Solicitan prohibir el Orgullo báltico amparándose en la reciente ley homófoba aprobada en Lituania
Petras Gražulis, un diputado lituano, ha solicitado a la Fiscalía de su país que inicie el proceso para prohibir la organización del próximo Orgullo LGTB báltico, que debe celebrarse en la capital lituana, Vilna, este 8 de mayo. Gražulis, que contaría con el apoyo de al menos otros 50 diputados, argumenta que el Orgullo LGTB viola la recientemente aprobada ley “de protección de menores contra el efecto perjudicial de la información pública”.
La ley, que entró en vigor el 1 de marzo, prohíbe toda aquella información “que promueva el abuso sexual a menores, las relaciones sexuales entre menores y en general las relaciones sexuales”, al tiempo que estipula que no podrán promocionarse “concepciones de la familia distintas a las determinadas por la Constitución de la República y el Código Civil” (la Constitución lituana prohíbe explícitamente el matrimonio entre personas del mismo sexo). Se trata de una versión «dulcificada» de la que se eliminó la referencia textual explícita a la homosexualidad tras las protestas internacionales, que incluyeron una petición del Parlamento Europeo a Lituania para que la revisara (con la oposición, como informamos en su momento, de 18 eurodiputados del Partido Popular español). Tras la revisión, la ley fue aprobada, pese a que resulta obvio que sigue permitiendo perseguir a individuos, grupos y colectivos que informen sobre homosexualidad.
Gražulis, miembro del partido Orden y Justicia (Tvarka ir Teisingumas) ha justificado además la petición a la Fiscalía en que la organización del Orgullo ofende los sentimientos de la mayoría católica del país, así como en que podría convertirse atraer a contramanifestantes de «la juventud patriótica y otros ciudadanos activos».
Desde el año pasado, y ante las dificultades de los colectivos de Estonia, Letonia y Lituania para celebrar sus marchas, los tres países decidieron unir sus fuerzas y organizar un Orgullo común de carácter rotatorio, el Orgullo báltico. En 2009 fue Riga, la capital letona, la que inauguró el evento. Las autoridades municipales de Vilna ya habían anunciado que no impedirían su celebración este año, aunque obligarían a trasladarlo desde el centro histórico de la ciudad hasta una zona más periférica.
La ultracatólica Lituania; y el típico carcatólico argumentando estupidez… que se debe prohibir algo solo porque «a mí y a otros no nos gusta lo que vemos».
Si a esas nos vamos, entonces prohíbamos a la Iglesia Carcatólica; su presencia me ofende a mí y a otros ateos, y en efecto no solo su presencia, sino que de verdad se la pasa ofendiendo y faltando el respeto.
No me canso de repetirlo, estos países no deberían tener sitio dentro de la Unión Europeo, esa idiosincrasia de la que hacen gala los acerca mucho más a modelo sociopolítico y económico vigente en estos momentos en la Rusia post-soviética.