Austria elimina las trabas a la celebración de bodas entre parejas del mismo sexo binacionales
Siete meses después de la entrada en vigor del matrimonio igualitario, el Parlamento de Austria ha tumbado la principal discriminación que seguían sufriendo las parejas del mismo sexo. En enero, el ministerio del Interior, en manos entonces de la extrema derecha del FPÖ, emitió unas recomendaciones en las que instaban a los registros civiles a que no celebraran bodas entre personas del mismo sexo si alguno de los contrayentes tiene la nacionalidad de un país que no reconoce el matrimonio igualitario. Tras la caída en mayo del Gobierno de coalición entre la derecha conservadora y la extrema derecha, el Parlamento ha aprobado una disposición que anula las directrices que impedían a muchas parejas ejercer su derecho reconocido por el Tribunal Constitucional.
El 1 de enero de 2019 expiraba el plazo dado por el Tribunal Constitucional austriaco en el fallo que consideraba que la exclusión de las parejas del mismo sexo en el acceso al matrimonio es discriminatoria. La inacción del Gobierno del canciller conservador Sebastian Kurz (ÖVP) obligó a la comunidad LGTB del país a esperar más de un año para que la sentencia entrara en vigor. Ese mismo día, Nicole Kopaunik y Daniela Paier se convertían en la primera pareja del mismo sexo en contraer matrimonio sin necesidad de que mediara una sentencia. Tres meses antes se había casado otra pareja de mujeres tras demandar al Estado austriaco ante los tribunales, caso que culminó en la histórica sentencia del Constitucional de diciembre de 2017.
Pero el Gobierno de coalición entre la derecha conservadora del ÖVP y la extrema derecha del FPÖ, contrarios ambos a la equiparación de derechos de la ciudadanía LGTB, consiguió colar una restricción discriminatoria. Varias parejas del mismo sexo se llevaron la desagradable sorpresa de que la Administración se negaba a tramitar su boda. El motivo, que alguno de los contrayentes tenía la nacionalidad de un país que no reconoce el matrimonio igualitario. El ministerio del Interior, en manos del FPÖ, había emitido unas recomendaciones en las que instaba a los registros civiles a rechazar las solicitudes de matrimonio de estas parejas.
Tras la caída del Gobierno a raíz del caso Ibiza, el Consejo Nacional, la cámara baja del Parlamento austriaco, aprobó en junio la anulación de la cláusula discriminatoria introducida por la extrema derecha. Todos los partidos salvo el propio FPÖ apoyaron la medida, que entró en vigor el pasado jueves 1 de agosto. La votación parlamentaria había tenido lugar junto con la de una resolución para prohibir las mal llamadas «terapias» reparadoras o de conversión que pretenden modificar la orientación sexual o la identidad de género en menores de edad. La iniciativa del portavoz socialdemócrata de Igualdad, Mario Lindner (SPÖ), también salió adelante con la única oposición de la extrema derecha.
La disolución del Gobierno de coalición entre la derecha y la extrema derecha ha abierto la puerta a algunos avances en el reconocimiento de los derechos LGTB en un país en el que los más importantes se han alcanzado a partir de sentencias judiciales. El Tribunal Constitucional falló en 2014 a favor de permitir a las parejas de mujeres acceder a los tratamientos de reproducción asistida y en enero de 2015, de la adopción conjunta homoparental. Anteriormente, la ley de uniones civiles aprobada en 2009 ya había sido modificada a instancias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para regular la adopción de los hijos biológicos del compañero del mismo sexo. En septiembre de 2016 se lograba la apertura de los registros civiles (Standesamt) a las parejas del mismo sexo que quieran formalizar su unión, como ya se hace en el caso de las bodas heterosexuales. El anuncio que realizaba el Tribunal Constitucional en octubre de 2017 se materializó en la histórica sentencia de dos meses después: la exclusión de las parejas del mismo sexo del acceso al matrimonio es inconstitucional. La próxima cita con las urnas, el próximo 29 de septiembre, decidirá si los próximos años están marcados por los avances, el estancamiento o los retrocesos.