La justicia argentina reconoce el derecho de una persona de género no binario a ver reconocida legalmente su identidad y ordena que se le emita un nuevo DNI
La justicia argentina ha reconocido el derecho de una persona de género no binario a ver reconocida su identidad de género tanto en su partida de nacimiento como en sus documentos de identidad. La larga lucha de Shanik Lucián Sosa Battisti, de 25 años, se ha visto por fin recompensada con una decisión que amplía los derechos de la comunidad LGTBI y va aún más allá de lo que establece la ley de identidad de género de Argentina, ya de por sí una de las más avanzadas en lo que a autodeterminación de género se refiere.
La ley argentina de identidad de género, aprobada en 2012, permite a cualquier persona mayor de 16 años rectificar en los registros públicos el sexo, imagen y nombre con el que fue inscrita al nacer cuando estos no coincidan con la identidad de género autopercibida, sin obligación de acreditar intervención quirúrgica alguna ni terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico. Sin embargo no contempla la opción de que las personas que no se identifican de acuerdo al tradicional binarismo de género puedan registrarse legalmente como no binarias.
De ahí la importancia de lo que ha conseguido Shanik Lucián Sosa Battisti, residente en Ushuaia, que hace ya más de diez años emprendió una lucha en ese sentido con el respaldo de colecivos como la Red Diversa Positiva y Transderechos. Sosa Battisti ha conseguido que la justicia respaldase, el pasado mes de diciembre, su petición de amparo por discriminación y ordenase al Registro Civil de Tierra del Fuego que expida un nuevo documento nacional de identidad donde, además del cambio de nombre, se haga constar en el casillero correspondiente al sexo la opción «no binario/igualitario». El juzgado de Familia y Minoridad de Ushuaia también ordenó que se rectifique la partida de nacimiento del hijo de Sosa Battisti, y haga constar en esta sus nuevos datos.
«Estoy muy feliz por la movida, agradecida al juez por haberme dado esta libertad, ahora y estoy muy libre, más que felicidad y alegría no puedo tener», declaraba Sosa Battisti al diario argentino La Nación tras conocer la noticia. «Me tomó mucho tiempo descubrirme cómo era y cómo soy, y esto es una libertad muy grande para mi vida, me saqué un peso muy grande de encima», añadía. Eso sí, Sosa Battisti dejaba claro que esto es solo un paso más. «Necesitamos más derechos, vivienda, trabajo, reparación histórica a trans mayores de 40 años, salud, esto es el comienzo», insistía.
El fallo del juzgado de Ushuaia solo afecta a la persona que solicitó el amparo, por lo que es previsible que otras personas que quieran ver reconocido el mismo derecho obtengan una negativa del Registro Civil y se vean obligadas a acudir también a los tribunales. Los colectivos argentinos consideran, no obstante, que el proceso es ya imparable. Argentina se acerca así un poco más a países con legislaciones avanzadas en materia de reconocimiento de la diversidad de género y que de una forma u otra han reconocido ya terceras opciones de sexo legal en los documentos de identidad, como Alemania, Austria o Malta o Islandia.