Una diputada del partido en el Gobierno de Japón considera que las personas LGTBI no merecen ninguna protección porque «no tienen hijos y son improductivas»
La diputada japonesa Mio Sugita, perteneciente al gubernamental Partido Liberal Democrático, ha realizado unas declaraciones de contenido fuertemente LGTBfobo que han causado gran indignación. Según la representante política, las parejas del mismo sexo son «improductivas» al no tener la capacidad de procrear, por lo que cualquier gasto público en programas contra la discriminación es un dispendio. Asimismo, afirma que la aceptación social de las relaciones entre personas del mismo sexo «incrementará el número de personas infelices» en el conjunto de la población. Miles de manifestantes se han congregado en Osaka y Tokio para reclamar la dimisión de la diputada, mientras que la directiva de su partido elude cualquier crítica y defiende su derecho a expresar sus propias opiniones.
Mio Sugita, de 51 años, es una diputada de la cámara baja del Parlamento japonés, en representación del conservador Partido Liberal Democrático, actualmente en el Gobierno. El pasado 18 de julio se publicó un artículo firmado por ella en la revista Shincho 45, en el que criticaba la reciente actitud de la prensa japonesa de apoyo a los derechos de los ciudadanos LGBTI.
Según Sugita, este respaldo de los medios al respeto a la diversidad «podría hacer que personas capaces de disfrutar de un enamoramiento normal y casarse se crean que tienen la opción de volverse homosexuales, y como resultado, aumentará el riesgo de que haya más personas infelices». También criticaba cualquier gasto público en programas contra la discriminación de las personas LGTBI, porque «estos hombres y mujeres no tienen hijos, es decir, son improductivos».
La diputada concluía su artículo afirmando que «una sociedad privada de ‘sentido común’ y ‘normalidad’ está destinada a perder ‘orden’ y finalmente a colapsar. No quiero que Japón sea una sociedad así». Las críticas arreciaron en las redes sociales nada más publicarse la revista, pero Sugita se defendió de las críticas, asegurando que incluso un alto cargo de su partido le había enviado un mensaje en el que le indicaba que «debía mantener la cabeza muy alta porque no había dicho nada que estuviera mal».
La persistencia de Sugita en sus declaraciones provocó que se convocaran manifestaciones en Osaka y Tokio, en las que miles de ciudadanos japoneses exigieron la dimisión de la diputada. También hubo reacciones entre el resto de las formaciones políticas, e incluso dentro de su mismo partido.
Taiga Ishikawa, uno de los primeros políticos japoneses abiertamente gay, replicaba a la diputada sosteniendo que «la homosexualidad no es sinónimo de infelicidad. Son los comentarios discriminatorios como los de Sugita los que nos hacen infelices». Ishikawa también consideraba que, dado que la diputada es miembro del partido gobernante, sus declaraciones «dañan significativamente la reputación de Japón de cara a la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020».
El diputado Shunsuke Takei, antiguo miembro del Ministerio de Exteriores, afirmaba en las redes sociales que el artículo de Sugita «no es política, sino que se trata simplemente de un discurso de odio». Por su parte, la activista lesbiana Hiroko Masuhara ligaba las palabras de la representante con la idea de eugenesia, comparándolas con las proposiciones que condujeron al asesinato de homosexuales en la Alemania nazi.
Desde su propio partido, el diputado Gaku Hashimoto, que encabeza la comisión de Salud, Trabajo y Bienestar, opinaba que las ideas de Sagita «se puede decir que contravienen toda la política gubernamental sobre bienestar social». Sin embargo, el secretario general de Partido Liberal Democrático, Toshihiro Nikai, prefería mantenerse al margen y eludía cualquier crítica, declarando al respecto que «diferentes personas tienen diferentes puntos de vista, y, por supuesto sus propias posiciones políticas».