Comité federal recomienda mantener la prohibición a hombres gays de donar sangre en Estados Unidos
La ley estadounidense que excluye de por vida a hombres que hayan tenido sexo con hombres de donar sangre está en pleno proceso de revisión, pero un comité federal ha recomendado al Departamento de Sanidad y a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) mantener la prohibición, pese a los argumentos científicos esgrimidos por instituciones como la Cruz Roja, la Asociación Médica Americana y la Asociación Americana de Bancos de Sangre.
El reglamento actual fue introducido en 1983, cuando el VIH no era tan bien comprendido, y ha recibido constantes críticas desde grupos pro derechos LGTB, ya que discrimina en base a la orientación sexual en lugar de considerar prácticas individuales: un hombre que mantenga aunque sea una única relación sexual con otro hombre queda excluido de por vida de donar sangre, mientras que a los heterosexuales que hayan mantenido encuentros con prostitutas o personas seropositivas sólo se les prohibe donar durante un año. Leyes similares aún existen en países como Canadá, Alemania, Francia y Reino Unido, a veces con terribles consecuencias.
La Cruz Roja y las otras asociaciónes médicas consideran que la actual prohibición de por vida no tiene bases científicas sólidas e impide unas donaciones muy necesarias, entre 33.000 y 100.000 litros anuales según un estudio de la Universidad de California. También recuerdan que toda la sangre donada es sometida a pruebas de VIH y recomiendan que el periodo de exclusión se reduzca a un solo año. La organización de lucha contra el VIH/sida Gay Men’s Health Crisis mostró como ejemplos a España e Italia, países que tienen en cuenta prácticas de riesgo en lugar de la orientación sexual.
A pesar de recomendar mantener la prohibición, el comité reconoce que la actual legislación excluye muchas donaciones de bajo riesgo mientras que permite otras potencialmente más peligrosas, y ha sugerido una serie de pasos encaminados a adoptar en un futuro una política basada en comportamientos individuales en lugar de grupos de riesgo.
Por supuesto que la prohibición no tiene bases científicas sólidas, es puro prejuicio; además antes de donar sangre siempre, pero siempre, se hacen las debidas pruebas respectivas, desde un cuestionario amplio y específico hasta exámenes de sangre donde se evalúa tanto trastornos sanguíneos como infecciones agudas o crónicas. Yo era donador de sangre, un buen colaborador, pero cuando al cuestionario respondí que ya había iniciado mi vida sexual activa y que había sido con un chico porque soy gay entonces me prohibieron seguir donando. Peor para ellos, perdieron un donador.
Por cierto ¿por qué la política mete sus narices donde no le importa, en el área científica? Esta decisión no debe tomarse en base a política, sino en evidencia científica.