El Colegio de Médicos de Las Palmas permitirá a sus facultativos identificarse como personas no binarias
El Colegio de Médicos de Las Palmas se ha convertido en la primera institución española de este tipo que ha introducido la diversidad de identidades de género en su ficha colegial. Desde el pasado mes de mayo, existe una nueva casilla de identidad que será de cumplimentación voluntaria, pudiéndose elegir entre: hombre, mujer o no binaria. Dosmanzanas ha podido charlar sobre esta iniciativa con Joana Cabrera, médica de familia, activista trans y representante del Colectivo Gamá LGTB de Canarias.
Se trata de un gesto con el que el Colegio de Médicos de Las Palmas, del que es socia la propia Cabrera, se abre al reconocimiento de la diversidad de identidades de género. «Ahora mismo hay mucha ignorancia de las realidades trans, lo que además hace que no nos vean», explica a Dosmanzanas Joana Cabrera. «Tienen que dejar de pensar en las personas trans como pacientes y romper con la presunción de cisexualidad en la comunidad trans, dando un paso más allá de la legalidad. El Colegio de Médicos de Las Palmas ha sentado un precedente poniendo en el foco a las personas trans que son comunidad médica, con el reflejo que esto ha tenido además en los medios especializados. El resto de colegios habrán podido leerlo y deberán analizarse, y además el personal médico trans que está inscrito en esos colegios también podrá decir: ‘oigan, que estos son mis derechos y ya alguien se atrevió a dar el paso por primera vez’».
Cabrera recuerda que, por desgracia, las personas no binarias «no existen» en los registros: «La mayoría de los formularios se centran en las posibilidades legales: hombre o mujer. Muchas veces es, además, una pregunta que ni suma ni resta, pero obliga a meter en un cajón a personas que no encajamos en ninguno de los dos».
Asimismo, la médica lamenta que, hasta ahora, las personas trans solo puedan modificar la información en sus documentación «si cumplen con todos los requisitos impuestos» —dos años de hormonación, ser mayor de edad, tener la nacionalidad española y contar con su diagnóstico de disforia—. «Es lo que sigue pasando en el resto de Colegios, y quienes no cumplen, no pueden cambiarlo. En el Colegio de Médicos de Las Palmas este problema no existe ya porque la casilla de la identidad de género la modifica cada persona, reconociéndose así la libre autodeterminación del género, con la opción hombre, mujer o no binaria», añade.
La también representante del Colectivo Gamá LGTB de Canarias tiene claro que, aunque de momento carezca de validez legal —ya que la identidad no binaria sigue sin tener reconocimiento legal en España—, el paso dado por el Colegio de Médicos de Las Palmas es un gesto cargado de simbolismo. «La ruptura simbólica de la dicotomía de género por parte de una de las instituciones que más lo ha fomentado es muy importante, porque además sirve de formación para la comunidad médica, tan poco conocedora de este campo de la realidad. Que se les caiga el velo de los ojos es importante y puede empujar para que cambien las cosas en la atención sanitaria a las personas trans», apunta esperanzada.
Cabe recordar que, en 2013, en Alemania entró en vigor la norma que permite a los padres decidir qué sexo debe figurar en el certificado de nacimiento de sus hijos —también pueden decidir que ese campo del certificado quede en blanco, sin registrar sexo alguno—. ¿Llegará a aprobar el Gobierno español una medida así? «Aún es un debate abierto en los colectivos LGTB qué queremos pedir a nivel legislativo, si esa tercera casilla o que se elimine la mención del sexo en el DNI (como se eliminó en su momento el estado civil, por poner un ejemplo)», explica Cabrera. «De todos modos, hay que tener cuidado y diferenciar entre la no obligatoriedad de inscribir a bebés intersex como hombres o mujeres hasta que se identifiquen con un género, y otra que la identidad no binaria sea reconocida como opción en la documentación. Lo corporal y lo identitario son dos realidades que no tienen por qué converger, por mucho que a mucha gente le cueste verlo».