Iñaki Oyarzábal (político): «Con Errejón tendría un affaire»
Iñaki Oyarzábal es de Vitoria, tiene 55 años y hace unos meses fue reelegido como presidente del Partido Popular de Álava. Copó algunas portadas después de que el diario ‘El Mundo’ le incluyera en su lista anual de homosexuales influyentes. «Yo ya llevaba entonces mucho tiempo fuera del armario y defendiendo y tratando de que, dentro del PP, se modificasen las posiciones en relación con la defensa de los derechos de los homosexuales», apunta el que es uno de los pocos políticos populares que siempre se ha manifestado de forma clara a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
De pequeño, se tragaba todos los debates del Parlamento que daban por televisión. Menudo planazo, ¿no?
Pues sí. La verdad es que me interesaba mucho la política. Cada vez que retransmitían en La 2 alguna sesión del Congreso, me la tragaba con patatas. Me sabía los nombres de los ministros tan bien como aquellos que se saben los nombres de todos los jugadores de fútbol.
¿No le compraban juguetes, ni le dejaban ir al parque sus padres?
No, me tenían en casa, atado a la televisión [risas]. No, ya en serio, a mis padres les sorprendía que les pidiera libros de historia y política. Si hubiese nacido en otro sitio, igual no me hubiese dedicado a la política, pero crecí en el País Vasco, donde todo estaba muy politizado y había un ambiente de presión terrorista.
¿Es cierto que, estando en el instituto, se dedicó a coleccionar suspensos como acto de rebeldía?
Sí, tuve una buena colección [risas]. Pero luego también tuve que espabilar.
¿Qué le hizo espabilar?
Mi padre adoptó una posición sibilina y, en vez de meterme caña por todos mis suspensos, trató de explicarme de qué iba la vida. Al final, me costó terminar, pero salí adelante. Luego me convenció de que yo tenía cierto talento para emprender. Con 21 años abrí mi primer negocio y con 24 abrí el segundo. Entendí que, por ahí, yo tenía cosas que aportar.
¿Cómo fue su salida del armario?
Yo actué siempre con normalidad. Tuve que suspender los planes de boda con una novia a la que quise mucho y, realmente, todo el mundo era consciente de que yo era homosexual. Yo era diputado en el Parlamento vasco, y todo el mundo lo sabía aquí: mi familia, mis amigos, mi partido, los periodistas,…
«Soy consciente de que, para una parte de la derecha extrema, soy un peligroso centrista; mi condición sexual les repatea». ¿Se siente la oveja negra?
No, en absoluto, aunque lo cierto es que en los años noventa yo puse la cara. Hace 25 ó 30 años, las cosas no eran tan fáciles, porque había ciertas barreras psicológicas que romper. Pero me sorprendí del apoyo que encontré siempre dentro de mi partido. Hay una percepción exterior que no se corresponde luego con la realidad. En el PP hay una posición muy liberal y, en general, respetan bastante bien la posición personal de cada uno. Con los años, he visto que, al final, el PP es la organización gay más importante de España. Tenemos muchos más gais afiliados que cualquier organización de las que recibe subvenciones por representar al colectivo.
¿Le cabreó entonces que el PP recurriera ante el Constitucional la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo?
En su momento, puse de manifiesto que aquello fue un error. Pero creo que la derecha española evolucionó mucho más rápido que la de otros países y, cuando tuvimos la responsabilidad de gobernar con mayoría absoluta, Mariano Rajoy y el PP decidieron respaldar todos los avances legislativos que había en esa materia, respetando el matrimonio igualitario tal y como lo había aprobado el PSOE. No se cambió nada, ni hubo ningún retroceso.
Si aquel recurso del PP se basaba en una mera cuestión nominalista, ¿por qué defendía la inconstitucionalidad de la adopción homoparental?
