La justicia de Hong Kong declara inconstitucional la exigencia de cirugía completa de reasignación para reconocer la identidad de las personas trans
El Alto Tribunal de Hong Kong ha dictaminado que las personas trans que deseen modificar su sexo en los documentos de identidad no pueden ser forzadas a someterse a cirugía de reasignación genital, como sucedía hasta ahora. El fallo del alto tribunal hongkonés supone un gran paso adelante en los derechos de la comunidad trans de la ciudad, constituida hoy en una región administrativa de China pero que mantiene una personalidad jurídica propia.
El proceso legal fue iniciado en 2019 por dos hombres tránsgenero de Hong Kong, Henry Edward Tse y otro ciudadano identificado como Q, a los que las autoridades de Hong Kong denegaron la corrección de la mención al sexo en sus documentos de identidad pese a que esta sí estaba ya corregida en sus pasaportes británicos (los hongkoneses que eran ciudadanos británicos antes de 1997, fecha en que el enclave pasó a soberanía china, mantienen un pasaporte británico especial).
Pese a las dos derrotas sucesivas en tribunales inferiores, ahora el Alto Tribunal de Hong Kong les ha dado la razón y ha dictaminado que la exigencia de cirugía de reasignación genital completa que se les exigía (extirpación de útero y ovarios y reconstrucción de genitales externos masculinos) es abusiva y viola sus derechos constitucionales. «La consecuencia de esta normativa es obligar a personas como los recurrentes a tener que elegir entre sufrir violaciones regulares a su derecho a la privacidad o someterse a cirugías altamente invasivas y médicamente innecesarias, vulnerando su derecho a la integridad física. Claramente, esto no refleja un equilibrio razonable», ha argumentado el alto tribunal (aquí puedes acceder, en inglés, a la sentencia).
El activismo LGTBI local confía en que el fallo, final e inapelable, abra la puerta a una reforma de las normas de identidad de género sin necesidad de nuevos procesos judiciales en una región, la de Hong Kong, en la que los todavía tímidos avances en materia de derechos LGTBI se producen siempre de la mano de los tribunales. Así paso, por ejemplo, en 2013, cuando el Alto Tribunal dictaminó que una mujer trans (que por entonces se habia sometido a cirugía de reasignación completa) tenía derecho a contraer matrimonio como mujer. O más recientemente, en 2020, cuando falló a favor de un matrimonio de hombres, casados en el Reino Unido, que recurrió a la justicia para denunciar la negativa de las autoridades hongkonesas a reconocerlos como copropietarios de una vivienda, impidiendo que uno la heredara en el caso del fallecimiento del otro.
Por lo que se refiere al caso que nos ocupa, se trata de un nuevo paso en la progresiva despatologización de las identidades trans, que aunque de forma desigual y con las dificultades que supone la poderosa alianza entre movimientos ultraconservadores y activismo transexcluyente continúa avanzando. En este sentido, cabe recordar que la exigencia de cirugías de reasignación completas con esterilización como requisito para reconocer legalmente la identidad de las personas trans ha estado muy presente también en la legislación occidental. En 2017, hace solo seis años, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenaba al Estado francés por esa razón (aunque Francia había modificado poco antes sus leyes). Suecia, por ejemplo, no eliminó hasta 2013 este requisito.
De hecho, no fue hasta 2014 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) condenó esta práctica y pidió que todas aquellas legislaciones que obligan a este tipo de procedimientos sean revisadas. Aun así, según un informe de Transgender Europe de 2022, aún hay varios países europeos que la exigen: Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Letonia, Montenegro, República Checa, Rumanía, Serbia y Turquía. Una lista de la que recientemente se ha descolgado Finlandia, tras la reciente aprobación de una ley que consagra la autodeterminación de género.
Es una sentencia que abre una puerta muy importante para la gente trans. Pero solo si somos fuertes en el colectivo LGBTQIA+ lograremos que se abran más. Quienes no vivimos del modo en el que el sistema patriarcal esperaría, tenemos que estar más unidxs, ser poderosxs y proyectar una imagen de fuerza, pero para ello tenemos que dejar atrás el individualismo exacerbado que ha marcado los últimos años. Debemos organizarnos mejor, al menos de un modo tan eficaz como aquel de la gente que se encuentra todos los fines de semana en sus diferentes templos. En torno a una nueva religión no dogmática, atea/agnóstica (o por lo menos no teísta), feminista, antirracista, ecologista y aliada de LGBTQIA+ lo estaríamos, y podríamos conseguir que se estableciesen comunidades de mujeres, hombres y personas de géneros no binarios en muchos lugares, autogestionadas y con fuertes relaciones de cuidados entre sus integrantes. En el blog infinito5.home.blog escribo sobre ella.