Chisináu, la capital de Moldavia, acoge la primera marcha del Orgullo LGTB sin incidentes de los últimos años
La comunidad LGTB de Moldavia puede estar de enhorabuena. Por primera vez en los años recientes se ha celebrado una marcha del Orgullo sin incidentes en Chisináu, la capital del país. La policía impidió que contramanifestantes relacionados con la iglesia ortodoxa interfirieran, como en otros años, con el recorrido de la marcha. Utilizó para ello gases lacrimógenos contra los LGTBfobos y montó un cordón policial para proteger a los activistas. Más de 20 países representados por sus embajadas en el país, entre ellos España, firmaron un manifiesto de apoyo a la marcha.
Tras al menos tres años consecutivos de intimidación y violencia, la comunidad LGTB de Moldavia consiguió el pasado sábado manifestarse pacíficamente y sin incidentes por las calles de la capital Chisináu. Como en otros años, un grupo de ultraortodoxos se congregó para intentar boicotear el desarrollo de la marcha. Pero en esta ocasión, la policía actuó para proteger de la horda LGTBfoba a los manifestantes, que reivindicaron la igualdad frente a la intolerancia.
Las fuerzas de seguridad formaron un cordón para blindar el recorrido y no dudaron en emplear gases lacrimógenos para rechazar a los contramanifestantes que intentaban romper la línea policial. La marcha pudo celebrarse sin incidentes, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando la policía tuvo que evacuar en autobuses a los participantes tras ser atacados con huevos y agua por los violentos.
Este año, la movilización ha contado además con un amplio apoyo internacional. Las embajadas de 22 países representados en Chisináu han firmado un comunicado de apoyo a la marcha y a la igualdad LGTB en Moldavia. Se trata de las misiones de Alemania, Argentina, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, los Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Noruega, los Países Bajos, Portugal, el Reino Unido, la República Checa, Suecia y Suiza. El manifiesto recoge que:
Con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, expresamos nuestro apoyo a las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) en la República de Moldavia.
Hemos sabido que actualmente se está celebrando el 17º festival LGBTI «Moldova Pride». Como los valores de la tolerancia y el respeto a la diversidad son fundamentales para las sociedades democráticas abiertas, reconocemos el derecho de las personas LGBTI y los que las apoyan a llevar a cabo pacíficamente la Marcha de la Solidaridad del 19 de mayo.
El apoyo internacional contrasta con el rechazo del presidente del país, Igor Dodon. Con motivo de la fallida marcha del año pasado, Dodon rechazaba ser «el presidente de los gais». «Deberían elegir a su propio presidente», añadía. También acusó a los convocantes de promover «acciones que contradicen nuestros valores tradicionales». Este año no se ha quedado atrás en su LGTBfobia y ha vuelto a mandar un mensaje excluyente al afirmar que «solo las familias normales» tienen cabida en Moldavia.
Una situación difícil para la comunidad LGTB
Moldavia ocupa el puesto 43 (sobre 49) entre los países europeos en cuanto al respeto de los derechos de las personas LGTB, según la última lista confeccionada por ILGA-Europa. El matrimonio igualitario está prohibido constitucionalmente, sin que haya ningún reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. En 2012 se aprobó una ley de igualdad, que, debido a las presiones de la Iglesia ortodoxa, solo reconocía el derecho a la no discriminación por razón de la orientación sexual en el mercado de trabajo, sin establecer el mismo derecho en los demás ámbitos. En el año 2013, el Gobierno aprobó una ley que prohibía la «propaganda homosexual», a semejanza de la rusa, que afortunadamente fue derogada tres meses después de su entrada en vigor, como contrapartida a la firma de un acuerdo comercial con la Unión Europea. Según una encuesta efectuada en 2014, el 76 % de los moldavos opinan que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar.
En mayo de 2015, el colectivo GenderDoc-M propuso la celebración de una Marcha por las calles de Chisináu. Según el informe de ILGA-Europa, dos días antes del evento, la policía solicitó a GenderDoc-M que cambiase la ubicación y la fecha, debido a una supuesta preocupación por la seguridad. La compañía de autobuses contratada para llevar a los participantes a la Marcha no se presentó, tras recibir una llamada de policía. Miembros de Occupy Pedofilyaj, el infame grupo LGTBfobo de procedencia rusa, amenazaron a los participantes y les arrojaron huevos podridos, sin que hubiera ningún acusado por delitos contra el orden público. Hace dos años, la manifestación fue interrumpida a poco de iniciarse por centenares de LGTBfobos, que portaban banderas moldavas, ortodoxas y crucifijos. La policía, como medida de seguridad, decidió disolver la marcha, que duró apenas quince minutos.