Un joven tunecino se enfrenta a cargos por mantener relaciones homosexuales después de haber denunciado ser víctima de violación
Un joven tunecino se enfrenta a cargos por mantener relaciones homosexuales después de denunciar haber sido víctima de violación y robo con violencia. Además, ha sido sometido a la infame práctica de un examen anal, considerada como una forma de tortura. Se enfrenta a penas de hasta 3 años de prisión, en un juicio que tendrá lugar este 11 de febrero. Desde las asociaciones de defensa de los derechos LGTB se reclama la retirada de los cargos y su liberación inmediata.
Los hechos tuvieron lugar en la ciudad portuaria de Sfax, según relata Mounir Baâtour, abogado y presidente de la asociación Shams. El joven Anas, de 23 años, se había citado con otros dos jóvenes, que le habían tendido una trampa a través de la red social Facebook. La supuesta cita concluyó con la violación de Anas por parte de los dos agresores y del robo de su teléfono móvil y su chaqueta.
Cuando Anas procedió a denunciar ante la policía la violación y el robo, fue inmediatamente detenido, acusado de haber mantenido relaciones homosexuales, condenadas en Túnez con hasta 3 años de prisión en aplicación del artículo 230 de su Código Penal. Además, fue sometido a un examen anal para comprobar si había «signos de práctica habitual de la sodomía». Esta infamia, considerada como una forma de tortura, ha sido denunciada ampliamente por los defensores de los derechos humanos y de las personas LGTB, pero las autoridades tunecinas se excusan en que no es obligatorio someterse a ella. Sin embargo, la negativa es habitualmente considerada por los jueces como una prueba de culpabilidad.
Al joven se le ha negado además la libertad provisional en espera de juicio, por lo que lleva más de un mes en prisión. Según Mounir Baâtour, su estado psicológico es preocupante, pues se enfrenta a diario al acoso y los ataques de los otros presos. Por ello, han dirigido al jefe de Gobierno tunecino, Youssed Chahed, una carta en la que le exhortan a que intervenga para que la Fiscalía levante los cargos contra Anas, así como para que cumpla con su promesa de ordenar poner fin a la práctica de los exámenes anales, y, finalmente, a la despenalización de la homosexualidad con la derogación del mencionado artículo 230.
La hostilidad contra los ciudadanos LGTB tunecinos
La persecución social y de Estado hacia los hombres homosexuales y bisexuales tunecinos es incesante. Las detenciones por mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo, como bien saben los lectores de dosmanzanas, son constantes y las condenas a prisión habituales, lo que ha sido calificado por la asociación Shams como una auténtica «cacería».
Además, los defensores de los derechos LGTB —que luchan por la derogación del citado artículo 230 del Código Penal, que castiga las relaciones homosexuales con penas de hasta 3 años de prisión— sufren constantes agresiones, hasta el punto de que algunos de ellos han tenido que exiliarse ante las repetidas amenazas de muerte. Un reportaje de la red de noticias Konbibi reflejaba esta situación hace unos meses. En marzo del pasado 2018 recogíamos una de las pocas noticias positivas que nos llegaba del país. Rached Ghannouchi, líder del partido Ennahdha que forma parte de la coalición de Gobierno actual, declaraba en una entrevista que «la homosexualidad es un fenómeno natural y no hay que interferir en los deseos y comportamientos de la gente». Esperemos que poco a poco se vaya imponiendo su visión.