Muere el diseñador de moda Alexander McQueen, abiertamente gay

Sexto hijo de un taxista de un barrio deprimido de Londres y abiertamente gay  -se definía a sí mismo como la oveja rosa de la familia- Alexander McQueen era uno de los diseñadores más innovadores y con más proyección del panorama de la moda. A sus 40 años, y víctima de un estado depresivo al que algunos ven origen en el suicidio de su amiga Isabella Blow en 2007 pero precipitado por la muerte de su madre hace pocos días, McQueen se ha quitado la vida en su domicilio de la capital británica.

A falta de confirmación oficial, todos los medios dan por seguro el suicidio como causa de su muerte. Galardonado cuatro veces con el premio al mejor diseñador del año en el Reino Unido, la mismísima reina Isabel le concedió en 2003 el título de Comandante del Imperio Británico por sus servicios a la industria de la moda.

«McQueen ha influido en toda una generación de diseñadores», ha declarado Alexandra Shulman, directora de la edición británica de Vogue. «Su brillante imaginación no tenía fronteras mientras imaginaba colecciones y colecciones de extraordinarios diseños. Era un maestro de lo fantástico, creando asombrosos desfiles de moda que mezclaban diseño, tecnología y espectáculo, y un genio de la modernidad cuya estética gótica fue adoptada por mujeres de todo el mundo», añadía. En palabras de Karl Lagerfeld, «suu trabajo era muy interesante, jamás banal. Había siempre una atracción por la muerte. Quién sabe, quizá a fuerza de flirtear con la muerte, la muerte termine por atraerte».

Abiertamente gay desde su más temprana adolescencia, McQueen celebró una boda simbólica con el que entonces era su pareja, el documentalista George Forsyth, en el año 2000 a bordo de un yate anclado en Ibiza.

Descanse en paz.