultura Basura, será inaugurada el próximo miércoles y exhibida parcialmente —por cuestiones logísticas y de falta de espacio— en la conocida galería de arte madrileña. “Una reunión de obras pictóricas y fotográficas repleta de imágenes de ficción estética, basura sentimental y paraísos artificiales. Media docena de artistas inspiran su trabajo artístico en la definición de lo kitsch, el trash, el pop y el sentimiento de la fealdad por encima de la belleza”, asegura la propia Topacio en su web.
Uno de los protagonistas de la exposición es el artista malagueño Leo Peralta, que aporta una reinterpretación clasicista de una obra del artista francés Nicolas de Largillière. Para llevarla a cabo, Peralta optó por emplear la técnica que ha estado desarrollando últimamente. «Me apropio de piezas clásicas y las transformo en obras absolutamente nuevas. Mi ‘Divine’ es una visión renovada del personaje icónico de Waters. Es llevar lo trash al clasicismo«, asegura el artista. «Trabajé en ella durante tres semanas aproximadamente, y es una mezcla de técnicas, dibujo digital y collage«, añade.
Para Peralta, los organizadores de esta exposición han llevado a cabo «una apuesta arriesgada y valiente al acercar al público mainstream algo que ha pertenecido durante mucho tiempo a las minorías underground«. El artista comenta a dosmanzanas que sigue trabajando en nuevos proyectos, que verán la luz en breve. «Estoy preparando mi próxima exposición para La Fresh Gallery de Topacio. Seguirá la línea que he venido desarrollando en las últimas exposiciones«, adelanta.
Un altar para José Pérez Ocaña
Otra de las propuestas viene de la mano de Ofrendas Clandestinas, formado por Gaspar Estelles —licenciado en marketing— y José Luis Urquiza —diseñador gráfico— y que rinden homenaje al desaparecido artista y activista LGTB andaluz José Pérez Ocaña, con una serie de altares y santuarios. «Ofrendas Clandestinas nace con el afán de reunir lo kitsch, la iconografía religiosa y lo barroco en todas sus piezas, aplicándolo a altares, capillas, imágenes o cualquier objeto decorativo«, comenta a dosmanzanas Urquiza. Gran parte de sus obras se realizan «con materiales en desuso, adquiridos en rastros y mercadillos, aplicando técnicas mixtas desde collage, pintura, decoupage, etc.» y la pareja confiesa que siente «especial debilidad» por «lo dorado, los colores brillantes, el plástico y las luces«.
Su obra fue elaborada a petición de los organizadores de Bad Taste. «Creían que era necesario que José Pérez Ocaña tuviera su lugar en una exposición como esta y nos pidieron un altar para él«, explica Urquiza. La instalación consta de cinco piezas donde se muestran diferentes facetas del actor y pintor sevillano, así como de una esquela donde Ofrendas Clandestinas le homenajea con motivo del setenta aniversario de su nacimiento. «Cada pieza está compuesta por un bastidor de madera de 35 centímetros de diámetro, coronada por una luz de neón y el personaje en cada actitud. Se muestra así a un ocaña pintor, al actor y amante de las mujeres de su pueblo (Cantillana), al activista y provocador, al amante de las vírgenes y de la iconografía religiosa, y a Ocaña con su famoso traje de sol«, añade. Cabe recordar que Ocaña falleció en Sevilla en septiembre de 1983.
«Topacio supo recrear un Studio54 made in Spain«
El pintor tinerfeño Cristóbal Tabares, uno de los protagonistas de Bad Taste, es licenciado en Bellas Artes y lleva años participando en exposiciones colectivas y colaborando con distintos medios. Su obra ‘La concha es una Pecten Maxius. Soy bióloga’, un homenaje a los posados veraniegos de Ana Obregón, se ha convertido en uno de los mayores reclamos para los visitantes de la exposición. Eso sí, por cuestiones de espacio, esta obra de arte no podrá exhibirse en Madrid. «La mía ocupa media galería», bromea al respecto.
¿Qué es para usted el mal gusto?
Lo relaciono con los instintos primarios. Con el biopoder que tienen algunas personas de hacer y decir lo que les da la gana, ya sea comerse una mierda de perro o ir al diario de Patricia a hacerse una prueba de paternidad. Nunca desde una perspectiva peyorativa, sino desde la postura de consumidor de cultura basura.
Me gustaría saber cómo surge la idea de elaborar esta obra y cómo fue el proceso de creación.
La idea fue instantánea. Cuando leí la propuesta, me vino a la mente el Nacimiento de Venus de Botticelli con algún personaje de la cultura popular de nuestro país. En ese momento estaba exponiendo en Mallorca, creo que de ahí el momento ‘posado de verano’ de la Obregón. Me avisaron para hacer esta obra a mediados de agosto, y tenía que tenerla para finales de septiembre. Es una obra de tres metros, con mucho detalle, pintada al óleo, y tenía que contar con el periodo de secado para poder enviarla, por lo que fueron unas semanas intensas.
Entonces, la realizó por petición de los organizadores de la muestra.
La hice ex profeso para esa expo, pero fue una propuesta mía. Ellos sólo me dijeron que querían pintura.
El cuadro ha estado expuesto en La Térmica desde octubre. ¿Cómo vivió el Festival de Cultura Basura?
Esos días en la Térmica fueron geniales. No sólo porque el contenido del festival era súper completo, sino por todos los artistas que se dieron cita allí. Fue genial tomar cañas con Palomo Spain, Soy una Pringada, Alaska y María José la Valenciana. Creo que Topacio supo recrear un Studio54 made in Spain.
¿Cómo fue para usted conocer a John Waters en persona?
John Waters es una estrella, elegante, tranquilo ¡y muy guapo!
¿Le explicó quién era Ana Obregón?
Me preguntaron que quién era la señora y le dije a su intérprete que era ‘nuestra Pamela Anderson’.
¿Sabe si Ana llegó a verla?
¡Sí! Y la subió a su Instagram, y empezó a seguirme.
Deduzco entonces que le gustó…
Sí, le dije que había mezclado un clásico del renacimiento y un clásico del verano.
¿Qué le sirve a usted como fuente de inspiración a la hora de crear?
Aunque tengo varias líneas de trabajo abiertas, últimamente estoy más centrado en la cultura popular. Los fenómenos virales, las estrellas de una día… Lo mío es un proceso inverso, es devolver al óleo los archivos digitales. La cultura pop, en general, es mi campo de trabajo.
¿Algún proyecto a la vista?
En dos semanas inauguro exposición en el TEA de Tenerife, en la sala Área60. En marzo, tengo una colectiva en el mismo museo y una exposición individual en una galería de Sevilla.
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Acerca del Author
Aashta Martínez
Periodista. Profesional con compromiso social y fobia al servilismo político. Totalmente convencido de la responsabilidad social de los medios. Escribo sobre diferentes temas y pregunto (mucho) cuando me dejan.