Agresión homófoba en el Stonewall Inn de Nueva York
Si existe un lugar en el cual uno no esperaría sufrir un ataque homófobo es el Stonewall Inn, el mítico local de Nueva York en el que una redada policial desencadenó en 1969 los incidentes que cada 28 de junio conmemora el Día del Orgullo LGTB. Sin embargo, un hombre sufrió allí un presunto ataque homófobo el pasado domingo.
Eran aproximadamente las dos de la madrugada cuando Matthew Francis, de 21 años, y Christopher Orlando, de 17, agredieron a Ben Carver, de 34, en los baños del Stonewall Inn, después de preguntarle «si era gay». Cuando Carver les aclaró que, de hecho, se encontraban en un local de ambiente, los agresores le llamaron «faggot» («maricón«). En ese momento, Francis le pidió a Carver dinero, lo tiró al suelo y lo golpeó mientras su compañero mantenía la puerta del baño cerrada. Carver se revolvió, y finalmente sus agresores intentaron huir, pero fueron inteceptados en la calle por algunos clientes del local y un camarero, que los retuvieron hasta que llegó la Policía.
Francis y Orlando han sido acusados de un posible crimen de odio, lo que de acuerdo a la legislación aprobada hace un año en Estados Unidos puede suponerles una condena más dura que si sólo se tratara de un intento de robo con agresión. Quizá por eso el abogado de Francis ha insistido en que cliente no es homófobo y que se trató de una simple pelea de bar. El propio Francis ha declarado que él no odia a nadie y ha argumentado que su hermana es lesbiana. «No voy a disculparme, no sé por qué debería hacerlo», ha expresado, desafiante.
Se da la circunstancia de que sólo un día antes (el viernes noche) otros tres gays habían sido atacados en el barrio de Chelsea, también en Manhattan, por Andrew Jackson, de 20 años, y otros cuatro hombres que los vieron abrazarse y besarse cuando se despedían. «Idos a vuestra casa, maricones, éste es nuestro barrio», les gritaron mientran les agredían. Jackson, el único de los agresores identificados hasta el momento, ha sido acusado también de crimen de odio.
Interesante… ahora a prisión. Ya va a ser moda de los homófobos decir no solo que «tienen amigos gays, pero…», sino además de decir que «tengo parientes gays, pero…»; moda a la «50 Cent».
Pues nada, a prisión!! (Ni siquiera por la paliza se disculpa, pero hace bien, estos crímenes se pagan con la prisión y no con disculpas).
Malos tiempos para la lírica se avecinan. Los fascistas están envalentonados.
Lo que yo me pregunto es, ¿qué se les ha perdido a esos dos en un local de ambiente? ¿Su heterosexualidad? Veamos, si entras en un bar gay, lo lógico es encontrarte con gente gay, por lo que ¿qué hacían ahí? ¿Qué esperaban encontrarse? ¿A qué viene esa pregunta tan estúpida? Ir a un bar gay y empezar a agredir e insultar a la gente por su orientación sexual… Está visto que la homofobia atonta.
Pena que no les reventasen la cara a hostias.
Que heteros homofóbicos tan tontos, eso de que «mi hermana es lesbiana» no engaña a nadie. Afortunádamente este par de agresores serán juzgados con la nueva ley americana contra los crímenes de odio por homofobia. Hay una cárcel en el futuro de los heterosexuales homófobos.