La nueva edición del DSM mantendrá la patologización de la transexualidad, aunque introduciendo cambios
La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha hecho pública una primera versión de la quinta edición del DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), quizá el «catálogo» de enfermedades mentales más utilizado del mundo, y que junto a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS constituyen los dos principales métodos de clasificación de las mismas, en función de la presencia o no de una serie de criterios. Pues bien, este primer borrador del DSM-V hace oídos sordos a las demandas de despatologización de la transexualidad realizadas desde ámbitos LGTB internacionales. Introduce, eso sí, cambios significativos.
Quizá la novedad fundamental consiste en el nombre que los psiquiatras de la APA pasan ahora a dar al «trastorno», que implica además un cierto cambio conceptual. De «Trastorno de la identidad sexual» se cambia a «Incongruencia de género» («Gender incongruence»). Los argumentos que la APA da para justificar el cambio es que el elemento central del «trastorno» es el desajuste psicológico derivado de la incongruencia entre el género asignado a la persona en el momento del nacimiento y la identidad de género que la persona siente y manifiesta. Se deja fuera de la definición, por tanto, conceptos como el sexo biológico o la presencia o no de determinados órganos genitales.
Otra novedad importante asociada al cambio es que los nuevos criterios permiten retirar el diagnóstico en el momento en el que el desajuste desaparece tras el proceso de reasignación. Mientras que la definición anterior no proporcionaba una «puerta de salida» al diagnóstico, la definición propuesta sí permite retirarlo y, en definitiva, «darlo por curado» una vez que la persona siente que existe congruencia entre su cuerpo y su identidad.
La nueva versión del DSM-V será sometida ahora a la opinión de los especialistas que quieran hacer sugerencias y propuestas de cambio, que serán valoradas por la APA durante los dos próximos años, hasta que en mayo de 2013 se dé el visto bueno a la versión definitiva.
Más información:
– Definición actual del «trastorno de identidad sexual» según el DSM-IV-TR (en español): pinchar aquí.
– Definición propuesta de la «Incongruencia de género» (en inglés): pinchar aquí.
– Justificación del cambio argumentada por la APA (en inglés): pinchar aquí.
– Definición propuesta en niños (en inglés): pinchar aquí.
– Justificación del cambio en niños (en inglés): pinchar aquí.
Quisiera decir que la noticia me alegra, pero la verdad es que no es así.
Entiendo que en cuestiones tan delicadas como la salud mental la voz de pueblo o la democracia no existen: lo único que cuenta es la evidencia, los hechos, el rigor científico. Solo de esa forma (y no como hacen creer los carcas: que la homosexualidad solo se despatologizó por «presiones» del imaginario lobby gay) la homosexualidad «dejó» de ser una entidad clínica. El problema es que la homosexualidad, por ejemplo, jamás fue una enfermedad y la ciencia cometió un grave error cuando la catalogó como tal, un grave error que arruinó o incluso quitó la vida de muchas personas (los tratamientos por «electroshock literalmente zombificaron personas, y la administración masiva de hormona masculina a varones gay les produjo cáncer testicular); y todas esas tragedias se pudieron haber evitado si los científicos se hubiesen desecho de sus prejuicios que de un modo u otro enturbiaron la práctica del método científico en aquél entonces con respecto a la homosexualidad.
No deja de preocuparme el hecho de que tal estén haciendo lo mismo al considerar a la transexualidad una enfermedad. Espero que esta vez no estén metiendo la pata como la metieron con la homosexualidad por mucho tiempo, no tanto porque desprecie el error en la ciencia sino por las serias implicaciones que podría acarrear el hecho de cometerlo.
Bueno, neurófilo, si la homosexualidad fue diagnosticada como enfermedad o transtorno, no fue precisamente por criterios científicos.
Precisamente mencionas a los carcas que creen que la homosexualidad se despatologizón por presiones políticas.
Pues bien, tengo que darles la razón. Pero no en la despatologización, sino en la patologización de la homosexualidad.
Si se hubiera atentido verdaderamente a criterios científicos al mostrar la homosexualidad como una patologia o no, se hubiera evidenciado que una persona homosexual no muestra ningún tipo de trastorno derivado de su orientación sexual, mas allá de los que la homofobia puedan causar.
En cuanto al tema de la transexualidad, yo no estoy muy puesto en este asunto asi que procuro no opinar (procuro seguir la máxima de Azaña XD).
Yo siempre he entendido que si bien el hecho de la transexualidad en si no es un trastorno, una persona transexual que por h o por b no haya podido disponer de la necesaria cirugia de reasignación de sexo, experimentará el trastorno de no tener el cuerpo que realmente siente suyo.
