Refugiados LGTB, huir para sobrevivir: críticas de «Flee» y «Bienvenidos a Chechenia»
Cuando se piensa en los refugiados, a veces con cruel distancia, suele pasarse por alto que uno de los muchos motivos que llevan a la gente a dejar su país sin mirar atrás es la identidad LGTB, relativamente aceptada en occidente pero todavía rechazada y hasta perseguida en buena parte del globo. Hoy se estrena la maravillosa Flee, lo que aprovecho para recuperar una película igualmente brillante que por ahora ha pasado injustamente desapercibida: Bienvenidos a Chechenia.
Nominada a los Oscars a mejor película internacional, mejor película de animación y mejor película documental (sí, un récord) [ver artículo], Flee (Flugt, 2021) es una obra dolorosa y cautivadora sobre la singular experiencia de un refugiado homosexual de Afganistán. El danés Jonas Poher Rasmussen conoció a Amin (no, no conocemos otro dato suyo) en el instituto, pero no escuchó su historia hasta mucho después. Enseguida quiso llevarla al cine, con la idea de utilizar un estilo de animación que no solo protegería la identidad de su amigo, sino que además daría fuerza al relato, combinando poéticamente los recuerdos y los acontecimientos históricos, los cuales, cuando es posible, van acompañados de reveladoras grabaciones documentales. Al decantarse por la animación, el cineasta generó, sin proponérselo, el primer clásico LGTBIQ animado, uno de brillante forma y conmovedor fondo que debería ver cualquier estudiante… y cualquier político. Ojo a los productores ejecutivos, que además doblan la versión inglesa: ¡Riz Ahmed y Nikolaj Coster-Waldau!
A partir de 2007, Ramzan Kadýrov pasó a controlar Chechenia a su antojo y, desde 2016, fue el artífice de una operación centrada en la «limpieza de sangre» del colectivo LGTBIQ, supervisando una campaña gubernamental de detenciones, torturas y ejecuciones. Centrado en tan terrible periodo, Bienvenidos a Chechenia (Welcome to Chechnya, 2020) es el tercer documental LGTBIQ de David France tras el nominado al Oscar Cómo sobrevivir a una epidemia (2012), sobre la crisis del sida, y The Death and Life of Marsha P. Johnson (2017). De los muchos refugiados LGTBIQ que la protagonizan solo uno da la cara: Maxim Lapunov, que en 2017 fue torturado por la policía durante doce días. También aparecen valientemente los activistas Olga Baranova y David Isteev. La cinta fue producida en secreto, pero France quería poner rostros humanos a la historia, con lo que renunció a las clásicas técnicas para disfrazar la apariencia y optó por el reemplazo facial, recurriendo a efectos visuales punteros. Tristemente, no se estrenó en cines españoles, pero puede verse en Movistar+. Ah, y está nominada a dos Premios Apolo de este espacio [ver artículo].
Flee y Bienvenidos a Chechenia son dos documentales impresionantes que, gracias a recurrir a técnicas tradicionalmente asociadas a la ficción, llegan enseguida al corazón del espectador. El público LGTBIQ tiene una cita obligada con ellos, pero ojalá no sea el único que los vea: ambos pueden hacer muchísimo bien.