El presidente de Polonia se muestra partidario de prohibir la educación en la diversidad afectivo-sexual y de género
Nueva muestra del desprecio de la gobernante Ley y Justicia (PiS) a la comunidad LGTB polaca. En una entrevista, el presidente de la república Andrzej Duda se ha mostrado a favor de prohibir la educación en la diversidad afectivo-sexual y de género, contenidos que tachó de «propaganda». El debate se ha instalado en Polonia tras una iniciativa contra la LGTBfobia en las escuelas que ha indignado a la derecha ultraconservadora. Los colectivos polacos temen una deriva como la de Rusia, donde la ley contra la «propaganda homosexual» aprobada en 2013 ha consagrado la estigmatización y la persecución de las personas LGTB.
Las instituciones polacas, dominadas desde 2015 por la ultraconservadora Ley y Justicia (PiS), siguen exhibiendo su LGTBfobia sin reparos. Esto incluye al presidente de la república, un cargo al que se le presupone una mayor dosis de moderación. Andrzej Duda ha descalificado la educación en la diversidad afectivo-sexual y de género como «propaganda» y se ha mostrado favorable a su supresión. Ha sido en una entrevista al periódico Nasz Dziennik.
«¿Firmaría el presidente una ley que prohíba la propaganda homosexual y de género en las escuelas o en el movimiento scout?», fue la pregunta del periodista, a la que Duda respondió: «Creo que este tipo de propaganda no debería tener cabida en las escuelas, nos debemos oponer con calma pero con determinación». Si llegara a su mesa una ley para prohibirla, el presidente no excluye tomarla en consideración. En una entrevista anterior en la emisora ultracatólica Radio Maryja, Duda tachó la «ideología de género» de «ajena a nuestra mentalidad, a nuestra cultura».
El debate sobre la educación en la diversidad y la LGTBfobia en las aulas se ha reactivado a raíz de la actividad bautizada como «Viernes Arco Iris». Se trata de una iniciativa de visibilización impulsada por la organización LGTB Campaña contra la Homofobia (KPH), a la que quisieron adherirse más de 200 centros educativos. Algunos de ellos, sin embargo, recularon ante las protestas y amenazas de los padres. La polémica escaló hasta el ministerio de Educación, cuya titular Anna Zalewska (PiS) amenazó con «consecuencias» si se llevaban a cabo las actividades previstas. Un grupo de padres, profesores y alumnos decidió, a pesar de todo, continuar con la reivindicación.
La eventual aprobación de una ley de «propaganda homosexual», que limitara o prohibiera los contenidos sobre diversidad en las aulas, sería un paso más en la deriva ultraconservadora de Polonia durante el Gobierno de PiS. Una medida que tiene un antecedente infame, la ley rusa de 2013 que prohíbe informar positivamente a los menores sobre la realidad LGTB y que ha institucionalizado la estigmatización, invisibilización y persecución de las personas LGTB en el país. Esperemos que Polonia no llegue tan lejos, aunque indicios como el veto a la celebración del Orgullo LGTB de Lublin hace un mes, levantado después por la justicia, no invitan al optimismo.