Otro Orgullo LGTB prohibido en Europa del Este: en esta ocasión, en Minsk (Bielorrusia)
Nueva prohibición de una marcha del Orgullo en un país de Europa del Este. Las autoridades de Minsk, capital de Bielorrusia, han prohibido la celebración del «Orgullo Eslavo» que colectivos LGTB habían convocado el próximo sábado 15 por primera vez en la república ex-soviética. Para ello se amparan en una anacrónica normativa de orden público que impide celebrar actos a una distancia de menos de 200 metros de pasos de peatones subterráneos o de paradas de metro.
Dado que el recorrido de la marcha no cumple con dicho requerimiento, las autoridades de Minsk han prohibido simplemente su celebración sin ofrecer alternativas. Los activistas LGTB consideran que el argumento utilizado es absurdo, ya que numerosas manifestaciones y actos públicos se celebran en Minsk con el mismo recorrido. También han recordado que la petición de autorización se hizo con antelación suficiente para que las autoridades, en caso necesario, dispusieran un horario o un recorrido alternativo, cosa que no han hecho. Tanto Sergei Androsenko, uno de los organizadores locales, como Nikolai Alekseev, el conocido líder LGTB ruso, han anunciado que recurrirán la decisión ante la justicia bielorrusa, así como ante instancias internacionales.
El Orgullo Eslavo, convocado este año en Minsk, pretende ser la continuación oficial del celebrado el año pasado en Moscú, coincidiendo con el Festival de Eurovisión 2009. Es la manera que los activistas rusos, a día de hoy más numerosos y organizados, han elegido para dar cobertura a sus compañeros bielorrusos. No debe olvidarse que Bielorrusia y Rusia siguen estrechamente vinculadas, pese a ser dos estados independientes. De hecho, la confesión mayoritaria es la ortodoxa rusa, y el ruso es más hablado que el propio bielorruso, con el que comparte oficialidad.
La prohibición del Orgullo de Minsk se produjo curiosamente el mismo día que la justicia de Lituania, otra república ex-soviética, levantaba la prohibición para celebrar el Orgullo Báltico, de cuya celebración os informábamos ayer, y se une a todo un rosario de dificultades que los colectivos LGTB encuentran todavía en muchos de los países que formaron parte o vivieron bajo la infuencia soviética hasta la caída del «telón de acero».
Pues esta gente sí lo que tiene difícil, aquello es una dictadura, dictadura. Me imagino que si les han dicho «nones» pues será «nones».
Además ni está en la UE, ni va a entrar en ella, que yo sepa (fijaros que creo que más oportunidades de entrar tendría Turquía, asi que…)
Bielorrusia es cuanto menos un pais curioso por el que parece queno ha pasado la perestroika, asi que posiblemente los colectivos GLBT, sean invisibles o invisibilizados. Respecto a lo que ha dicho el gobierno, es una de esas viejas normativas de la guerra fria, tened en cuentan que la red de metro se usaba como refugio antiaereo.
Respecto al tema que comentas Guillermo, tanto Rusia como Bielorrusia, como otras zonas de la rusia europea y caucasica nunca se han sentido vinculadas al mundo europeo, tal y como lo conocemos, tened en cuenta que Rusia salio del «armario» del Europeismo, a partir del siglo XVIII, sin embargo su vecino Ucrania siempre ha estado vinculado a este mundo, ya que ha pertecido a la gran polonia, cuando no al gran ducado de Lituania.
El caso de Turquia es bien distinto, musulmanes o no, turcos o no,los turcos han estado vinculados al mundo europeo desde el siglo X, cuando entraron en contacto con el mundo bizantino, ocupando su espacio a partir del siglo XV, siempre han entrado del lado de las potencias de la epoca, en el siglo XVI de la mano de Francia, en el XIX de la mano de Inglaterra, en su juego para controlar el mediterraneo, de hecho se le llamaba el «enfermo de Europa», en el siglo XX y XXI siempre ha entrado de la mano de Alemania, siendo esta ultima su gran valedor en la integración en la Europa comunitaria.
Jomío, que clase de «El problema de los Balcanes» más buena que acabas de dar.
Efectivamente, Rusia no se ha sentido parte de Europa jamás. Los rusos se sienten rusos y basta. (lo que es más que suficiente cuando tu país es practicamente igual en extensión a todo el subcontinente sudamericano).
«Entrar en contacto con el mundo bizantino», eufemismo más delicioso para hablar de Manzikert y a la total aniquilación del ejército imperial