Las afecciones cutáneas, un signo que puede ayudar a detectar antes la infección por VIH
La presencia de alteraciones en la piel puede ser un signo que permita llegar al diagnóstico de infección por VIH. Un dato sobre el cual se ha querido llamar la atención con motivo del 38 Congreso Nacional de Dermatología y Venereología que se celebra estos días, y que puede ser de gran ayuda en un país en el que se calcula que más de 40.000 personas están infectadas por el VIH y lo desconocen.
«Las personas infectadas sufren alteraciones dermatológicas con una frecuencia entre 20 y 30 veces mayor que la población general», explica José María Gatell, jefe del servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona. La consulta del dermatólogo se convierte, así, en una excelente oportunidad para plantear la prueba del VIH.
Problemas dermatológicos como el herpes zóster, la psoriasis, una infección en las uñas, un eccema seborreico o una candidiasis pueden ser motivo de sospecha. «La mayoría de estos pacientes no estarán infectados», aclara Gatell, «pero teniendo en cuenta que las personas con el VIH sufren con gran frecuencia este tipo de alteraciones, estar alerta con estos indicios supondría un buen método de detección precoz». Especial atención debe prestarse cuando la afección cutánea es más intensa y/o más extensa de lo que suele ser habitual. La infección por VIH también puede acentuar procesos dermatológicos previos y contribuir a su progresión.
En definitiva, el dermatólogo tiene una importante labor en el diagnóstico precoz del VIH. «Entre el 30% y el 40% de los pacientes con el VIH se diagnostican de forma tardía y esto es muy negativo tanto para el propio afectado como para salud pública, ya que aumenta la probabilidad de transmisión», explica Gatell.