El Tribunal Arbitral del Deporte avala la discriminación a Caster Semenya: deberá medicarse si quiere seguir compitiendo
Vergonzosa decisión del Tribunal Arbitral del Deporte (también conocido como TAS, sus siglas en francés), el órgano que dirime las disputas deportivas, que da la razón a la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) en su disputa con la atleta Caster Semenya. La IAAF, recordemos, ha implementado un nuevo reglamento que tiene como fin impedir que la sudafricana pueda competir a no ser que se medique para rebajar sus niveles de andrógenos, que de forma natural ella sintetiza en mayor cantidad que la mayoría de las mujeres. Semenya, una luchadora nata, se niega a medicarse y anuncia que dará la batalla ante la justicia.
Dosmanzanas lleva siguiendo la carrera de Caster Semenya desde hace años y muy especialmente los numerosos episodios de discriminación a los que se ha tenido que enfrentar. La atleta sudafricana, abiertamente lesbiana, fue la ganadora de los 800 metros lisos en los campeonatos mundiales de 2009 y 2017, así como el oro en la misma categoría en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Sin embargo, ya desde sus inicios sus logros han sido discutidos. Primero fue debido a una supuesta intersexualidad que llegó a ser investigada por la IAAF (la cuestión, por cierto, fue tratada en su momento con una evidente falta de respeto por parte de cierta prensa). Finalmente, Semenya volvía a la competición, después de que la IAAF concluyera que no había razón para impedirle participar en la competición como la mujer que era. Y ello pese a las críticas irrespetuosas de algunas de sus rivales. Críticas que la sudafricana siempre ha rechazado. «Dios me hizo como soy y me acepto así», aseguraba en una entrevista gracias a la que fue portada de la revista sudafricana You en 2009.
Sin embargo, su hiperandrogenismo natural la ha mantenido en el punto de mira de la organización que gobierna el atletismo mundial, hasta el punto de promover una nueva normativa para mujeres con «desarrollo sexual diferente» sospechosamente ajustada a sus circunstancias personales, obviando el hecho de que tanto hombres como mujeres sintetizan de forma natural tanto estrógenos como testosterona, y que la obliga a medicarse si quiere seguir compitiendo. Nuevas normas que ahora el TAS ve adecuadas pese a reconocerlas como discriminatorias al considerarla «necesarias, razonables y proporcionadas» para preservar la integridad del atletismo femenino. Algo que ella rechaza y que combatirá en los tribunales de justicia, lo que seguramente la impedirá participar en los próximos Mundiales de Atletismo, que se celebrarán en Doha (Catar) a finales de septiembre.
Es cierto que el caso de Caster Semenya ha puesto sobre la mesa la problemática que supone casar la diversidad de género existente en la vida real con la concepción binaria de las competiciones tradicionales. Pero no es menos cierto el tufillo discriminatorio hacia una deportista privilegiada por su físico. Son muchos los que estos días se preguntan por qué a nadie se le ha ocurrido poner límites, por ejemplo, al nadador Michael Phelps, cuyo organismo genera menos ácido láctico de lo habitual, y de hecho se le considera un «prodigio genético» mientras que a Semenya se le veta.
¿Será que Semenya es mujer, africana, negra y lesbiana, nos atrevemos a sugerir?
Yo respeto que esta señora diga y haga lo que quiera y no es culpable de nada, pero si estas compitiendo en la categoría de mujeres y tienes síndrome de Morris, cromosomas masculinos, más testosterona y eres biológicamente un hombre con evidentes ventajas no puedes competir alegremente en la categoría de mujeres porque perjudicas a los demás, es una desgracia pero son las normas, y tampoco sé muy bien que tiene que ver esto con lgtb.
Yo creo que en último párrafo está la clave. La gente se pone muy nerviosa cuando algo tiene que ver con el sexo, características sexuales, cuando se sale de la norma impuesta. Por la misma regla de tres se deberían dejar fuera a muchos deportistas de élite. Phelps, por ejemplo, muchos atletas negros que tienen genéticamente ventajas sobre los demás y un amplío etcétera.