Una pareja sufre una agresión homófoba en Lille (Francia) y denuncia que la policía les responsabilizara a ellos por caminar cogidos del brazo
Ha sucedido en Lille, al norte de Francia. El pasado 26 de diciembre, alrededor de las ocho de la tarde, una pareja fue víctima de una agresión homófoba en pleno centro de la ciudad, alrededor de las ocho de la tarde. Pero más humillante que la propia agresión (de la que uno de los jóvenes, practicante de boxeo, se defendió activamente) fue la actitud de la policía, que llegó a reprochar a la pareja el ir cogidos del brazo por la calle.
La noticia de la agresión fue inicialmente difundida sin demasiados detalles por el sitio web LGTB Inverti, pero medios generalistas aportaron posteriormente más detalles tras conseguir declaraciones de Fares Araoudiou, una de las víctimas (identificado como Safir en sus redes sociales). El joven, de 34 años, caminaba por el centro de la ciudad del brazo de su pareja cuando tres individuos se fijaron en ellos y comenzaron a lanzarles insultos homófobos. Se da la circunstancia de que Araoudiou, practicante de boxeo tailandés, se enfrentó abiertamente a los agresores. «Yo no soy de los que se dejan avasallar», ha declarado. De hecho, la actitud del joven acabó por hacer huir a los agresores, no sin antes recibir él mismo numerosos golpes que le provocaron heridas en la cara y contusiones en costillas y clavícula.
Lo que más lamenta Araoudiou, quizá más que la propia agresión, fue la actitud de la policía. Según su testimonio, primero acudió a tres agentes que se encontraban a solo cincuenta metros del lugar en el que ocurrió la agresión, y que simplemente le aconsejaron acudir a comisaría a interponer una denuncia. De hecho, según ha declarado a Têtu en una entrevista que hoy mismo publica este medio LGTB francés, «cuando los agresores salieron corriendo pasaron delante de ellos, y ni siquiera se movieron».
La pareja acudió a la comisaría para denunciar lo sucedido, pero ni siquiera pudieron acceder a las dependencias policiales. La persona que les atendió a través del interfono les dijo que para interponer una denuncia necesitaban un certificado médico. Pero lo que más les enfadó fue que les dijeran que «no tenían que haber ido cogidos del brazo», en lo que suponía, al fin y al cabo, hacerles responsables a ellos de la agresión.
Araoudiou, que ya ha regresado a Montpellier, donde vive, ha querido hacer público lo sucedido para denunciar el retroceso que cree que está viviendo Francia cinco años después de la aprobación del matrimonio igualitario. «Íbamos cogidos del brazo, ni siquiera de la mano», se lamenta el joven, que asegura sentir «disgusto y rabia». «Tengo la impresión de que estamos retrocediendo. Antes yo salía vestido de forma más extravagante, y nunca había sufrido una agresión homófoba», ha declarado a Têtu.
Se abre una investigación
La difusión de lo sucedido, de hecho, ya ha provocado la apertura este viernes de una investigación por parte de la seguridad urbana de Lille. La propia alcaldesa, Martine Aubry, expresaba su «consternación» por la agresión sufrida por la pareja en Twitter, aunque sin hacer mención a la conducta policial:
Consternée d’apprendre l’agression d’un couple homosexuel à Lille cette semaine. Tout mon soutien à Safir et son compagnon #StopHomophobie
— Martine Aubry (@MartineAubry) 28 de diciembre de 2018
Confiemos en que la investigación llegue a buen puerto. No nos cansaremos de decirlo, sea en España, Francia o cualquier otro país. Si las personas LGTB ni siquiera pueden sentirse tranquilas a la hora de denunciar ante la policía las agresiones que sufren, estas nunca se podrán combatir eficazmente.
Ha hecho muy bien en defenderse. Así se debería hacer siempre que se pueda.
Por fin leo una noticia donde la victima no se queda recibiendo golpes como si no tubiera brazos para defenderse.
Pues la policía aconseja que siempre que sea posible se salga corriendo y no fomentar más violencia. Y si estás en minoría y acorralado lo mejor es defenderse cubriendo tus partes más vulnerables sin agredir a su vez, hay más probabilidades de salir vivo así. Claro que este caso es especial y los agresores no calcularon que las víctimas sabían defenderse, pero de valiente está lleno el cementerio.
Ojalá hubiera llevado navaja y hubiera matado a uno de ellos, así el miedo cambiaría de bando y se lo pensarían más. Me da igual que me acusen de apología de asesinato. Lo preferible sería que se legislase en este tema pero no veo que le quite el sueño a nadie…