El escritor inglés Dan Jones rinde tributo en su último libro a 50 queers que cambiaron el mundo
El escritor inglés Dan Jones ha querido rendir tributo a los iconos LGTBIQ+ que cambiaron el planeta en su último libro, 50 Queers que cambiaron el mundo (Libros Cúpula). El manual, ilustrado brillantemente por Michele Rosenthal, presenta a un grupo de héroes y heroínas LGTBIQ+ —de distintos ámbitos y amantes de la igualdad— que traspasaron todo tipo de fronteras a lo largo de los años.
«¿Qué convierte a alguien en un héroe queer? No hace falta ser gay, lesbiana, bisexual, trans o un unicornio (aunque ayuda). Lo único que hay que tener es una actitud pro-queer, ser un aliado y defensor de la igualdad ante la ley, de los derechos humanos, y de vivir la vida al máximo para dejar un legado queer que ayude a los que vienen detrás a escalar montañas más altas», comenta el autor en la introducción de su libro.
Jones recuerda que, a lo largo de las décadas, «vemos cómo ciertos temas y cualidades comunes se repiten». Esto es, que a estos héroes queer «los motiva el amor, el sexo, la verdad y la libertad: desde la campaña de Harvey Milk y la labor de concienciación sobre el sida de Larry Kramer hasta la poesía guerrera de Audre Lorde y los viajes intergalácticos de Sally Ride». ¿Qué les diferencia entonces del resto? Según el escritor, «su resolución, su valentía de vivir la vida desafiando las reglas, de ignorar las convenciones sociales y de arriesgarlo todo, desde sus reputaciones hasta sus vidas, para cambiar el mundo».
Entre los héroes seleccionados, se encuentra el excéntrico cantante y compositor Freddie Mercury. Un ídolo de masas al que, en 1990 (él fallecería al año siguiente), la prensa acosaba en casa y emboscaba en aeropuertos tras destaparse una ola de rumores acerca de su condición de hombre seropositivo. «Aunque se criticó de Mercury que no mostrara apoyo público a grupos de gais y lesbianas y organizaciones de concienciación del VIH (se esforzaba mucho en proteger su privacidad y a quienes le rodeaban), arrastró su propia versión de lo que significaba ser queer —así como su maravillosa escasez de ropa— al corazón de la cultura de masas», expone Jones.
También hay hueco en el manual para la activista estadounidense Sylvia Rivera, cuyo papel fue fundamental en los disturbios de Stonewall de 1969, que dieron lugar a la celebración del Orgullo. «Actualmente, muchos reconocen a Rivera y sus años de activismo el mérito de haber abierto las miras del movimiento queer y haberlo hecho más inclusivo, receptivo para con las personas de color, inconformistas del género, personas de distintos contextos económicos y personas trans», señala el autor sobre la que fuera amiga de la también activista Marsha P. Johnson.
Y no se olvida la figura del londinense Alan Turing, padre de la informática moderna y héroe de la Segunda Guerra Mundial —contribuyó de forma decisiva a la derrota del nazismo gracias al descifrado de sus textos en clave—, que fue condenado por ser homosexual y empujado al suicidio. «A pesar de su labor patriótica, de ser condecorado con la Orden del Imperio Británico y de sus innovadores inventos, Turing fue víctima de la legislación anti-gay de la época. Condenado por grave indecencia en 1952, fue tratado con inmensa dureza. Preocupado por que su sexualidad ensombreciera sus descubrimientos científicos, aceptó someterse a un tratamiento hormonal en lugar de cumplir condena en prisión», relata el escritor inglés.