Los organizadores del Orgullo madrileño deciden que no haya líderes de los partidos políticos en la cabecera de la Manifestación Estatal 2019
Las dos entidades organizadoras de la Manifestación Estatal del Orgullo LGTBI, el colectivo madrileño COGAM y la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), han decidido finalmente que este año 2019 la cabecera de la manifestación esté copada por activistas históricos del movimiento LGTBI y no por los líderes de los partidos políticos, como venía sucediendo en los últimos años. La decisión viene a rebajar la polémica suscitada por la previsible no invitación ni a PP ni a Ciudadanos a ocupar un puesto en la cabecera de la manifestación por sus alianzas con la extrema derecha homófoba, aunque no del todo: ambas entidades han confirmado que Ciudadanos, que en los últimos años participaba además con una carroza, no podrá en esta ocasión hacerla circular.
En un comunicado hecho público este mismo lunes, la FELGTB y COGAM han anunciado que cabecera de la manifestación «estará liderada por activistas históricas como Boti García Rodrigo, Jordi Petit, Carla Antonelli o Beatriz Gimeno, entre otras personas, para conmemorar el 50 aniversario de las revueltas de Stonewall y el año temático ‘Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!’». «Este año queremos que todo el protagonismo recaiga sobre las personas que fueron pioneras en la lucha por nuestros derechos y, por lo tanto, serán ellas quienes encabecen la manifestación en lugar de los líderes de los partidos políticos», ha explicado la presidenta de FELGTB, Uge Sangil.
Según explica el comunicado, ademas de insistir en la reivindicación principal, la aprobación de una ley LGTBI estatal que proteja, entre otros, los derechos de las personas mayores LGTBI y de las personas trans, este año «la marcha hará especial hincapié en la importancia de no dar ni un paso atrás en derechos adquiridos y de frenar a la ultraderecha», que por primera vez en la historia democrática española es una fuerza decisiva a nivel autonómico y local de la mano de PP y Ciudadanos.
La alianza de los tres partidos, seguramente bajo la fórmula de gobiernos de coalición entre PP y Ciudadanos sustentados desde fuera por Vox, se hará muy posiblemente con el poder en la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital. Tras la entrevista mantenida ayer domingo por Ignacio Aguado y la ultraderechista Rocío Monasterio, de hecho, los tres partidos han llegado a un acuerdo para hacerse con el control de la Mesa de la Asamblea, órgano clave a la hora de controlar el proceso legislativo, que permitirá además a los naranjas hacerse con el codiciado sillón del presidente de la cámara.
«Por este motivo, ni el Partido Popular, ni Ciudadanos tendrán representación oficial en la marcha y, por tanto, no llevarán carroza a diferencia de otros partidos como PSOE y Podemos», expresa el comunicado. «Como en cualquier manifestación, tendrán por supuesto libertad para sumarse a pie en igualdad de condiciones que el resto de las entidades, pero encabezar una marcha que grita ‘Ni un paso atrás’ y simboliza la libertad y la igualdad de derechos del colectivo mientras se empodera a aquellos que quieren volver a privarnos de los pocos derechos que hemos alcanzado son cosas incompatibles. Desde las entidades que representan al colectivo LGTBI pedimos coherencia a los partidos», ha explicado Uge Sangil. «Este año, en el que han aparecido partidos políticos en España con representación institucional que propugnan volver a atrás, a un país gris, sin apenas derechos civiles, encorsetado y punitivo con respecto a lo que creían conductas inmorales y reprobables, pensamos que es mejor dejar al activismo en primera línea de esta manifestación», ha añadido por su parte la presidenta de COGAM, Carmen García de Merlo. Fue precisamente el colectivo COGAM el que puso como condición para ser invitados de forma oficial al Orgullo firmar un compromiso a los partidos que incluía el «No valerse de los votos de los partidos que defienden una ideología de extrema derecha para gobernar».
Una decisión controvertida
Nos atrevemos a aventurar que la decisión de COGAM y FELGTB será al menos tan controvertida como la que, de forma implícita, había sido tomada con anterioridad. Los habrá que la consideren acertada, al rebajar el protagonismo que los líderes de los partidos políticos habían adquirido en años precedentes. Especialmente si se tiene en cuenta que estos fueron incapaces, en la anterior legislatura, de ponerse de acuerdo para sacar adelante las prometidas leyes LGTBI.
Los habrá, por el contrario, que la consideren un error, al creer que se deja injustamente fuera de la cabecera a formaciones políticas que no han pactado ni tienen intención de hacerlo con la extrema derecha, en lo que podría considerarse además una «cesión» a Ciudadanos y a la presión mediática de sus medios afines.
Ambos argumentos son razonables, y no seremos nosotros, desde dosmanzanas, los que encendamos la mecha de una nueva polémica. Si esta es la decisión que los organizadores del Orgullo han tomado en este momento concreto bien está. En nuestra opinión, nos encontramos en un momento sociopolítico lo suficientemente grave como para que el activismo LGTBI se deje de debates superfluos que en muchos casos parecen (al menos vistos desde fuera…) más relacionados con rivalidades entre personas y/o colectivos que otra cosa. Con políticos en la cabecera o sin ellos, de lo que se trata es de que esos mismos políticos se sientan lo suficientemente presionados para ponerse de una vez manos a la obra y que el próximo año 2020 el Orgullo se celebre al menos con:
- Una ambiciosa ley LGTBI ya aprobada, que proteja de forma integral a los sectores más vulnerables del colectivo (muy especialmente a las personas trans).
- Una actualización de la anacrónica ley «reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas» ya aprobada que garantice el principio de autodeterminación de género y la despatologización completa de las identidades trans.
Si no es así, quizá sea hora de que el activismo se replantee de verdad muchas cosas en su relación con las formaciones políticas, protagonismo en cabeceras y carrozas aparte.