Festival de Eurovisión 2018: favoritos y posibilidades de Amaia y Alfred (y «Tu (su) canción»)
Ya era hora de llegar a Eurovisión con la cabeza bien alta. Amaia y Alfred son dos representantes de lujo tanto juntos como por separado. Y «Tu canción», compuesta por Raúl Gómez y Sylvia Santoro, es una canción muy digna. Pero ¿ganaremos? Rotundamente no. Y es que España lleva años sin ir a Eurovisión «a ganar», pareciendo conformarse con no quedar en último lugar (y a veces, ni eso).
Como sabéis, este año vivo Eurovisión desde Los Ángeles. Vamos, que no lo vivo. O, al menos, no lo he vivido hasta ahora. Sí seguí de cerca la evolución de Amaia y Alfred en OT 2017, una edición por cierto muy LGTB [ver artículo], y, claro está, la elección de «Tu canción» como representante. Y sí: Amaia y Alfred son maravillosos. Pero con eso no basta. Porque sus delicadas y originales voces no brillan como se merecen con una balada que, aun siendo emotiva y elegante, se antoja bastante plana y cursi. Además, la química entre ambos, que tanto hace vibrar al público español, carecerá de efecto en Eurovisión, certamen donde, eso sí, contamos con la ventaja de que la mayoría sólo escuchará la canción un par de veces. O sea, el límite para edulcorarse. Y es que, mientras que la que fue su principal competidora, «Lo malo» (escrita por Will Simms, adaptada al español por Brisa Fenoy e interpretada por Aitana y Ana War) puede escucharse (y, claro, bailarse) hasta la saciedad sin cansarse de ella (afortunadamente, porque todo indica a que así lo haremos en verano), «Tu canción» aburre con rapidez. Y eso que, insisto, Amaia y Alfred la defienden de maravilla. Ambos se encuentran, sin duda, entre los mejores artistas del 63º Festival de Eurovisión, pero, puesto que estamos ante un certamen de canciones y no artistas (recordemos que la gran Bonnie Tyler quedó en 19º lugar en 2013 , y eso que «Believe in Me» no era mala ni de lejos), todo juega en nuestra contra.
Para colmo, admitámoslo, TVE meterá la pata de algún modo u otro. Y es que, sea con un vestuario anticuado, con coros horripilantes, con decorado barato o con una coreografía dignas de una actuación de fin de curso, España siempre termina decepcionando aun cuando sus artistas lo dén todo sobre el escenario (recordemos los vanos esfuerzos de Soraya y Edurne, condenadas al fracaso desde el principio con canciones mediocres y enterradas finalmente el día de la gala con escenificaciones innegablemente cutres). ¿Tienen alguna posibilidad Amaia y Alfred contra el «Fuego» de la chipriota Eleni Foureira? No, todo indica que Chipre ganará por vez primera, algo que España, por cierto, no logra desde 1969. Y, si no, lo hará Israel (Neta, «Toy»). Bueno, o Noruega (Alexander Rybak, «That’s How Your Write a Song»), Estonia (Elina Nechayeva, «La Forza»)… Incluso Francia (Madame Monsieur, «Mercy»).
Disculpad mi negatividad, pero realmente me parece de juzgado de guardia tener a dos artistazos como Amaia y Alfred y no sacarles el partido que merecen, siquiera la mitad de él. Dicho esto, confiemos en acercarnos al décimo puesto de Pastora Soler («Quédate conmigo») y Ruth Lorenzo («Dancing in the Rain»), cuyas actuaciones tampoco eran nada del otro mundo, aunque yo apuesto más bien por un par de puestos más abajo. En cualquier caso, vamos a Lisboa con dignidad y eso ya es más de lo que solemos hacer, así que… Olvidémonos de ganar (tal y como lleva años haciendo TVE) y centrémonos en disfrutar del que, pese a quien pese, sigue siendo uno de los grandes eventos de unión entre los países europeos, así como uno de los mejores espectáculos musicales del año… Y, claro está, toda una celebración LGTB.