La normativa británica de asilo a personas LGTB podría mejorar tras ser revisada por la Corte Suprema
Las leyes de asilo británicas serán revisadas por la Corte Suprema del país, a raiz de la apelación de dos hombres gays (de Camerún e Irán) a la decisión judicial de expulsarlos del Reino Unido.
Hasta ahora las autoridades británicas se han guiado por el controvertido principio de que los solicitantes de asilo por persecución en razón de su orientación sexual deberían esconder su sexualidad para evitar ataques. Siguiendo esta política, se estima que un 98% de las solicitudes de asilo LGTB son denegadas en el Reino Unido, frente a un 73% en general.
Así, los tribunales ignoraron el hecho de que «T» (el pseudónimo del gay camerunés) fuese atacado en grupo al ser visto besando a su pareja, y que Camerún castiga con penas de cárcel la homosexualidad. También dijeron a «J» (el iraní) que debería ser capaz de «tolerar ser perseguido por ser homosexual», y que «debería comportarse de forma discreta para evitar represalias» (que en Irán pueden llegar a la ejecución).
Los abogados de ambos hombres consideran que la política británica en materia de asilo LGTB peca del llamado «principio de Anne Frank»: habría sido absurdo sostener que Anne Frank se encontraba segura en un cómodo ático, y que no se enfrentaba a ninguna persecución mientras no saliera de él. De hecho, el magistrado al frente de una de las apelaciones el año pasado admitió que «el estatus de refugiado no puede ser denegado esperando que una persona oculte aspectos de su identidad o comportamientos que debería poder expresar».
Este proceso de revisión se produce tras la publicación del informe de Amnistía Internacional que denuncia la política de devoluciones de refugiados a Irak y se hace eco de la «licencia para matar a hombres homosexuales» que reina en el país.