Matías Uris: «La Veneno nos confesó que nunca le habían hecho una sesión de fotos en condiciones»
Matías Uris (Ciudad Real, 1981) es fotógrafo y uno de los grandes protagonistas de ‘Bad Taste’, la exposición colectiva que estos días acoge La Fresh Gallery de Madrid. Tuvo el honor de ser la persona que retrató a Cristina La Veneno en su última sesión fotográfica, para el décimo número de la revista Candy —dirigida por Luis Venegas—. Para Uris, aquel fue uno de los día que más ha disfrutado y en el que más le han hecho reír. «Fue un orgullo, claro que sí». Dosmanzanas ha charlado con el manchego sobre esta experiencia y sobre lo que ha supuesto para él formar parte de la exposición-homenaje al mal gusto.
La mítica sesión antes citada tuvo lugar a mediados de octubre de 2016, apenas cuatro semanas antes de la muerte de Cristina, en la casa de Uris. Valeria Vegas, autora del libro ¡Digo! Ni puta ni santa: las memorias de La Veneno, fue la encargada de llevar a Cristina hasta allí ese día. «Cristina llegó casi puntual a la cita. Desde que entró por la puerta hasta que se fue no calló ni dos segundos, sin parar de contarnos historias de su época como prostituta, de la tele o de la cárcel. Tuve la suerte de contar con la mejor estilista y el mejor maquillador para la ocasión«, comenta Uris. En aquella sesión, en efecto, participaron la directora de arte y estilista Alicia Padrón y el maquillador Kley Kafe. Padrón preparó para Cristina varios looks de lo más elegantes y de firmas como Gucci, Loewe o Saint Laurent, sin olvidar el famoso diseño de Palomo Spain. Este último proporcionó a Cristina para varias de las fotos una bata floreada, exactamente la misma, que unos meses después vestiría Beyonce en la foto con la que presentó al mundo a sus mellizos.
De hecho, en un momento dado Cristina se abrió la bata y se quedó desnuda. Después, le pidió a Uris que le retocase digitalmente la entrepierna para ponerle un sexo femenino. «Cristina nos lo dio todo y nosotros la mimamos todo lo que pudimos. Estaba emocionada, nos confesó que nunca le habían hecho una sesión de fotos en condiciones y hubo un momento en que, mirándose al espejo, gritó: ‘¡Coño! Si me parezco a la Lomana!‘ […] Queríamos sacar una Veneno diferente. La idea era hacer unas fotos bonitas sin que dejase de ser ella. Le hizo mucha ilusión que no la vistiéramos como una ‘vulgarona’«, recuerda el fotógrafo.
«Al final de la sesión le dije que me había sorprendido que fuera tan fácil trabajar con ella, y que era un amor de mujer«, explica igualmente Uris. «Ella me miró emocionada y me dijo que normalmente la gente pensaba que era un animal y una burra por el papel que le ‘obligaban’ a representar en televisión, pero que ella no era así. El equipo entero nos fundimos en un abrazo con ella«.
Dada la proximidad, en fechas, de la sesión con la muerte de la vedette, solo fueron publicadas seis fotografías en el reportaje que la revista le dedicó a Cristina ‘in memoriam’. «Como murió a las dos semanas de hacer las fotos, la selección para la revista fue muy suave. No queríamos que nadie se sintiera incómodo viendo el material. Y finalmente no incluimos ningún desnudo. No procedía«, explica Uris.
El resto de las imágenes fueron guardadas durante todo este tiempo. Cuatro de ellas vieron la luz el pasado mes de octubre, con motivo de la exposición ‘Bad Taste’, junto a videotutorial, de varios minutos de duración, en el que se ve a Cristina maquillándose. «Topacio Fresh y Valeria Vegas contactaron conmigo para ofrecerme participar», apunta Uris. Del resto, una buena parte de ellas han sido incluidas en un fanzine editado por Uris con motivo del ‘reestreno’ de la exposición en Madrid, algo que hará las delicias de los fans de La Veneno. «Parte de los fondos irán para Transexualia, una asociación que trabaja para la inserción laboral de prostitutas trans, de la cual Cristina era miembro«, apunta. «Para la exposición tuve carta blanca y elegí lo que quería mostrar, teniendo muy en cuenta lo que le habría gustado a ella. Con el fanzine, simplemente he incluido mis fotos preferidas».
Fotógrafo autodidacta, Uris estudió diseño gráfico en la escuela Pedro Almodóvar de Ciudad Real y, más tarde, arte dramático en Madrid. «Como fotógrafo me considero bastante versátil. No me gusta mucho definirme«, comenta. En los últimos años ha colaborado con numerosas publicaciones, lo que le ha permitido vivir experiencias bastante interesantes. «He tenido grandes momentos con personajes maravillosos. Me hizo mucha ilusión enrollar en una cortina a Daryl Hanna. Con Camela disfruté mucho y hasta me cantaron ‘Sueño contigo’ en un taxi. Y de Cristina, ni hablar…«, dice.
En estos momentos, promociona su contribución al homenaje al mal gusto antes citado. «Para mí [el mal gusto] forma parte de una sensibilidad hacia lo ordinario, un flechazo hacia lo feo, una atracción loca por la chabacanería y lo vulgar«, explica. Además, trabaja también en otros proyectos. «Ahora estoy editando dos libros. Uno sobre la obsesión compulsiva que la sociedad tiene por fotografiarlo todo, y otro sobre aspectos bizarros del costumbrismo español utilizando como marco mi pueblo en La Mancha«, concluye.