La justicia saudí encarcela a un bloguero yemení acusado de apoyar los derechos de las personas homosexuales
La justicia saudí ha condenado a un bloguero por expresarse a favor de los derechos de las personas homosexuales en la red social Twitter. Mohamad al-Bokari, ciudadano yemení residente en Riad, ha sido condenado a una pena de diez meses de prisión y una multa de 10.000 riales (unos 2.254 euros). Su delito, grabar un vídeo con el mensaje «Todas las personas tienen derechos y deberían poder ejercerlos libremente, incluidas las personas homosexuales». Tras cumplir su condena, Al-Bokari podría ser expulsado a su país de origen, Yemen, de donde escapó huyendo de la guerra que lo asola desde hace cinco años.
El bloguero yemení vivía en Arabia Saudí en situación irregular tras huir de su país natal en junio del año pasado. El pasado mes de abril, publicó un vídeo en Twitter sobre el reconocimiento de las minorías sexuales expresando su apoyo a los derechos de todas las personas, incluidas las homosexuales. Las autoridades saudíes lo detuvieron y lo enviaron a prisión provisional en Riad bajo la acusación de «propaganda homosexual» e «imitación de las mujeres».
La sentencia se dio a conocer el pasado 20 de julio y fija una condena de diez meses de cárcel y una multa de 10.000 riales (el equivalente a unos 2.254 euros). Al-Bokari tiene un plazo de treinta días desde la notificación de la pena para presentar un recurso. Si la condena se hace firme, tras cumplirla se enfrentará además a la expulsión al Yemen asolado por la guerra del que escapó el año pasado.
Desde la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denuncian que Al-Bokari ha sido víctima de un tratamiento inhumano por parte de las autoridades saudíes. Según sus fuentes, el detenido pasó seis semanas en régimen de aislamiento en una celda sin aire acondicionado ni ventanas y fue sometido a la tortura de los exámenes anales por su percibida homosexualidad. HRW añade que el bloguero padece de una enfermedad cardiaca crónica y se enfrenta a amenazas de muerte si es deportado a Yemen.
Una monarquía teocrática implacable contra la comunidad LGTBI
En Arabia Saudí, una monarquía absoluta y teocrática, no existe un Código Penal propiamente dicho, sino que la justicia se aplica en base a la interpretación que los jueces islámicos hacen de la sharía, que puede variar enormemente (entre otros factores, según la clase social y la nacionalidad del «culpable»: normalmente los castigos son mucho más duros para trabajadores inmigrantes de origen no occidental que para los miembros de las clases altas del país).
Por lo que se refiere a la esfera LGTBI, las penas más elevadas, incluyendo la muerte —pero también la cárcel o castigos físicos, como los latigazos públicos— corresponden al mantenimiento de relaciones homosexuales. En caso de reincidencia la pena de muerte es aún más probable. Otros tipos de «ofensas» son castigadas de modo diverso.
En dosmanzanas nos hemos hecho eco de algunos casos. En enero de 2018, las autoridades saudíes investigaban unos vídeos en redes sociales de lo que parecía ser una boda entre dos hombres. En marzo de 2017 informábamos de la detención de 35 ciudadanos paquistaníes por participar en una «fiesta para homosexuales». También dimos cuenta de la tortura y asesinado de dos mujeres transexuales por parte de la Policía de la Moral. En noviembre de 2014, recogíamos cómo un hombre era condenado a tres años de cárcel por publicar en redes sociales fotografías de sí mismo desnudo y su ofrecimiento para mantener relaciones con otros hombres. Meses antes, otro hombre era condenado también a tres años de cárcel y 450 latigazos por buscar contactos con otros hombres a través de Twitter. En junio de 2013, cinco hombres eran detenidos por participar supuestamente en una boda homosexual. En enero de 2012, en otro caso parecido, un hombre era arrestado por usar Facebook para establecer contacto. En octubre de 2011 eran detenidos 20 hombres durante una celebración. Un año antes era un ciudadano británico el que resultaba agredido y amenazado por la policía religiosa por su condición de gay.
Más allá de las condenas y arrestos, también nos hemos hecho eco de iniciativas que muestran la homofobia de estado en el país saudí: desde la intención de las autoridades de expulsar del sistema educativo a homosexuales y chicas de aspecto masculino hasta la oposición del gobierno al uso del dominio .gay en Internet, o, aún más grave, la iniciativa para castigar con la pena de muerte a quienes hagan pública su orientación sexual en redes sociales y medios.