Bueno, esto en el caso de quienes necesiten reasignación, porque si no me equivoco (una vez mas, en este tema no estoy nada puesto) hay distintos grados de transexualidad, ¿no?.
transtorno psicológico desde luego que no es y tampoco transtorno físico… lo que es una verdadera putada de la naturaleza. No me quiero ni imaginar el infierno soportado al abrir todos los días los ojos y verte en un cuerpo de un género que no es el tuyo
Híjole Dexter, la verdad es que no conozco mucho sobre transexualidad, solo lo más básico, así que te echaría mentiras si te dijiera si hay o no hay distintos tipos de transexualidad. Necesitaríamos que alguién nos aclarase esa duda, y otras, tal vez un experto en el tema o una persona transgénero o transexual.
Con respecto a la patologización de la homosexualidad concuerdo contigo: pese a que Freud dejó de considerarla como un trastorno hacia los últimos años de su vida, las mentes de los psiquiatras pertenecientes a la derecha cristiana (de hecho, algún psiquiatra me dijo alguna vez que la psiquiatría estuvo muy influida por la ideología judeo-cristiana durante un buen tiempo) en vez de atenerse al método científico «per se» partieron de la premisa inicial (no comprobada) de que era una enfermedad, o pusieron en marcha una especie de «método científico» adulterado, aberrante, sesgado, contaminado con ideologías derecho-cristianas… que al final terminó creando tragedias aterradoras, como las que ya he mencionado con anterioridad.
Es un putadon, pues nada solo nos queda el camino de seguir apoyando a todos los que luchan por la normalidad de esa situcion y por que la quiten ya de una vez.
No osequivoqueis: la transexualidad no es un putadon de la naturaleza: en otras culturas como las de pacifico, los dos-espiritus indios, los muxe de Latinoamerica etc. las personas trans tienen un lugar en la sociedad sin realizar ningun tipo de cambio quirurgico ni hormonal…lo que es es una putada es nacer en una sociedad (todas las ocidentales y cada vez mas las no occidentales tambien) con unos esquemas tan cerrados sobre el genero que te lo hacen pasar muy muy mal, y que incluso se permiten el lujo de evidenciar lo inevidenciable: la diversidad de genero (porque en el DSM ahora entrar ne la categoria de «Incongruencia de Genero» no solo las personas que quieran acceder a un tratamiento medico, sino todas aquellas que no se ajusten a patrones de genero no normativos..aunque no quieran modificar su cuerpo) como un trastorno mental individual, cuando lo que hay es una transfobia social continua.
¡Que no nos engañen ni nos saquen los cuartos estos papagaitas!
¿criterios científicos?
¿es de las personas transexuales la incongruencia?
No he visto nada más congruente que luchar por lo que uno cree.
¿alguien me va a decir a mí la percepción obviamente subjetiva que yo tengo de mí mismo?
¿por qué no aparece la transfobia como enfermedad psiquiátrica?
Con criterios científicos se pensaba que la tierra era plana, que el tiempo era una magnitud absoluta, que las estrellas estaban fijas, que la Tierra era el centro del Universo…
La transexualidad no es una enfermedad en ningún modo, y, desde luego, no es una enfermedad psiquiátrica.
Actualmente, el hecho de que la transexualidad se considere de esa manera obliga a las personas transexuales a depender del criterio arbitrario de un psicólogo o psiquiatra que decida si somos o no somos transexuales de verdad y, por tanto, merecedores de poder cambiar nuestros cuerpos. En mi caso, la psicóloga tardó un año en darme su diagnóstico. Otros tardan dos años, siete, diez… o reciben un diagnóstico de que no son transexuales y se les cierra la puerta al acceso a los tratamientos hormonales y quirúrgicos.
Como, además, estamos locos, cuando protestamos no se nos escucha porque «ningún loco cree necesitar terapia psiquiátrica». Los locos no reconocen estar locos, y tiene que venir alguien a decirles lo que es mejor para ellos.
Respecto a que la transexualidad se considere «curada» con la modificación del cuerpo, ya es lo que nos faltaba. Como dice «Trans y no loca» el problema no es que hayamos nacido en cuerpos erróneos, sino en una sociedad errónea. No existe la cirugía de «reasignación de género». La «reasignación» está en nuestra cabeza. No hace falta envenenarse el cuerpo introduciendo en él hormonas ajenas, ni mutilarselo en una operación dificilísima que, además de esterilizarte de manera permanente e irreversible, puede traer todo tipo de complicaciones (incluida, como cualquier cirugía, la muerte del paciente, aunque de eso nadie habla). Quien quiera o necesite hacerlo para sentirse bien, adelante (yo mismo soy de esos), pero quien no lo necesite y pueda vivir sin ello ¡Mejor que mejor! ¡Que envidia!
Al paso que vamos será mejor volver a consultar a un brujo