La justicia de Hong Kong equipara los derechos de las parejas del mismo sexo en materia de herencia, pero rechaza reconocer el matrimonio igualitario
El Alto Tribunal de Hong Kong ha emitido dos fallos en direcciones contrarias sobre los derechos de las parejas del mismo sexo. En el primero de ellos, el juez ha sentenciado a favor de un matrimonio de hombres, casados en el Reino Unido, que recurrió a la justicia para denunciar la negativa de las autoridades hongkonesas a reconocerlos como copropietarios de una vivienda, impidiendo que uno la heredara en el caso del fallecimiento del otro. La sentencia establece que las parejas del mismo sexo tienen derecho a la igualdad de trato en materia de herencia. En un fallo independiente de este, sin embargo, el mismo tribunal rechazó la demanda de un ciudadano que pedía el reconocimiento de su matrimonio con otro hombre contraído en Estados Unidos. El activismo lamenta que los escasos avances tengan que llegar de la mano de costosos procesos legales ante la inacción de la política.
Edgar Ng y su marido, residentes permanentes en Hong Kong, contrajeron matrimonio en Londres en 2017. Un año después, Ng adquirió un piso subvencionado en la Región Administrativa Especial (SAR), situada en el sudeste de China. Las autoridades de vivienda se negaron a reconocer a su marido como copropietario. Ng recurrió entonces a la justicia ante el temor de que, en caso de fallecimiento, su marido no pudiera heredar el inmueble.
En marzo de este año, la Corte de Apelaciones declaró inconstitucional la exclusión de las parejas del mismo sexo casadas en el extranjero del acceso a la vivienda pública. Argumentó que no se puede sostener que estas parejas tengan necesidades diferentes a las de las parejas de distinto sexo sin hijos. El pasado día 18, el Alto Tribunal decretó que a las parejas del mismo sexo también les corresponden los mismos derechos en materia de herencia de acuerdo con la legislación hongkonesa.
El mismo día, el alto tribunal emitía otra sentencia sobre un proceso diferente, en esta ocasión con un resultado decepcionante para la comunidad LGTBI. Se trata del caso del activista Jimmy Sham, que había contraído matrimonio en 2013 con otro hombre en Estados Unidos. Sham arguye que la negativa de las autoridades de Hong Kong a reconocer su enlace vulnera el principio de igualdad ante la ley y no discriminación recogido en la Ley Básica de la SAR. La justicia, sin embargo, considera que la petición de Sham es «demasiado ambiciosa» e insta al demandante a especificar qué disposiciones concretas se traducen en un trato discriminatorio.
Ray Chan, miembro del Consejo Legislativo de Hong Kong y primer legislador abiertamente homosexual de la SAR, hace un balance mixto de las dos sentencias. «Si demandamos, puede que progresivamente ganemos más derechos, pero a un coste prohibitivo», reflexiona, por lo que pide una mayor implicación de la clase política para resolver las desigualdades por la vía legislativa. «Es tarea del Gobierno» equiparar definitivamente los derechos de todas las parejas en Hong Kong, asegura.
La situación de la comunidad LGTBI en Hong Kong
Hong Kong vive en un equilibrio a veces complicado entre el control del Gobierno chino (receloso de cualquier reivindicación ciudadana, incluidas las de la comunidad LGTBI) y su autonomía como SAR, herencia de su antiguo estatus de colonia británica. Pese a su reputación como centro financiero internacional, la ciudad es relativamente conservadora en lo referente a derechos LGTBI, y no despenalizó las relaciones homosexuales hasta 1991. Los últimos vestigios de la ley contra la sodomía heredada de la época colonial siguieron sin embargo vigentes hasta 2007, cuando fueron totalmente anulados por el Alto Tribunal. Poco antes, en 2005, tuvo que ser otra decisión judicial la que equiparó la edad de consentimiento para las relaciones homosexuales a la de las relaciones heterosexuales (pasó de los 21 a los 16 años). Y no fue hasta 2008 que Hong Kong celebró formalmente su primer Orgullo LGTB, evento del que dosmanzanas se hizo eco en su momento y que se ha ido consolidando con el tiempo.
El balance para la comunidad LGTBI en los últimos años es desigual. En junio de 2011 hacíamos referencia a la polémica contratación, por parte del departamento de Asuntos Sociales de Hong Kong, de un psiquiatra defensor de las «terapias reparadoras» de la homosexualidad para formar a los asistentes sociales. Semanas antes la policía había impedido un acto en el Día Internacional Contra la Homofobia y la Transfobia. En julio de 2011 se producía uno de los primeros tímidos avances por parte de las autoridades: la posibilidad para las parejas del mismo sexo de aquellos trabajadores extranjeros que trabajen en la excolonia británica de solicitar el visado de residencia mientras su pareja deba permanecer en su territorio. En enero de 2013, sin embargo, el Gobierno hongkonés excluía de su discurso de intenciones el iniciar un proceso de consultas para aprobar una ley contra la discriminación de las «personas de diferente orientación sexual».
La justicia hongkonesa ha proporcionado algunas conquistas adicionales. En julio de 2018, después de un proceso de más de tres años, el Tribunal de Última Apelación generalizaba la medida gubernamental de 2011 y sentenciaba que las autoridades están obligadas a conceder visados de residencia a las parejas del mismo sexo en igualdad de condiciones con las de distinto sexo. En junio de 2019, el mismo tribunal fallaba a favor de un funcionario hongkonés que había contraído matrimonio con otro hombre en Nueva Zelanda y decretaba que las parejas del mismo sexo casadas en el extranjero tienen derecho a los mismos beneficios fiscales que las de distinto sexo.