Un joven gay de Ecuador, brutalmente asesinado a puñaladas por un militar con quien concretó una cita
Terrible noticia la que nos llega desde Ecuador, donde un chico gay de 22 años, Javier Viteri, ha sido brutalmente asesinado en lo que a todas luces parece ser un crimen de odio. Cuando Javier le comentó a sus padres que era homosexual, estos reaccionaron internándolo en una clínica para «curar» su orientación, y después le echaron a la calle. El pasado 28 de mayo, el joven concretó una cita con un militar en Arenillas —el cantón de la Provincia de El Oro donde residía— y, apenas treinta minutos después, fue brutalmente asesinado por el susodicho hombre, quien le asestó 89 puñaladas en todo el cuerpo y huyó rápidamente del lugar.
Javier Viteri, un joven gay que trabajaba en un consultorio odontológico en Arenillas (Ecuador), soñaba desde pequeño con estudiar en la universidad para convertirse un día en médico cirujano. Tenía 22 años y llevaba seis meses viviendo en un pequeño apartamento alquilado en el centro del Cantón Arenillas, en Ecuador. El pasado 28 de mayo estuvo chateando en la aplicación Messenger de Facebook con un militar llamado Hilmar Corozo, y pasó un rato jugando a los videojuegos con tres amigos que habían ido aquel día a su casa.
Un par de horas después, Hilmar —soldado en el cuartel de las Fuerzas Armadas BI Constitución— le comentó a Javier que a las diez de la noche iba a ir a visitarle. Aquel anuncio alegró a la joven víctima, que le pidió entonces a sus amigos que se sentaran un rato fuera de la casa, mientras él se veía con su visita. Media hora después de que Hilmar entrara a la casa de Javier, sus amigos vieron salir corriendo del apartamento al militar, que llevaba con él la mochila que uno de los colegas de la víctima había dejado en su casa. Pensando que podía tratarse de un ladrón, los tres jóvenes salieron detrás de Hilmar y recorrieron varias manzanas intentando alcanzarlo, pero no lo lograron. Cansados, decidieron regresar a casa de Javier, sin sospechar aún que su amigo había sido asesinado.
Al llegar al edificio, consiguieron que unos vecinos les abrieran el portal y entre los tres lograron forzar la cerradura de la puerta del apartamento, ya que ninguno de ellos tenía la llave. Cuando accedieron al interior, encontraron horrorizados el cadáver de Javier, que estaba en ropa interior, a solo unos pasos de su cama y cosido a puñaladas. «La escena era macabra. El perpetrador le ha propinado muchas heridas con arma blanca, tanto en la parte de su cuello, como en su espalda o su caja abdominal. Hubo mucha sangre en el lugar», indicó el coronel William Posso, jefe del Comando de Policía de El Oro, justo después de que la Policía Nacional se personase en el domicilio y se procediera al levantamiento del cadáver. La autopsia reveló que Javier había recibido 89 puñaladas.
Los agentes de criminalística que examinaron el apartamento de Javier encontraron en él tres cuchillos con restos de sangre, dos preservativos usados y lubricante. El presunto asesino, de diecinueve años de edad, fue detenido poco después en el fuerte militar de Arenillas. En un principio, el fiscal Sixto Minga, encargado de investigar el caso, acusó al detenido de robo agravado con muerte subsecuente. Por su parte, el juez dispuso el inicio de la instrucción del caso por el delito de asesinato y dictó prisión preventiva para el detenido.
No obstante, son varias las instituciones, grupos de activistas y asociaciones LGTBI de Ecuador que consideran que existen indicios suficientes para hablar de un crimen de odio por homofobia, y piden que Hilmar sea juzgado como tal. «La Defensoría del Pueblo insta a las autoridades competentes, en especial a la Fiscalía, a que las investigaciones pertinentes consideren los hechos expuestos como un delito de odio, de conformidad con la legislación penal ecuatoriana. Así también, se exhorta a que las y los funcionarios encargados de las investigaciones realicen su trabajo de forma imparcial, sin prejuicios ni estereotipos de género o por orientación sexual», señalaba la Defensoría del Pueblo a través de un comunicado publicado en su web.
Descansa en paz, Javier.