Pero, al final, en el propio Congreso del partido celebrado a posteriori de ese recurso, se aprobó que, si el TC determinaba que la ley no vulneraba ningún precepto constitucional, se iba a asumir tal cual, incluido el término ‘matrimonio’. Así ocurrió y así se cumplió. Hay una parte de la izquierda a la que no le gusta nada que el PP avance y pueda defender los derechos de las personas homosexuales como ellos. No les gusta que vayamos a las manifestaciones del Orgullo, ni tampoco que haya homosexuales del PP.
Pues hace poco su partido se abstuvo en la votación para que los derechos de las parejas del mismo sexo sean respetados en toda la Unión Europea…
Pero yo me miré el discurso del PP del otro día, y ese discurso era a favor del fondo de la cuestión, aunque se entendía que algunas de las cuestiones que incluyó la izquierda en ese texto iban en contra del respeto a las competencias que en materia de derechos familiares tienen los estados nacionales. No se votó en contra, como sí hicieron otros partidos. Hay un empeño por parte de la izquierda en patrimonializar todo lo que tiene que ver con los derechos LGTB, y me parece que es muy cansado ya tener que explicar que los gais somos distintos, podemos pensar como nos dé la gana, y somos muy variados. No tenemos por qué asumir que nos traten de colectivizar, o nos impongan una manera de ser gay. No hemos peleado por salir de un armario, para que ahora la izquierda nos quiera meter en otro armario.
¿Qué le quita más el sueño: los casos de corrupción en su partido, o que un hijo le salga abertzale?
Lo del hijo no me quita el sueño, porque ya se me ha pasado el arroz y no voy a tener hijos. Y lo de la corrupción en mi partido me pilla ya muy lejos, me parece ya como de otro siglo.
¿Y cómo es usted en la vida cotidiana?
Soy una persona muy normal a la que le gusta salir, viajar y conversar con los amigos. Tengo inquietudes, pero tienen mucho que ver con la política, la historia y la arquitectura. Debería hacer más deporte del que hago, porque hace años tuve un infarto y eso me exige tener que dar largos paseos, aunque esto es algo que me gusta.
¿Sigue teniendo como fondo de pantalla del móvil un escudo de la Casa Real?
Sí, lo sigo teniendo. Soy monárquico y creo que hay que seguir defendiendo lo que le ha ido bien a este país. Lo hago un poco por rebeldía porque a mí, hace años, por llevar una bandera española con un escudo del Rey me partieron la cara. Como no me gusta que me toquen las narices, reivindico el que a uno le dejen ser y expresarse como le apetece. Aquí [en el País Vasco] siempre hemos tenido más riesgo de que nos peguen un bofetón por ser del PP que por ser gay.
¿Letizia Ortiz o Leticia Sabater?
Letizia Ortiz, absolutamente.
¿Pablo Casado o Mariano Rajoy?
Hoy, Pablo Casado. Pero, para mí, Mariano Rajoy ha sido el mejor presidente que ha tenido España.
¿Profesa el arte de la mentira política?
No lo soporto. No soporto a los políticos que me da la sensación de que solo dicen medias verdades. Creo que aquellos que tratan de quedar bien con todo el mundo son los peores en política.
¿Ligar se le da mejor?
La verdad es que no se me ha dado mal. Pero, fíjate, con la edad que tengo y aún sigo soltero…
Le voy a dar tres nombres, para que me diga con quién mantendría un affaire, con quién se iría de pinchos y con quién bailaría un aurresku: Íñigo Errejón, Iván Espinosa de los Monteros y Pere Aragonés.
Creo que Pere Aragonés, con el aurresku, ya va que chuta, porque es un baile en el que los dos bailan separados y así no habría mucho roce. Me parece que tanto Errejón como Espinosa de los Monteros están muy bien los dos, aunque sean dos estilos distintos. Quizá tendría un affaire con Errejón, y me iría de pinchos y charleta con Iván, que además es un tío al que conozco y que me cae muy bien.