La marca internacional de HazteOír se moviliza contra una campaña publicitaria pro-LGTB de Coca-Cola en Hungría
La compañía de bebidas Coca-Cola ha puesto en marcha una campaña publicitaria en Hungría que ha despertado el odio de los sectores reaccionarios por su carácter pro-LGTB. Los carteles muestran a parejas del mismo sexo con el hashtag #LoveIsLove y el lema «Cero azúcar, cero prejuicios». Un diputado del gobernante Fidesz ha hecho un llamamiento al boicot a la compañía de refrescos, al calor de una iniciativa de CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír.
A principios de agosto, Coca-Cola comenzó a instalar carteles de su nueva campaña publicitaria, visibles por el centro de Budapest y el metro de la capital húngara. Los anuncios también han sido difundidos por redes sociales y muestran a parejas del mismo y de distinto sexo compartiendo un refresco con el hashtag #LoveIsLove, así como botellines de la famosa bebida sobre un fondo arco iris y el lema «Cero azúcar, cero prejuicios». La compañía de bebidas ha llevado a cabo otras campañas similares este verano en países como Alemania.
Pero la historia se repite: allí donde hay una publicidad inclusiva con la realidad LGTB, aparece el odio reaccionario, con frecuencia azuzado por movimientos reaccionarios como HazteOír. Su marca internacional CitizenGO, con la que ha promovido iniciativas LGTBfobas en Alemania, Canadá, Italia o Kenia, ha lanzado una petición en línea para exigir al alcalde y al consorcio de transportes de Budapest la retirada de la «publicidad homosexual» que está «a la vista de los niños». El texto que acompaña a la campaña emplea el habitual lenguaje de odio que tacha a la comunidad LGTB de «lobby homosexual». que tiene a «los niños, las familias y la sociedad en el punto de mira». La compañía de movilidad de la capital húngara ya ha contestado que no se hace responsable del contenido de las campañas publicitarias de su red.
A la agitación homófoba iniciada por CitizenGO se añadió el diputado y viceportavoz de Fidesz, la formación de derecha populista y xenófoba hegemónica en el país desde hace una década. István Boldog publicó en su página de Facebook una imagen con un logo de Coca-Cola tachado y llamó al boicot de la compañía multinacional mientras esta siga mostrando «carteles provocadores». Su partido, sin embargo, respondió tibiamente a una pregunta sobre las palabras de Boldog y se limitó a señalar que «Hungría es un país libre. Por tanto, cada uno puede decidir libremente si quiere beber Coca-Cola».
La espiral de odio ha resultado en el vandalismo o la completa destrucción de muchos de los carteles publicitarios. Pero la empresa de refrescos no ha reculado y continuará con su campaña hasta finales de agosto según sus planes. En el festival de música Sziget, que comenzó el miércoles de la semana pasada en Budapest, se puso a la venta una edición especial de Coca-Cola Zero con una etiqueta arco iris. La multinacional de bebida ya había hecho guiños a la comunidad LGTB en algunas de sus campañas, como en España en 2015 o en plena Super Bowl en Estados Unidos un año antes.
Si se dieran cuenta estos retardados en dinero que malgastan todos los años en intentar discriminarnos y supieran que con todo ese dinero podrían ayudar a madres separadas con hijos y a familias con hijos en estado de desigualdad, en fin.