La justicia polaca levanta la prohibición al Orgullo LGTB de Lublin, que se celebra finalmente bajo protección policial
A pesar de la prohibición de las autoridades, el primer Orgullo LGTB de la ciudad polaca de Lublin pudo celebrarse finalmente este sábado. La justicia levantó el veto impuesto por el alcalde Krzysztof Żuk, que había alegado peligro para la seguridad de los manifestantes, toda vez que se habían recibido amenazas y había convocada una contramanifestación. La policía protegió el recorrido de los activistas frente a los LGTBfobos, que también recibieron autorización para concentrarse e intentaron interrumpir la Marcha de la Igualdad arrojando petardos y bombas de humo. Se produjeron 21 detenciones y un agente resultó herido.
La celebración este sábado de la primera Marcha de la Igualdad de Lublin, de 350.000 habitantes, estuvo en el aire hasta el último momento. El presidente del voivodato del que es capital la ciudad polaca, había instado a prohibirla para evitar la presencia de «desviados» y «pervertidos». Przemysław Czarnek, miembro de PiS, acusó a activistas alemanes de organizar la marcha y alertó del peligro de brotes violentos. El defensor del pueblo, Adam Bodnar, defendió la celebración del evento al amparo del derecho a la libertad de expresión y reunión.
La decisión recaía sobre el ayuntamiento. En un primer momento, el alcalde Krzysztof Żuk (de la liberal-conservadora Plataforma Cívica, PO) se desmarcó de Czarnek y anunció que la marcha no se suspendería, pero que ordenaría a la policía evaluar los riesgos. El miércoles pasado, sin embargo, Żuk retiraba la autorización a la manifestación. Según el regidor, las fuerzas de seguridad habrían detectado un peligro real para la seguridad. Se refirió a reacciones hostiles en las redes sociales, incluidas amenazas de muerte, así como a la convocatoria de una contramanifestación, que fue igualmente prohibida.
Żuk intentó justificar su decisión en el mantenimiento del orden público y se desmarcó de las acusaciones de criterio ideológico. «Estoy a favor de la libertad constitucional de reunión, pero no puedo permitir que el discurso de odio e incitación a actos de agresión ponga en peligro la vida y la salud de los habitantes de Lublin», declaraba en una entrevista. En la ciudad habían aparecido también carteles homófobos. Los organizadores del evento anunciaron que recurrirían a los tribunales. Aunque la justicia respaldó en primera instancia el veto impuesto por el alcalde, un tribunal de apelaciones sentenció el viernes que tanto la Marcha de la Igualdad como la contramanifestación LGTBfoba quedaban autorizadas. Eso sí, esta última solo en forma de concentración estática.
Unas 1.500 personas participaron en el Orgullo por las calles del centro de la ciudad, mientras que 200 intentaron boicotear su normal desarrollo. La policía consiguió contener a los extremistas, que aun así consiguieron lanzar bombas de humo y petardos contra los activistas, que agujerearon una gran bandera arco iris que portaban. En varios momentos, la Marcha de la Igualdad tuvo que detenerse por incursiones homófobas fuera de la zona que tenían delimitada para concentrarse. Un agente resultó herido al intentar frenar estos ataques. Las fuerzas de seguridad detuvieron a 21 contramanifestantes. Los actos del Orgullo continuaron, tras la manifestación, con la celebración de dos debates y la proyección del documental Artykuł osiemnasty («Artículo 18») sobre la situación de la comunidad LGTB en Polonia.
Tras la celebración de la manifestación sin incidentes graves, el alcalde Żuk felicitó a la policía por su actuación y culpó al presidente regional Czarnek por echar gasolina sobre el fuego de la LGTBfobia con sus declaraciones de odio contra el colectivo. Lo cierto es que fue el regidor el que, con el veto a la marcha posteriormente levantado por la justicia, había cedido a la presión de las autoridades regionales. Para encontrar antecedentes de la prohibición de un Orgullo LGTB en Polonia hay que retrotraerse a la época de los gemelos Kaczyński (PiS). En 2010, desalojada PiS del poder, Varsovia acogía el primer Europride celebrado en Europa oriental. Un año después, la policía conseguía proteger la celebración de la marcha del Orgullo LGTB de Cracovia y detenía a catorce contramanifestantes.