Nitzan Horowitz, del izquierdista Meretz, primera persona abiertamente LGTB en liderar un partido en Israel
Nitzan Horowitz, de 54 años de edad y abiertamente gay, fue elegido el pasado jueves nuevo líder de Meretz, partido de izquierda israelí. Horowitz, que fue diputado en la Knéset (el Parlamento de Israel) entre 2009 y 2015 y candidato a la alcaldía de Tel Aviv en 2013 (quedó segundo, con un 38% de los votos), es la primera persona abiertamente LGTB en liderar un partido en el Estado de Israel.
Horowitz se impuso a la que hasta ese momento era líder del partido, Tamar Zandberg, por un 54% de los votos de los delegados con derecho a voto. Se convierte así en el nuevo líder del Meretz, un partido que cuenta con cuatro diputados en la Knéset. Se trata de una formación de izquierda, laica y partidaria de la creación de un Estado palestino que conviva pacíficamente con Israel. Tras ser elegido, Horowitz lanzó un apasionado discurso pidiendo a los votantes de izquierda que en las pasadas elecciones decidieron apoyar a la coalición liberal Kahol Laván («Azul y Blanco») como forma de frenar al conservador Benjamín Netanyahu que vuelvan a Meretz como la mejor garantía de un gobierno progresista en Israel.
Tras las últimas elecciones, que tuvieron lugar en abril, Netanyahu, que fue el más votado pese a los escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto, fue incapaz de articular una mayoría de gobierno, lo que desembocó en la disolución de la Knéset y en la convocatoria de nuevas elecciones el próximo 17 de septiembre.
Como dijimos arriba, Horowitz es abiertamente gay y defiende, como el resto de su partido, la igualdad legal de las personas LGTB en el Estado de Israel. En enero de 2013, por ejemplo, recogimos como el entonces diputado celebraba tres ceremonias de boda entre personas del mismo sexo, sin validez legal, frente a la corte rabínica de Israel como protesta por el hecho de que su país no permita la celebración de matrimonios civiles, lo que entre otras cosas impide a las parejas del mismo sexo poder casarse en Israel pese a que su Tribunal Supremo sí obliga al Estado a reconocer los matrimonios celebrados en el exterior. Una situación que no ha cambiado desde entonces y que el Supremo israelí ratificó en 2017.
Pese a todo, resulta innegable que Israel es el país más avanzado de Oriente Próximo por lo que a los derechos de sus ciudadanos LGTB se refiere, con una diferencia estratosférica sobre sus vecinos. Además del reconocimiento jurídico de los matrimonios entre ciudadanos israelíes del mismo sexo celebrados en el extranjero, al menos desde 2008 se han concedido adopciones homoparentales. A finales de 2016, además, se anunció una reforma de los procedimientos que regulan el proceso de naturalización de los cónyuges de ciudadanos israelíes casados en el extranjero, para equiparar a las parejas del mismo y de distinto sexo. También por decisión del Tribunal Supremo isralelí, desde 2015 las personas trans pueden modificar no solo el nombre sino el sexo que figura en sus documentos de identidad sin necesidad de someterse a cirugía de reasignación, como se les exigía anteriormente.
Por otra parte, la visibilidad LGTB (aunque quizá debiéramos limitarnos a decir gay) se abre paso en la clase política israelí. En 2018 nos hacíamos eco del nombramiento de Eitan Ginzburg como primer alcalde gay del país, en concreto de la ciudad de Ra’anana (si bien pocos meses después perdió las elecciones). Ginzburg, de hecho, fue elegido diputado de Kahol Laván en las pasadas elecciones. Y el pasado junio Amir Ohana, en este caso del partido conservador Likud, fue nombrado ministro de Justicia por Benjamín Netanhayu, convirtiéndose en el primer hombre abiertamente gay en formar parte de un Gobierno israelí.
La situación en Israel es bastante buena pero tampoco lo es tanto si se compara con Europa occidental. El reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo extranjeros es solo para la estadística, no trae consigo ningún derecho asociado al matrimonio, los derechos que hoy tienen las parejas son los que tiene cualquier pareja no casada porque son reconocidas las uniones de hecho.
Y la adopción homoparental creo que en la práctica casi no existe, creo haber leído que solo se han concedido 3 adopciones desde 2008.