Un niño de once años sufre una agresión homófoba a manos de un compañero de clase en Cartagena

Un niño de once años ha tenido que ser intervenido de una fractura de tabique nasal tras sufrir una agresión de carácter homófobo en Cartagena. El agresor fue un compañero de clase, que según ha denunciado la familia ya le venía acosando. El centro ha reconocido que se hizo seguimiento a un insulto anterior a la agresión pero asegura que quedó «en un hecho puntual».

«Le decía muchas veces ‘maricón’ y tal. Se metía con él por eso, sí», declaraba a la televisión pública de Murcia, 7 Televisión, Gissel Sánchez, hermana del niño agredido. La joven narraba cómo había sucedido los hechos, a la salida del Instituto de Enseñanza Secundaria Isaac Peral de Cartagena: «El otro crío estaba detrás de él, lo cogió del bolso por detrás y de una vez le pegó el puñetazo. Por el mismo golpe mi hermano quedó inconsciente». Según relataron testigos a la cadena murciana, el niño agresor continuó pegándole hasta que una madre se percató de lo que estaba ocurriendo y se acercó. El niño agredido, cuyos restos de sangre en la acera recogieron las cámaras de televisión, tuvo que ser hospitalizado e intervenido por una fractura de tabique nasal que le impedía respirar con normalidad.

De momento, al niño agresor ha sido expulsado durante quince días del instituto. Cabe destacar, según explica la televisión murciana, que el instituto ya tenía conocimiento de los insultos homófobos que sufría el pequeño a manos de su compañero. Según recoge eldiario.es, la Consejería de Educación de la Región de Murcia ha afirmado por su parte que los hechos «se produjeron fuera del centro sin que ningún profesor fuera testigo de ello, aunque el conflicto comenzó dentro del instituto con un intercambio de insultos», mientras que a la inspección educativa de la comunidad autónoma «no le consta» ninguna denuncia ni del alumno, ni de su familia, ni del centro que diera lugar a la activación del protocolo contra el acoso escolar, aunque el centro reconoce que sí se hizo seguimiento a un insulto anterior a la agresión que quedó «en un hecho puntual». Según asegura también eldiario.es, la familia ha denunciado la agresión a la Policía.

No está de más recordar en este punto que precisamente la Región de Murcia ha sido el epicentro de la polémica sobre el mal llamado «PIN parental», una medida reclamada por la extrema derecha pero que en realidad ya fue impulsada en agosto de 2019 por la Consejería de Educación del Gobierno murciano (una coalición entre PP y Ciudadanos) y por la que se permitía a los padres homófobos evitar que sus hijos acudiesen a charlas contra la LGTBIfobia en los centros escolares.  Semanas más tarde, en el marco de las negociaciones presupuestarias entre PP, Ciudadanos y Vox, las tres formaciones que dan sostén al Gobierno de Murcia (aunque la formación de extrema derecha no forma parte del mismo), acordaron darle mayor rango normativo. Posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Murcia acordó suspender, de manera cautelar y mientras dura la tramitación del recurso interpuesto por el Ministerio de Educación, la ejecución de la medida. La pandemia del coronavirus hizo que esta y otras polémicas desaparecieran de los medios, pero lo que no ha desaparecido es el acoso por LGTBIfobia en las aulas, como la agresión de Cartagena demuestra.