El estado de Idaho prohíbe la modificación registral del sexo asignado al nacer y la participación de alumnas trans en equipos deportivos femeninos
Prosigue la deriva legislativa tránsfoba en Estados Unidos. El gobernador del estado de Idaho, el republicano Brad Little, firmó el pasado lunes dos leyes que suponen un retroceso sin precedentes en el reconocimiento de las personas trans. La primera prohíbe a las alumnas trans participar en equipos deportivos femeninos, mientras que la segunda elimina la posibilidad de modificar el sexo legal en las partidas de nacimiento para que refleje a la propia identidad de género. Los activistas pro derechos humanos ya se preparan para la batalla legal contra la legislación que coloca al estado como uno de los más hostiles del país para la comunidad trans.
Las leyes fueron aprobadas por ambas cámaras legislativas del estado, controladas por los republicanos. La primera de ellas (Ley de Imparcialidad en el Deporte Femenino) prohíbe a los colegios y universidades públicas aceptar a mujeres trans en sus equipos femeninos. En caso de duda, un médico determinará el sexo de la estudiante basándose «solamente» en su «anatomía reproductiva externa e interna», sus «niveles de testosterona normalmente producidos de manera endógena» y su «composición genética».
El contenido de la Ley de Estadísticas Vitales de Idaho es, si cabe, aún más grave. La norma elimina la modificación registral del sexo en las partidas de nacimiento, en cualquier circunstancia. Suprime el derecho de las personas trans a ver reconocida su identidad de género y se las obliga a conservar el sexo legal asignado al nacer, incluso después de someterse a cirugía de reafirmación de género. Los legisladores se excusan en una supuesta necesidad de garantizar una información estadística «factual» que no se pueda alterar por «sentimientos o experiencias subjetivas», sin hacer referencia a la identidad de género.
No se trata del primer intento de negar la identidad de las personas trans en Idaho. En 2018, un tribunal federal declaró inconstitucional una ley aprobada anteriormente y los activistas esperan que la actual siga el mismo camino. El propio fiscal general del estado ya ha advertido de esta posibilidad. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha anunciado que combatirá las leyes en los tribunales. Solo otros dos estados, Ohio y Tennessee, impiden a las personas trans obtener una partida de nacimiento acorde a su identidad de género.