Encuesta a adolescentes LGTBI+ de Portugal: un 66,7% ha sido objeto de agresiones verbales en la escuela, y casi un 20% de agresiones físicas
Las escuelas portuguesas son, para muchos jóvenes LGBTI+, un entorno inseguro. Un 36,8% de los adolescentes que se identifican como parte del colectivo aseguran sentirse inseguros en su colegio o instituto a causa de su orientación sexual, mientras que un 27,9% lo hacen a causa de su expresión de género. No es de extrañar, si se tiene en cuenta, por ejemplo, que un 66,7% de ellos ha sido objeto en alguna ocasión de agresiones verbales, mientras que un 17,9% ha sufrido agresiones físicas.
El colectivo ILGA Portugal ha dado a conocer los resultados del Estudio Nacional sobre Ambiente Escolar, resultado de una encuesta en la que se recogieron los datos de 663 jóvenes de entre 14 y 20 años que hubiese cursado estudios de primaria o secundaria durante el curso lectivo 2016-2017 (puedes descargar aquí el estudio en formato PDF). La edad media de los encuentados fue de 16,2 años, siendo el grupo más representado, por lo que a la orientación sexual se refiere, el de los jóvenes que se identificaron como bisexuales (34,7%), seguidos de gais (23,8%), lesbianas (18,4%), pansexuales (13,1%), queer (3,6%), heterosexuales (1,5%) y cualquier otra orientación (4,8%). Por lo que a la identidad se refiere, el 54,3% se identificaron como de sexo femenino, el 33,8% como de sexo masculino, el 2,6% como persona trans, el 3,5% como hombre trans, el 0,9% como mujer trans, el 6,9% como queer y el 2,7% como otra.
El estudio ha contado con el apoyo de la estadounidense GLSEN (Gay, Lesbian and Straight Education Network), organización de la que partió la idea de hacer este tipo de estudio en diferentes países, así como del Centro de Investigación e Intervención Social del ISCTE-IUL (Instituto Universitario de Lisboa) y del Centro de Psicología de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Oporto.
Algunos de los datos referidos a agresiones verbales o físicas los hemos adelantado ya arriba, pero hay más datos interesantes. Un 75,1% de la muestra ha escuchado comentarios de tipo LGTBfóbico por parte de compañeros, pero quizá lo que resulta más preocupante es que un 62% los han escuchado a personal de los centros educativos (tanto docente como no docente). La mayoría de los encuestados (73,6%) refiere haber sufrido algún tipo de exclusión deliberada por parte de compañeros, situación que ha sido además frecuente para el 28,5%. No es de extrañar que la posibilidad de faltar a la escuela, según el estudio, sea cuatro veces superior en este grupo de estudiantes. Por otra parte, menos de un tercio de los estudiantes encuestados (un 31,9%) ha denunciado alguna de estas situaciones al personal del centro. Y solo un 30,4% de ellos consideran que el centro respondió de forma eficaz.
Por lo que se refiere al apoyo del personal del centro, un 93,3% de los encuestados es capaz de identificar al menos a una persona que apoya abiertamente a los estudiantes LGTBI, pero solo la mitad es capar de identificar a seis o más. Por lo que se refiere a con quien hablar de temas relacionados con el ámbito LGTBI, un 51,4% se siente cómodo haciéndolo con alguno de los psicólogos o trabajadores sociales del centro y un 50,2% con alguno de los profesores. Una cifra que curiosamente desciende al 24,4% si se trata de profesores de Educación Física. Tres cuartos de los estudiantes (el 74,9%) aseguraron además no haber asistido nunca a una actividad de abordaje positivo de las cuestiones LGTBI en las aulas. Un dato significativo: mientas que la mayoría si han tratado el tema del bullying o acoso, solo el 26,4% asegura que en algún momento se abordó de forma específica la orientación sexual y la identidad o expresión de género como una de las causas.
Más datos importantes: en los casos en los que si se abordaron las cuestiones LGTBI mediante programas inclusivos, la percepción de apoyo del entorno fue claramente superior (75.9% frente a 51.4%), así como el sentimiento de pertenencia (71.7% frente a 46%), mientras que disminuye el absentismo (13,3% frente a 16,1%). De la misma forma, en aquellos centros que desarrollan políticas activas contra el bullying, disminuye de forma significativa la posibilidad de que el personal del centro (docente o no) haga comentarios discriminatorios.
Un estudio, en definitiva, que muestra lo mucho que las autoridades educativas portuguesas deben aún trabajar para mejorar la situación de sus estudiantes LGTBI+, pero que en cualquier caso demuestra, una vez más, la utilidad de las políticas activas de inclusión de la diversidad y contra el acoso por LGTBfobia. Algo que resulta igual de válido en nuestro país, donde este tipo de estudios son igualmente necesarios.
Estudios similares llevados a cabo en la Comunidad de Madrid
Es una buena oportunidad para recordar, en este sentido, que según un estudio publicado en 2016 y llevado a cabo en la Comunidad de Madrid por voluntarios del grupo de educación del colectivo COGAM gracias a una subvención de ILGA Europe, un 60% de todos los alumnos había sido testigo de agresiones verbales LGTBfóbicas, que sufren adolescentes que eran LGTB o que sin serlo simplemente no reproducían los estereotipos de género tradicionales. El 7% había presenciado incluso agresiones físicas. El estudio fue realizado entre más de 5.600 alumnos y 30 profesores de 39 centros de educación secundaria de la Comunidad de Madrid (puedes descargar un resumen ejecutivo de este estudio aquí, o si lo prefieres estudiar con más detalle puedes descargarlo íntegramente aquí.
Un segundo estudio, realizado y presentado simultáneamente, buscaba valorar de forma específica cómo influyen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el acoso que tradicionalmente sufren los estudiantes LGTB. En él participaron más de 2.600 alumnos, 30 docentes y 10 autoridades competentes en materia de educación, ciberacoso y discriminación, mostró que el 15% del alumnado LGTB padecía ciberacoso, especialmente el alumnado trans. Más del 52% de los alumnos, de hecho, había sido testigo de este tipo de acoso. El estudio detectaba además una importante falta de sensibilización y concienciación a nivel familiar, educativo e institucional. Puedes descargar su resumen ejecutivo aquí (y descargarlo íntegramente aquí).