La nueva ministra de Interior e Igualdad del Reino Unido tiene un historial contrario a los derechos LGTB
Conservadores (305 diputados, 36’1% de los votos) y liberal-demócratas (57 diputados, 23% de los votos) han llegado a un pacto para formar nuevo Gobierno en el Reino Unido. Se pone así fin al periodo laborista (258 diputados, 29% de los votos), el de mayor avance de la historia para los derechos LGTB en ese país. Las diferentes posiciones de ambos partidos en este tema hacen difícil hacer previsiones. Por lo pronto, la web Pink News ha desvelado un dato poco tranquilizador: la conservadora Theresa May, nueva ministra del Interior, que también asume la cartera de Igualdad, se ha opuesto con anterioridad a buena parte de los derechos LGTB promovidos por los laboristas.
Siendo diputada conservadora, May votó en en 1998 en contra de igualar la edad de consentimiento para mantener relaciones homosexuales a la de las relaciones heterosexuales. En el año 2000 se opusó a derogar la vergonzante Sección 28, heredada de la era Thatcher, que prohibía hablar de homosexualidad en las escuelas públicas. Tanto en 2001 como en 2002, May votó en contra de la adopción por parejas del mismo sexo.
En 2004, como muchos de sus compañeros conservadores, May sí que votó a favor de la ley de uniones civiles, una institución jurídica específica para parejas del mismo sexo que otorga a éstas derechos similares a los del matrimonio. Ese mismo año, sin embargo, May ni siquiera acudió al Parlamento a votar la ley de identidad de género (similar a la española). Tampoco acudió a votar la importantísima ley de Igualdad, que establece normas contra la discriminación de gays y lesbianas, y cuyo desarrollo dependerá de su departamento.
May sí acudió a votar a favor de una propuesta de ley que pretendía excluir a las lesbianas del acceso a las técnicas de reproducción asistida, con el argumento de que éstas deberían reservarse a modelos familiares en los que existiera un padre y una madre. El proyecto fue rechazado.
Stonewall, importante colectivo que durante los meses previos a las elecciones ha mostrado cierta sintonía con el líder conservador Cameron, no ha querido comentar el historial de May, insistiendo en que a partir de ahora lo que exigirá es el cumplimiento de las promesas de ambos partidos gobernantes en materia LGTB. Sin embargo, activistas de base están mostrado su oposición a que una diputada con su historial se haga cargo de la parcela de Igualdad, tan importante a la hora de desarrollar las políticas antidiscriminatorias. Un grupo de Facebook que pide el cese de May ha alcanzado ya los 40.000 miembros.
Es interesante destacar que Theresa May ha desplazado como ministra del Interior a Chris Grayling, que antes de las elecciones era el principal candidato a ocupar ese puesto. Grayling «cayó en desgracia» tras defender en campaña el derecho de los propietarios de «Bed and breakfast» a discriminar a huéspedes gays y lesbianas, palabras que luego se vio obligado a matizar. Grayling no ha quedado, de todas formas, fuera del Gobierno: ha sido asignado al Ministerio de Trabajo y Pensiones, con el cargo de «Minister of State», que puede equipararse al cargo de secretario de estado en España (inmediatamente por debajo del ministro principal).
Contrapunto liberal-demócrata
La buena noticia en el terreno de la Igualdad es que la persona elegida como subsecretaria de estado a las órdenes de Theresa May y que se hará cargo de dichas políticas de forma efectiva es la liberal-demócrata Lynne Featherstone. Una política que ya ha dado muestras de su personalidad al manifestar abiertamente su contrariedad por la escasa presencia de minorías en el seno del nuevo Gobierno. Habrá que ver como se desenvuelve en el futuro la relación entre May y Featherstone.
Dos conservadores abiertamente gays, en el Gobierno
En el lado positivo de la balanza, destaca la presencia en el nuevo Gobierno de dos conservadores abiertamente gays : Alan Duncan ha sido nombrado «Minister of State» asignado al Ministerio de Desarrollo Internacional, y Nick Herbert, «Minister of State» asignado al Ministerio de Interior, también a las órdenes de Theresa May y al frente de la política policial.
Philippa Stroud se quedó sin escaño
Otra buena noticia, sin duda, fue la derrota de la candidata conservadora Philippa Stroud, de quien unos días antes de las elecciones se supo que hace años había fundado un centro religioso en el que se intentaba «curar» a personas homosexuales y transexuales a través de la oración y exorcismos. Su escaño fue a parar al liberal-demócrata Paul Burstow.