Miles de personas se manifiestan en Belgrado en protesta por la celebración del Europride en la capital serbia el próximo mes de septiembre
Miles de personas se han manifestado en Belgrado para protestar contra la celebración del Europride en la capital serbia el próximo mes de septiembre. La manifestación ha sido precedida por unas incendiarias declaraciones del obispo ortodoxo de Banat, quien en días anteriores prometió maldecir a todos los participantes en el evento LGTBI y aseguró que, si tuviera un arma, la usaría para detenerlo. Por su parte, los partidos de extrema derecha nacionalista y religiosa han defendido que la manifestación «no es solo contra el Orgullo de la Euro-OTAN, sino también en apoyo de Rusia y del mantenimiento de Kosovo y Metohija como parte de Serbia». El Europride, que se celebrará por primera vez en una ciudad del sureste de Europa, llega más de 20 años después de que en 2001 tuviera lugar el primer Orgullo de Belgrado, también conocido como el «Orgullo sangriento» por la extrema violencia con que las hordas de LGTBIfobos atacaron a los participantes.
El pasado domingo 14 de agosto, entre 5000 y 10.000 personas (según las diversas fuentes) se congregaron en las calles de Belgrado para protestar contra la celebración del Europride en la ciudad durante los días del 12 al 18 de septiembre. La manifestación dio comienzo frente al Patriarcado de la Iglesia ortodoxa serbia y concluyó ante la iglesia de San Marko. Los manifestantes portaban pancartas con textos fuertemente LGTBIfobos, como «¡No queremos un desfile gay ni la ocupación por parte de Occidente!», «No renunciamos a los lugares sagrados» y «Mantened vuestras manos alejadas de nuestros hijos».
En días previos, Nikanor Bogunović, obispo ortodoxo de la región de Banat —que comprende zonas de Serbia, Rumanía y Hungría—, se había mostrado indignado con la celebración del Europride en la capital, asegurando que los participantes «vendrán a Belgrado y alardearán y profanarán la ciudad de Belgrado, la santa ciudad serbia». El obispo amenazó con «maldecir a todos los que organicen y participen en algo así». «Puedo hacer todo eso. Si tuviera un arma, la usaría, usaría esa fuerza si la tuviera, pero no la tengo», concluyó. Estas declaraciones incendiarias fueron tomadas también como un ataque personal contra la primera ministra de Serbia, la abiertamente lesbiana Ana Brnabić, que además es de origen croata.
Según los medios, la manifestación fue convocada por la Asociación para la Preservación del Alfabeto Cirílico «Dobrica Eric» y otros grupos que se declaraban ortodoxos, bajo el lema «Para proteger a la familia». Sin embargo, han sido partidos de extrema derecha nacionalista y religiosa como Dveri quienes más se han felicitado por su celebración. Su líder, Boško Obradović, la ha calificado como «la mayor protesta de la oposición de los últimos años celebrada en Belgrado que no está controlada por nadie del Partido Progresista Serbio o del anterior Gobierno». Según escribía Obradović en las redes sociales, la manifestación «no es solo contra el Orgullo de la Euro-OTAN, sino también en apoyo de Rusia y del mantenimiento de Kosovo y Metohija como parte de Serbia».
El Europride llega por primera vez a un país del sureste de Europa, en una ciudad en la que la celebración del Orgullo comenzó en 2001 con grandes ataques violentos contra los participantes que ocasionaron que se le conozca como el «Orgullo sangriento». Aquella violencia dio paso a años de ostracismo, hasta que la marcha del Orgullo LGTB de Belgrado resucitó en 2010. Ese año los contramanifestantes LGTBIfobos volvieron a protagonizar graves incidentes, que dejaron un saldo de más de cien heridos. Tanto el año anterior (2009), como los siguientes (2011, 2012 y 2013) el Orgullo llegó a ser convocado pero fue finalmente prohibido por las autoridades debido, precisamente, a las amenazas de los homófobos. Volvió a celebrarse, por fin, en 2014, sin contratiempos graves, más allá de algún conato homófobo menor alejado de la zona de celebración. A partir de entonces, tanto en 2015 como en 2016, el Orgullo de la capital serbia se celebró sin incidentes graves y con una presencia cada vez más destacada de personalidades políticas. En el de 2016, de hecho, estuvo presente la propia Ana Brnabić, siendo ya ministra de Administraciones Públicas, y en 2017 lo hizo ostentando el cargo de primera ministra.